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En la actualidad pertenece a LVMH

Loewe, lujo patrio de apellido alemán y gestión francesa

El bolso Amazona.
El bolso Amazona.
Alfonso Simón Ruiz

Es la marca española del lujo. Sus bolsos y objetos de cuero comprados en Gran Vía y Serrano en Madrid o en el paseo de Gracia en Barcelona han pasado de madres a hijas durante generaciones. Esta es la historia de una de las más veteranas empresas españolas, aunque de apellido alemán y gestión francesa.

El artesano alemán Enrique Loewe (léase loeve) Roessberg en 1846 establece un taller de marroquinería en la calle del Lobo (actual Echegaray), en Madrid. La reina Isabel II iba a contraer matrimonio y los pedidos como presentes para los reyes no faltaban. En 1890 se traslada a la calle del Príncipe con una primera tienda. En 1905, tras otra boda real, la de Alfonso XIII con Victoria Eugenia de Battenberg, la firma es reconocida con el título de proveedor de la Casa Real. El hijo, Enrique Loewe Hilton, toma las riendas del negocio y ofrece a las damas del momento artículos como bolsos de piel de iguana, cocodrilo o serpiente, elaborados artesanalmente.

Cronología

1846. Enrique Loewe Roessberg abre su taller en la calle del Lobo de Madrid.

1890. Los aristócratas de la época hacen sus compras en la nueva boutique en la calle del Príncipe.

1905. Recibe el título de proveedor de la corte real. Enrique Loewe Hilton, hijo del fundador, toma el mando.

1910. Apertura de la primera tienda en Barcelona.

1934. Turno de Enrique Loewe Knappe, nieto del fundador.

1936. El taller madrileño es incautado tras el comienzo de la Guerra Civil y pasa a producir correajes para el Ejército.

1939. Tras el fin de la contienda, la familia recupera el negocio e inaugura su histórica tienda en la Gran Vía.

1952. La actriz Ava Gadner asiste a una corrida de toros en la plaza de Las Ventas con un bolso de Loewe. Es la época de rodajes de Hollywood en España. Sus estrellas compran en la firma española.

1959. Apertura de la tienda de Serrano (Madrid). Durante esa década y la siguiente inicia un periodo de expansión por las grandes capitales del país.

1970. Desembarco en Tokio y Hong Kong. Enrique Loewe Lynch, bisnieto del fundador, dirige la expansión. Es la época de las primeras colecciones prêt-à-porter, que se suman a los productos de piel.

l 1972. Primer perfume, llamado L. En 1974 le sigue Loewe pour Homme. Y luego, Aire de Loewe o Esencia de Loewe.

1975. Aparece el icónico bolso Amazona.

1980. Le sigue el bolso Flamenco, de piel de napa. Aparecen los míticos pañuelos de la casa, inspirados en el arte y tradiciones españolas.

1980. Rumasa se hace con el control de Loewe.

1983. Prêt-à-porter masculino, con la cazadora de cuero como símbolo.

1986. La familia Loewe recompra el paquete accionarial de la nacionalizada Rumasa.

1996. LVMH compra la marca.

En 1910 desembarca en Barcelona, abriendo la histórica boutique de la calle Fontanella. Los años veinte impulsan las ventas gracias a la nueva burguesía que veranea en Santander y San Sebastián y está al tanto de la moda. En 1934, Enrique Loewe Knappe, la tercera generación, toma el control de la empresa familiar. Dos años después, al inicio de la Guerra Civil, el Ejército de la República incauta el taller, símbolo de la burguesía, para hacer correajes. Pero nada más acabar la contienda, en 1939, inaugura la mítica tienda de la Gran Vía (todavía abierta), dando el pistoletazo de salida a la época moderna de la firma.

Los escaparates de la casa se convierten en verdaderas joyas de pavos reales, aladines con turbantes entremezclados con maletas y bolsos de lujo.El autor de estas creaciones fue José Pérez de Rozas, director creativo de la firma desde 1945 hasta 1978.

Es la época en que las estrellas de Hollywood viajaban a Madrid a grabar películas como El Cid, 55 cías en Pekín o Doctor Zhivago, con personajes como Deborah Kerr, Charlon Heston, Cary Grant, James Stewart o Maria Callas. Primero iban a la tienda de Gran Vía y después se pasaban por el colindante bar Chicote a tomar un cóctel. “Tras haberse regalado un chaleco de cuero para ir a ver las corridas de toros, el escritor americano Ernest Hemingway lleva a su amiga Ava Gardner de compras a Loewe. Ella se elige un bolso de cocodrilo marrón chocolate”, se cuenta en la historia de la firma madrileña.

Las décadas de los cincuenta, sesenta y setenta son el momento de expansión de Loewe en toda España. La firma inaugura tiendas en Bilbao, Valencia, Palma de Mallorca, Sevilla, San Sebastián, Granada, Córdoba, Las Palmas y Tenerife. En 1959, abre su boutique de la calle Serrano. En 1963, la casa desembarca en Londres y, en los setenta, en Hong Kong y Tokio. El crecimiento está ahora bajo el mando de Enrique Loewe Lynch. El bisnieto del fundador contrata a Karl Lagerfeld y Giorgio Armani para diseñar las primeras colecciones de prêt-à-porter.

En 1975 nace uno de los iconos de la firma, el bolso Amazona, flexible, en ante y sin forro. En 1980 le siguió el Flamenco, en napa, piel de cordero de los Pirineos, extrasuave y uno de los sellos identificativos de Loewe.

Pero en 1980 se rompe la paz familiar. La rama barcelonesa de los Loewe vende sus acciones a Rumasa, de José María Ruiz-Mateos, que llega a controlar el 66% del capital. Con la nacionalización de Rumasa en 1983, la firma pasa a manos del Estado, aunque los Loewe de Madrid la recompran en 1986. Una década después, el gigante francés LVMH se hace con la joya española del lujo. Llega el momento de coger músculo financiero para salir al exterior con ambición. El grupo de Bernard Arnault impone al estadounidense Narciso Rodríguez como director creativo para renovar la marca. Le siguieron nombres como Stuart Vevers (actualmente en Coach) y desde 2013, el irlandés Jonathan W. Anderson, junto a la gestión empresarial de la británica Lisa Montague. Pero siempre con el trabajo de la piel artesanalmente, como en los inicios, como referencia.

Javier Carvajal, el arquitecto que renovó las boutiques

La Galería Loewe de Barcelona se reabre hoy jueves con un homenaje al arquitecto Javier Carvajal (1926-2013), figura clave de la arquitectura moderna en España y reformador de las tiendas de la firma española en las décadas de los cincuenta y sesenta.

El lazo especial entre Carvajal y Loewe comenzó durante la Trienal de Milán de 1957, cuando el arquitecto conoció a Enrique Loewe Knappe, nieto del fundador. Al ver que ambos compartían un gran interés en las tendencias de diseño más vanguardistas del momento, Carvajal pronto emprendió una completa modernización de la firma a través de nuevas tiendas (incluyendo la icónica de la calle Serrano de Madrid), y el showroom y modernas oficinas en Barcelona, donde en esa época se situaba la sede central. La exposición de la Galería Loewe se centra en un proyecto de Carvajal que destaca por la calidad de su diseño y por su significado histórico: el pabellón de España para la Feria Mundial de Nueva York de 1964 y 1965, que recibió más de tres millones de visitantes y la medalla de oro del evento.

Carvajal fue catedrático en varias universidades y diseñó edificios relevantes, ganadores de premios internacionales, como la Escuela de Ingenieros Industriales de Barcelona, las primeras residencias de la Urbanización de Somosaguas o la Torre de Valencia en Madrid (1973). Este trabajo ha servido a J. W. Anderson, nuevo director creativo de Loewe, como inspiración, según la marca.

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Sobre la firma

Alfonso Simón Ruiz
Graduado en Economía y máster de Periodismo UAM / EL País. En Cinco Días desde 2007. Redactor especializado en información empresarial, especialmente sobre el mercado inmobiliario, operaciones urbanísticas y, también, sobre la industria farmacéutica y compañías sanitarias.

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