Más oposición al tope de los bonus
El Fondo Monetario Internacional (FMI) se ha posicionado en el debate sobre las primas de los banqueros. Su Informe Global de Estabilidad Financiera ensalzó los efectos positivos de instrumentos como las primas diferidas. En lo referente a los límites a las bonificaciones, introducidos por la Unión Europea, el FMI ha llegado a la conclusión de que estos pueden aumentar el riesgo.
Las conclusiones del FMI son elocuentes. Un análisis de 800 bancos no encontró pruebas consistentes de que un consejero delegado, ya sea con una nómina relativamente grande en conjunto, o un bonus que supera con mucho el sueldo base, vaya a dirigir una institución con más riesgo. Se trata de un doble golpe para Bruselas, que introdujo recientemente una ley que limita los pagos de las bonificaciones de los bancos a una proporción máxima de 2,5 veces los salarios base.
La UE puede argumentar que la investigación no es concluyente, ya que el FMI solo considera el sueldo de consejeros delegados, no de operadores y negociadores. Pero el debate va en aumento. El estudio también plantea un escenario en el que, por ejemplo, los bancos europeos elevarían los sueldos base de los gerentes para competir con sus rivales internacionales.
Hay mejores alternativas para tomar medidas enérgicas contra los riesgos del sector financiero. Estos incluyen el aplazamiento de primas con cláusulas de reintegración durante varios años, el pago de bonus en acciones o bonos de un banco, y la vinculación de los niveles de compensación a una gama más amplia de indicadores económicos de la firma.
La contribución del FMI al debate de las retribuciones es inteligente. Pero con el tope de la UE a los bonus ya en vigor y los bancos intentando encontrar formas de esquivarlo, es una pena que la organización no haya pedido que la política se revoque.