Barclays acelera la captación de clientes antes de su traspaso con servicios premium y depósitos al 2%
El perfil de sus clientes es lo más valioso de Barclays, y un mes después de anunciar que sus negocios en España no eran estratégicos (lo hizo el 8 de mayo), la entidad se puso a manos a la obra para lograr que el precio de la eventual venta fuera el máximo posible. Así, el 9 de junio, puso en marcha una agresiva campaña dirigida a captar y a retener a los mejores clientes particulares.
La entidad hizo llegar la orden a los comerciales de todas sus oficinas, que debían ofertar el servicio de gestión de carteras premier. Activó también una intensa campaña publicitaria, tanto en medios de comunicación como en los escaparates de sus propias oficinas.
El producto, bajo la supervisión de la gestora del grupo, Barclays Wealth Management, consiste en la venta de una selección de fondos de inversión de varias gestoras –Schroders, Fidelity, JP Morgan, BlackRock y Franklin Templeton, entre otras– y deja a Barclays una suculenta comisión de gestión del 1,25% sobre el patrimonio y otra del 15% sobre los beneficios. El importe mínimo para acceder el servicio es de 50.000 euros.
La entidad desplegará un plan para retener a su clientela tras el anuncio de la venta
Barclays relanzó las carteras hace poco más de dos meses de la mano de dos ganchos. Primero, un depósito al 2% al que se puede destinar el 40% del saldo invertido en los fondos. Y, segundo, un crédito, por hasta el 50% del importe invertido en las carteras, a un precio reducido: euríbor más un diferencial de 3,9 puntos porcentuales. Las rentabilidades obtenidas en los seis primeros meses de 2014 por el servicio oscilan entre el 9% y el 6% en función del riesgo. Hay cinco carteras que van desde el perfil conservador al agresivo. La campaña, vigente a día de hoy, ha surtido efecto. El patrimonio gestionado a través de este servicios ha crecido un 69% en los ocho primeros meses del año, tras el rally experimentado desde junio, hasta alcanzar un importe de 557 millones de euros.
Esta captación ha permitido que los activos bajo gestión –los que se computan fuera de balance del banco, como los fondos de inversión, los planes de pensiones, las Sicav, los seguros de ahorro y el dinero bajo custodia– hayan crecido hasta 11.394 millones desde los poco más de 11.000 millones de cierre de 2013. Este área ha sido vital a la hora de determinar el importe de la venta, fijado en un principio en 800 millones de euros y que se ajustará una vez esté cerrado el traspaso, previsiblemente a finales de año o inicios de 2015. El importe se modificará conforme al patrimonio neto a cierre del ejercicio de Barclays, pero no se tendrá en cuenta la evolución de los negocios fuera de balance.
CaixaBank seguirá con los actuales productos de Barclays
De los cerca de 11.400 millones bajo gestión, unos 7.000 millones pertenecen a minoristas y más de 3.500 a clientes de banca privada. El perfil del cliente particular de Barclays es muy diferente al retrato medio de los depositantes CaixaBank, que ya se ha puesto a trabajar en un plan para retener a los clientes de Barclays. El banco catalán mantendrá los productos que comercializa el inglés, si bien dejará de utilizar la marca Barclays cuando la transacción esté cerrada.
El banco inglés mantiene 370 personas en tarjetas e inversión
La negociación mantenida en los últimos meses entre Barclays y CaixaBank ha culminado con la venta de todas las unidades de la filial británica en España que Londres no consideraba core: el negocio de banca de particulares, el área de banca corporativa y la gestora de patrimonio. El acuerdo incluye la cesión de 271 oficinas y 2.400 empleados (800 de ellos solo en los servicios centrales). Barclays seguirá presente en España, sin embargo, con dos patas de negocio: banca de inversión, en la que cuenta con 60 empleados, y su negocio de tarjetas, Barclaycard, con otras 60 apoyadas por la central de soporte de Zaragoza, en la que trabajan 250 personas más. A falta de decidir si realizará algún reajuste sobre estos 370 empleados, Barclays aspira no solo a mantener sino a crecer en estos dos segmentos. La operación combinada por la que Popular adquirió las tarjetas de Citi y las unió a las suyas para vender el 51% del área a Värde Partner ilustra que podría ser un buen momento para vender esta unidad. Blarclays, sin embargo, defiende que conservará sus tarjetas a largo plazo como demuestra que haya rebautizado el Palacio de Deportes de Madrid como Barclaycard Arena por cinco años renovables.