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El sector eléctrico aguarda impaciente una salida al parón de los ciclos combinados

A la espera de apagar la luz del gas

Una media de 500 horas funcionaron el año pasado las centrales de ciclo combinado de gas de Endesa, un 62,2% menos que en 2012. El problema para la eléctrica, como para todo el sector, es que invirtió con una previsión de producción de estas instalaciones de 5.000 horas anuales.

El año pasado trabajaron al 9% de su capacidad y prácticamente todas están en pérdidas. Así, las compañías esperan impacientes la regulación, pendiente de aprobación por parte del Ministerio de Industria, que permita la hibernación de las plantas, o sea, pararlas de forma transitoria hasta que la demanda de electricidad, en niveles de hace diez años, vuelva a repuntar. La norma estaba prevista en la reforma eléctrica del Gobierno, pero aún no hay más que un borrador.

¿Qué piden las compañías? Por el momento, solo Iberdrola ha dado el paso de solicitar a Industria, en 2013, el cierre parcial de su central de Arcos de la Frontera, en Cádiz, en total 800 megavatios de los 1.600 de capacidad de la planta, con el objetivo de “adaptar el parque de generación a las circunstancias actuales del sistema eléctrico nacional, con sobrecapacidad”, comentan en la compañía. La empresa tiene 5.894 megavatios de capacidad instalada de los 27.206 del sistema.

Durante los seis primeros meses de este año produjeron un 40,3% menos que en el mismo periodo de 2013. En abril, Industria denegó la autorización a Iberdrola, cuya solicitud de cierre se enmarcaba en la estela del Plan de Eficiencia de las Centrales Térmicas puesto en marcha en 2013.

Gran parte del sector asume el cambio de papel de los ciclos combinados como tecnología de respaldo, con menos horas funcionando

“No puede ser que haya libertad de entrada en el mercado pero no de salida. Si el ministerio no permite cerrar las plantas por una cuestión de seguridad en el suministro, alguien tendrá que pagar las pérdidas”, remachan en Endesa. La eléctrica perdió 50 millones de euros en 2013 entre sus cinco ciclos combinados de San Roque (Algeciras), Besós (Barcelona), Cristóbal Colón (Huelva) y As Pontes (La Coruña). Por ello, baraja solicitar este año el cierre de las plantas que peor funcionen de las cinco que opera en España.

En concreto, la compañía habría propuesto a Industria redimensionar de nuevo los pagos por capacidad (la retribución que reciben los ciclos combinados por su función de respaldo al sistema eléctrico), recortados por el Gobierno, para suplir las pérdidas. La última reforma eléctrica recortó esta compensación de 26.000 euros por megavatio/año hasta 10.000 euros. Las compañías barajan solicitar una especie de pago por capacidad extra que se adaptara a la permanencia de los ciclos, aunque registraran menor actividad.

Sobre la hibernación, la compañía pide que se aplique con un mínimo de tres años, “menos no merece la pena”, y que sean las propias compañías, y no Red Eléctrica, las que decidan mediante un sistema de subastas aquellas plantas que quedarían fuera del sistema.

Pero en general, parte del sector empieza a resignarse a la idea de que el papel de los ciclos combinados ha cambiado, a la luz de la caída en picado de su aportación a la generación de electricidad. En 2008, estas centrales produjeron 91.286 gigavatios/hora. En 2010, su aportación descendió hasta 64.604 gigavatios/hora. En 2011 ya había caído a 50.737 gigavatios/hora y entre enero y abril de este año la producción se desplomó hasta los 5.459 megavatios/hora, un 26,4% menos que en el mismo periodo del año anterior.

“Parece que el rol que le espera a los ciclos combinados es estar listos para apoyar el sistema, a otras tecnologías de generación más baratas, pero sin funcionar durante muchas horas, como ha sido hasta ahora”, comentan en GDF Suez en España. La compañía gala opera dos ciclos combinados aquí que suman 2.000 megavatios de potencia instalada. Ya no funcionan todo el día durante semanas seguidas, sino entre cuatro y seis horas al día. La empresa invirtió 1.000 millones de euros, pero por el momento no solicitará la parada de las plantas, a la espera de que Industria se pronuncie sobre la regulación de hibernación. Para Axpo Iberia, que también opera en el sector de los ciclos combinados, la situación actual afecta “al reducir los clientes potenciales, pero ya había empezado a bajar cuando nosotros entramos”, comentan en esta compañía, también comercializadora.

Otros operadores del sector están dispuestos a admitir el cierre temporal de la capacidad innecesaria, pero con condiciones económicas mínimas que permitan mantener activa una capacidad que será necesaria a medio plazo. “Es necesario distinguir entre sobrecapacidad e infrautilización. Un sistema puede no tener sobrecapacidad ya que por razones de seguridad puede precisar de toda la potencia instalada y, sin embargo, tener buena parte de la capacidad infrautilizada. De hecho, la capacidad construida de ciclos combinados ha quedado por debajo de un 10% de lo que estaba planificado entre 2005 y 2011”.

Red Eléctrica deberá pronunciarse sobre esa sobrecapacidad, o sea, los ciclos combinados que sobran en el sistema para ajustarse a la demanda actual. En función de su veredicto, Industria será la última voz que autorice el cierre o la hibernación de las instalaciones. Según Red Eléctrica, “aunque por el momento no sea posible la aplicación del mecanismo de la hibernación a ninguna central de generación de energía eléctrica, no es incompatible con la existencia de solicitudes concretas de cierre definitivo de centrales”. El operador del sistema ha declinado pronunciarse sobre el número de plantas que podrían desconectarse sin poner en riesgo el suministro de electricidad.

En cualquier caso, el conjunto de empresas pide compensaciones económicas, “equivalentes a recuperar completamente los costes fijos evitables, de operación y mantenimiento y peaje de gas, durante la vida útil de los ciclos”, comentan fuentes del sector. Al final se trata, según estas compañías, de tener “un marco regulatorio estable y transparente para asumir riesgos propios de mercado”, según GDF Suez.

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Eon pide más transparencia

El presidente de Eon en España, Miguel Antoñanzas, arremetió esta semana contra el Gobierno, en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, por estar “protegiendo el mercado tutelado”. Para Antoñanzas, se ha perdido la oportunidad de “acometer la liberalización y acabar con los precios regulados en España”. Durante su intervención en la universidad de verano, el presidente de la eléctrica en España aludió a los “elevados costes ajenos al suministro que impiden que los consumidores se beneficien de los precios cada vez más competitivos del mercado mayorista o de la eficiencia que el sistema español ha alcanzado en su sistema regulado”.No obstante, un año después de la reforma eléctrica del Gobierno, “algún progreso” se ha visto en la “transparencia con los precios y sus componentes”. Para el presidente de Eon, en el nuevo marco regulatorio aún quedan algunos “aspectos estructurales que resolver”, entre ellos la situación de los ciclos combinados, “que apenas alcanzan unos factores de utilización del 10”. En este sentido, la normativa sobre hibernación, el paro temporal de estas plantas que piden las compañías eléctricas, “es absolutamente necesaria para hacer frente a la seguridad del suministro”. Además, Antoñanzas instó al Gobierno a eliminar el mercado tutelado, que “solo es una traba”, y consideró que las compañías tienen que recuperar la confianza de los clientes, porque “ellos no son los responsables de estas acciones de política energética o de las reacciones de los agentes ante esta situación”. Para el presidente de la eléctrica, “tenemos que convencerles de los beneficios de nuestros productos y servicios, luchar por abandonar la incertidumbre regulatoria”.

Enagás pagará gran parte de la reforma del gas

Enagás será una de las principales contribuyentes en la factura de la reforma del gas presentada este mes por el Gobierno para limitar el impacto del incipiente déficit de tarifa del sector. La compañía ha estimado en 120 millones de euros el impacto que tendrá la reforma en sus ingresos hasta el año 2020. A pesar del impacto, la compañía hace una valoración positiva de la reforma. “Elimina de forma definitiva el déficit de tarifa de gas existente y contribuye a garantizar la estabilidad regulatoria del sector, para reducir el precio final de la energía en España”.

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