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Columna
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La alianza anglo estadounidense

El acuerdo transatlántico sobre la forma de hacer frente a los banqueros imprudentes dará forma a la futura política. Los supervisores de Reino Unido y Estados Unidos consideran que los bonus deben ser diferidos, las firmas que sistemáticamente incumplen desintegradas y las malas conductas individuales erradicadas. Los inicios del pensamiento conjunto sobre la conducta financiera son alentadores –especialmente teniendo en cuenta la fricción internacional en otras áreas de regulación–.

Los enfoques británico y estadounidense sobre los sueldos de los banqueros ahora solo difieren ligeramente. Lo que podría llamarse la visión de Estados Unidos, presentada por el jefe de la Reserva Federal de Nueva York, Bill Dudley, el 20 de octubre, incluye la petición de que los bonus se abonen en instrumentos de deuda. Puede que la Autoridad de Regulación Prudencial de Reino Unido no sea tan entusiasta en este sentido, pero está abierto al procedimiento.

Las áreas en las que Estados Unidos y Reino Unido están alineados son sorprendentes. Dudley y el representante del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, están de acuerdo en que unos períodos de aplazamiento largos y disposiciones clawback para los bonus son la mejor forma de disuadir a los operadores de hacer apuestas arriesgadas a corto plazo. La idea de un registro en el que reflejar el mal comportamiento de los banqueros es otra característica común.

Los detalles de algunos de estos planes deben ser refinados, pero consagrar el principio de que las violaciones de conducta podrían ser el fin de una carrera debería ayudar a que la industria hiciera sus propios esfuerzos.

Los reguladores europeos se han autoexcluido de este amor bilateral. Es posible que las divisiones entre estos y Estados Unidos y Reino Unido se recrudezcan. Pero sería ingenuo para la administración de un banco planificar su estrategia sin tener presente el pensamiento convergente.

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