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La banca acelera con el Bizum europeo y ya negocia la propiedad y su consejero delegado

Los planes pasan por alcanzar un acuerdo a inicios del año que viene

La banca avanza en el gran proyecto paneuropeo de los últimos años, la creación de un Bizum que conecte a todas las entidades de la zona euro. La plataforma de transferencias instantáneas, una solución 100% española y propiedad de los bancos nacionales, serviría de base para conectar las de cada país europeo. Las conversaciones versan sobre la creación de una sociedad que sirva como paraguas para esta entidad paneuropea, cómo se distribuirá la propiedad de esa nueva empresa y cuál será el consejero delegado que pilote el proyecto, según indican fuentes del mercado. Los planes es que se firme un acuerdo a inicios del año próximo y empiece a funcionar unos meses después.

La idea de crear un Bizum europeo sobrevolaba a los bancos desde hace años. Sin embargo, las partes chocaron por cómo operarlo. Mientras que las entidades francesas y alemanas apostaban por lanzar un producto nuevo para todos los países, los bancos españoles querían hacer fuerte la elevada penetración de la plataforma patria, Bizum. Este choque congeló las negociaciones durante años, que se reactivaron la pasada primavera. Entonces, tanto la Alianza de Pagos Europea (que incluye las soluciones española, italiana o portuguesa) como la Iniciativa de Pagos Europea, la otra gran asociación, que agrupa a las entidades francesas y alemanas, acordaron iniciar unas negociaciones que se extienden ya durante más de medio año. El objetivo, a fin de cuentas, es que un ciudadano en España pueda remitir una transferencia inmediata desde su móvil a otro en Alemania sin coste.

Las fuentes consultadas apuntan a que las conversaciones están avanzadas y se espera un acuerdo a principios del año que viene, con el objetivo de lanzar la solución paneuropea de pagos a finales de 2026. Los bancos —que participan en las negociaciones a través de sus plataformas nacionales, en el caso español Bizum, de la que son sus dueños— han acordado constituir una nueva sociedad, que será la propietaria de la tecnología que permita conectar cada una de estas plataformas. La idea, en un principio, era establecer conexiones bilaterales entre ellas a cambio de una comisión, pero finalmente se ha rechazado en favor de una red multilateral.

Por tanto, la negociación ahora está en el reparto de poder en el accionariado de esa sociedad. Una visión apunta a que cada plataforma nacional se reparta los títulos de la nueva de forma equilibrada. Otros se inclinan por que sea en función del volumen que aporte cada país o que se establezca un reparto equitativo en un principio que después se corrija, una vez la solución paneuropea entre en funcionamiento, según el volumen. Una vez que esto se aclare, el siguiente punto será designar un equipo gestor para esta nueva sociedad, comandado por un consejero delegado aún por decidir.

En este sentido, el modelo será similar al de Bizum. Sus dueños son 22 bancos españoles, comenzando por CaixaBank, que es el mayor accionista y tiene el 25%. Le sigue el Santander con un 21%; el BBVA, con un 18% y el Sabadell, un 12%. Entre el resto de bancos minoritarios se encuentran Unicaja, Kutxabank, Bankinter, Abanca, Ibercaja, Cajamar o Banca March, entre otros. Los estatutos, eso sí, plantean una limitación por la que ningún banco puede ostentar más del 25%. En el caso de la hoja de ruta europea, las entidades serán representadas por las soluciones nacionales de las que son accionistas.

También negocian otros detalles operativos del funcionamiento de la nueva plataforma. Por ejemplo, cómo realizar transferencias en países con divisas distintas al euro, como las coronas danesas, los zloties polacos, los florines húngaros o las coronas suecas. Para ello se deberán unificar las comisiones de cambio de divisa que aplica cada banco.

Los planes por crear este Bizum común entroncan con el interés europeo de aumentar la independencia estratégica de EE UU. Y, en el caso de los bancos, contar con una alternativa a la supremacía de Visa y Mastercard. En primer lugar, esta solución permitirá las transferencias instantáneas entre clientes de distintos países europeos, para después extenderlo al ecommerce y finalmente a los pagos en comercios físicos. Se trata de la misma evolución que ha tenido Bizum, que en 2026 espera lanzar su solución para el pago físico, en TPV, con el lanzamiento en una app de pago, Bizum Pay. Una vez que todo esto esté establecido, un ciudadano europeo podrá pagar con su móvil en cualquier comercio de la UE sin necesidad de una tarjeta de crédito, con un cargo directo a su cuenta.

Bizum ya lleva meses trabajando en la interoperabilidad a nivel internacional. Desde el verano permite hacer transferencias con Portugal, Italia, Grecia o los países nórdicos, incluidos en su alianza de pagos. Por el otro lado, en la otra alianza europea, las entidades han lanzado este año su propia plataforma, Wero, que opera en Francia, Alemania, Países Bajos o Bélgica. La clave ahora es llegar a ese acuerdo que conecte ambos mundos.

El movimiento se percibe como un primer paso, muy pegado al ciudadano, de una pretensión más elevada, culminar la unión bancaria. Es un proyecto que lleva más de una década paralizado, si bien se ha avanzado tanto en la creación de un supervisor único como de un mecanismo de resolución común de entidades. Falta aún construir un fondo de garantía de depósitos común, un aspecto que ha levantado una mayor oposición política de países del norte de Europa. La Comisión Europea trata de darle un nuevo espaldarazo, ahora llamado la Unión de Ahorros e Inversiones, cuya misión final es incentivar la creación de grandes y potentes bancos paneuropeos, probablemente a través de fusiones transfronterizas, que puedan hacer frente a las grandes entidades estadounidenses.

El BCE, por su parte, avanza en el diseño del euro digital, un monedero virtual de divisas digitales que otorgará el supervisor europeo, del modo de una cuenta corriente. Aún se desconoce la fecha en que estará disponible para su uso por los consumidores, por lo que si la iniciativa de los bancos prospera, puede superar incluso este proyecto. El objetivo del regulador es lanzar su uso en 2029, pero solo si la UE avanza en la legislación, con un piloto en 2027.

Sobre la firma

Álvaro Bayón
Redactor de la sección de empresas especializado en operaciones corporativas, banca de inversión y capital riesgo. Graduado en Estudios Hispánicos por la Universidad Autónoma de Madrid y Máster en Periodismo UAM-El País, ha desarrollado toda su carrera en Cinco Días, donde trabaja desde 2016.
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