España acoge con escepticismo el plan de inversión de la UE
El plan de inversión forma parte de la agenda de la nueva Comisión Europea, que a partir del 1 de noviembre estará presidida por Jean-Claude Juncker. Y pretende aprovechar los recursos ya existentes en el presupuesto de la UE y en el Banco Europeo de Inversiones para atraer capital privado hacia nuevos proyectos de infraestructuras.
España es uno de los países más reticentes al plan. En la reunión de Milán, el ministro español de Economía, Luis de Guindos, ha supeditado su apoyo a que se garantice la rentabilidad y valor añadido de los proyectos que se financien. “No puede ser un plan keynesiano tradicional”, señaló Guindos en la ciudad italiana. “Debe ser una inversión con retorno y ligado a proyectos de integración de los mercados europeos en energía, transporte y digital”, añadió el ministro español. El Gobierno español teme que el plan de Juncker “se convierta en un cúmulo de planes E”, en alusión al plan de estímulo aprobado por el Gobierno de Rodríguez Zapatero al comienzo de la crisis.
La propuesta también ha sido acogida con escepticismo y reticencia por otros ministros, bien porque lo consideran escaso o porque dudan de su utilidad. En privado, las críticas se vuelven mucho más aceradas. “¿Cuántos planes de inversión ha anunciado ya la UE en los últimos años?”, se desesperan en una de las delegaciones nacionales que asiste al Ecofin. “Se anuncian cifras y proyectos que, a la hora de la verdad, nunca llegan a materializarse”, se desespera otra delegación.
En 2013 ya se anunció un plan casi idéntico al de Juncker que entonces pretendía movilizar hasta 100.000 millones de euros a través del BEI para dar crédito a las pymes. El ambicioso plan nunca se materializó y se optó por una versión reducida.
Estímulo fiscal
A pesar de las dudas sobre el plan de Juncker, los ministros coinciden en la urgente necesidad de recuperar la inversión en Europa, que sigue por debajo de la media de otras zonas desarrolladas. “Eso explica”, dijo Guindos, “que Europa no haya recuperado aún el nivel de renta previo a la crisis”.
El Banco Central Europeo instó a los ministros a recuperar la inversión mediante un impulso fiscal que, unido a reformas estructurales, complementen las medidas de política monetaria anunciadas por Fráncfort (T-LTRO, compra de ABS y compra de bonos garantizados).
De la reunión de Milán, según las fuentes consultadas, ya emerge un acuerdo sobre la necesidad de ese impulso, que se traduciría en una prolongación de los plazos concedidos a Francia para ajustar el déficit (hasta ahora, 2015).