Los cinco grandes retos del sector financiero
Los bancos comienzan a lanzar mensajes positivos. La recuperación ha llegado para quedarse, aseguran. Y ya se atreven a aprobar planes estratégicos con crecimientos del beneficio, la rentabilidad, el crédito y de una mejora de su eficiencia. Pese a ello, no quieren lanzar las campanas al vuelo e insisten en que sus proyectos están ligados a la mejora de la economía. La liquidez ya no es un problema, como parece que tampoco lo es la morosidad. “La tasa de mora es muy alta, del 13,4%, pero desde hace unos meses las entradas de impagos caen”, señala un ejecutivo.
Crédito
El gran debate demagógico. Los bancos aseguran que llevan meses con el grifo del crédito abierto. Los políticos, agentes sociales y empresarios defienden todo lo contrario. Los datos, mientras, contribuyen poco a clarificar lo que se ha convertido en la principal reivindicación del tejido industrial. En general, todos los bancos españoles afirman que hay crédito, “lo que ocurre es que la demanda o no es solvente, o no hay tantas peticiones como dicen las empresas y familias”, afirmaba a este periódico el consejero delegado de una gran entidad. Su opinión contrasta con la expresada un día antes por el Gobierno. “Recuperar la confianza en el sistema financiero era condición indispensable para recuperar flujo de financiación a las empresas”, declaraba el jueves la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, quien añadía que “las condiciones están para que el crédito vuelva a la economía real, el resto será ya trabajo de ustedes (palabras dirigidas a los banqueros)”.
Dos años después del rescate europeo a la banca española, el crédito parece que sigue llegando con cuentagotas, según apuntan los datos del Banco de España. Los préstamos concedidos a las empresas acumulan una caída del 12,5% en lo que va de año, con 140.000 millones de euros. Si lo comparamos con los datos interanuales, el crédito a las empresas cerró mayo en 618.902 millones, un 8,6% menos que un año antes.
Pese a que persiste el desplome de la financiación, todo apunta a una ralentización de la caída. Incluso varios bancos hablan de crecimientos del nuevo crédito en mayo y junio. Eso sí: “el crédito nunca volverá a crecer a ritmos del 15% o 20% como en los años previos a la crisis. Su mejora estará ligada a la de la economía. Aumentos del 3% y 5% serán considerados ya altos. Pero antes, las empresas y familias deberán seguir desapalancándose, y el stock del crédito contrayéndose. De ahí que, aunque la concesión de nuevos préstamos suba, el volumen neto seguirá a la baja”, explica un directivo.
“Todos queremos dar financiación. Es nuestro trabajo. Nuestra principal fuente de ingresos”, recalca otro ejecutivo. El sector coincide en que la liquidez ya no es un problema. “Hay de sobra. La artillería puesta en marcha por el BCE para subastar dinero dirigido a dar crédito es innecesaria, e incluso puede ser contraproducente”, opinan dos responsables de dos entidades con estructuras muy diferentes. “Puede que al final, lo que ocurra es que se vuelvan a relajar las condiciones para dar crédito, y eso sería nefasto para la economía y para la banca”, señala otro banquero, que recuerda que poco a poco el precio del crédito se suavizará tras la mejora de la prima de riesgo y los bajos tipos de interés del BCE, situados ahora en el 0,15%.
La banca está convencida de que el crédito crecerá ya en el segundo semestre de 2015. “La mejora de la economía contribuirá a un aumento de la demanda de financiación. Aunque también es cierto que la concesión de más crédito se reflejará en una más rápida recuperación económica”, señalan las mismas fuentes. La composición de las carteras de crédito han variado y variarán más en los próximos años. La hipoteca, la gran protagonista del boom de la financiación hasta 2007, han pasado a un segundo plano, y ha desaparecido casi por completo el crédito a promotores, mientras que se está impulsando la financiación al consumo y el crédito a empresas y pymes. “Todos queremos centrarnos en la financiación a pymes, pero eso no se improvisa. Algunos llevamos años haciéndolo y eso cuenta”, dice un banquero.
Rentabilidad
La gran asignatura pendiente. La banca española espera que su rentabilidad se normalice a partir de 2016. Considera que aún quedan dos años difíciles, pese a que se está recuperando la estabilidad. Todos los directivos consultados aseguran que la rentabilidad es el gran reto del sector, aunque también reconocen que nunca se volverán a los retornos previos a la crisis que se inició en 2007. La razón no es solo cuestión de negocio. Las mayores exigencias de capital por parte de las autoridades supervisoras “convierten al negocio bancario en un sector cada vez menos rentable”, explica el director financiero de un gran banco.
El presidente de otro de los bancos más importantes del país comparte esta opinión, y añade otro argumento. “Estoy convencido de que los supervisores internacionales quieren bancos más pequeños. Parece una contradicción, pero todo indica que es así. Les preocupa los bancos sistémicos y por eso reclaman cada vez más capital. Ya más capital, menos rentabilidad”. El secretario general de la AEB, Pedro Pablo Villasante, realizó este mismo razonamiento hace unas semanas. A marzo pasado el ROE –rentabilidad sobre recursos propios– consolidado de los bancos españoles, solo de los asociados a la AEB, era del 5,38%, frente al 7,80% de hace un año. Pese a ello, Villasante explicó que tanto la cuenta de resultados, la rentabilidad, como el crédito irán de menos a más a lo largo del presente ejercicio.
Una de las armas que han empleado hasta ahora los bancos para mejorar su cuenta de resultados en estos últimos seis años de crisis ha sido la realización de resultados extraordinarios con la venta de participadas, y el criticado –que no por ello menospreciado por el sector para engordar sus ingresos–, carry trade, que no es otra cosa que coger dinero barato en la ventanilla del BCE y colocarlo a tipos nominales atractivos en deuda pública. “Pero ahora ya no tiene sentido esta operativa. No es rentable. La caída de la prima de riesgo ha provocado que los tipos abonados por la deuda española estén en mínimos históricos por lo que ya no compensan estas operaciones”, añade el primer ejecutivo de un banco.
Pese a que la rentabilidad no alcanzará más los porcentajes de 2005 y 2006, es cierto que el conjunto del sector ha vuelto a los beneficios. En 2013 los resultados consolidados de la banca española sumó 11.000 millones, frente a las multimillonarias pérdidas de 2012.
Eficiencia
Es otro de los objetivos del sector. Pese a que en los últimos cinco años la banca española ha sido la que se ha sometido a un mayor recorte de red, plantilla y número de entidades, el Banco de España considera que aún debe reducir más sus costes y número de sucursales, y las entidades están de acuerdo. Es una forma de compensar la caída de los márgenes. Todavía hay un “entorno difícil para el sector bancario” en el que “persisten elementos de presión sobre las cuentas de resultados” debido a la ausencia de una completa normalización de los mercados financieros y a la “aún incipiente recuperación económica”, señalaba el mes pasado el gobernador, Luis María Linde. Desde 2008 hasta 2013, los bancos y las antiguas cajas han cerrado 12.352 oficinas, el 26,7% de las que tenían, y se han despedido o prejubilado a 62.000 trabajadores, el 22,3% de la plantilla, según datos de UGT. Un informe de BBVA Research asegura que se deben cerrarse 3.500 sucursales más. Pese a todo, el ratio de eficiencia de la banca española ronda el 50%, el mejor de Europa.
Capitalización
Según apuntan los expertos y los supervisores europeos, la banca del viejo continente debe recapitalizarse más en los próximos años. Falta capital. Estos criterios son rebatidos por los bancos. Consideran que tienen capital suficiente para cubrir sus previsibles riesgos, y no consideran justo que el mercado reclame ya los nieves de capital de 2019. Pese a ello, todas las autoridades reclaman más capital. “Las provisiones han quedado en un segundo plano. Ahora la obsesión es el capital”, explica un analista. Vuelven los planteamientos de ampliar o no capital y de emitir instrumentos híbridos al mercado. Los próximos test de estrés que llevarán a cabo los supervisores europeos entre octubre y noviembre a la banca del continente y la necesidad de aprobar para devolver la confianza en el sector se han convertido en la mayor ocupación y preocupación del sector.
Reputación
Una de las principales obsesiones de los bancos españoles es recuperar la reputación perdida durante los seis años que ha durado la crisis. Es, de hecho, uno de los principales cometidos del nuevo presidente de la AEB, José María Roldán. Otro de sus retos es ganar influencia en Europa para que se tenga en cuenta la opinión del sector español a la hora de legislar. “Todo el mundo es responsable del dinero que un banco le ha prestado. La entidad por dárselo sin las suficientes garantías, y el cliente por aceptarlo o pedirlo sabiendo que le iba a resultar muy complicado devolverlo”, señala un banquero en relación a las críticas de la sociedad, que considera a la banca culpable de haberse excedido en dar créditos y ahora cerrar el grifo, cuando además el contribuyente tiene que pagar las ayudas públicas superiores a los 60.000 millones concedidas al sector. Los desahucios o la venta incontrolada de productos complejos como las preferentes en las oficinas como si fueran depósitos completan la lista de descalabros por los que que la banca necesitan recuperar su reputación.
El giro de Bankia es el giro del resto de las entidades del país
Hace dos años Bankia se había convertido en el monstruo de la banca española. Su gran tamaño y sus elevadas necesidades de capital provocaron un auténtico terremoto en el sector financiero español, que derivó en la peor crisis de la historia de la banca española.
Han sido necesarios más de 60.000 millones de euros en ayudas públicas –en gran parte provenientes de Europa–, para su recuperación. De esta cifra, Bankia recibió 22.400 millones de euros.
Ahora Bankia asegura que ha finalizado su reestructuración, y poco a poco recupera la normalidad, aunque el Estado, a través del FROB, sigue siendo su principal accionista con el 60,89% de su capital.
Una buena noticia
El mercado, e incluso sus rivales más directos, afirman que Bankia ha vuelto a ser un competidor importante. Pese a ello, es una buena noticia. “Si Bankia va bien, el resto de los bancos sanos también vamos bien. Si Bankia va mal el resto del sector se vería afectado nuevamente por su debilidad”, reconoce un banquero.
Recorte hipotecario
Bankia, como el resto del sector, también quiere convertirse en el banco de referencia de las pymes. Esta estrategia irá en detrimento de su hasta hace dos años principal negocio, las hipotecas. Pretende reducir drásticamente su cartera de hipotecas, que ahora suma alrededor de 75.000 millones de euros. Cree que el futuro de la vivienda pasa por el alquiler más que por la compra. También quiere crecer en crédito al consumo.
Morosidad
Otra de las lacras de Bankia es su alta tasa de morosidad. Supera el 14,5%, con unos 20.000 millones de euros de créditos morosos. Fuentes del mercado afirman que en los próximos meses su objetivo es reducir considerablemente esta tasa, para cerrar el año con menos de 18.000 millones de créditos morosos. “Su plan pasa por seguir vendiendo cartera de morosos, unos 1.000 millones, que se suman a la capacidad que tiene para reducir en otros más de 1.000 millones sus impagados desde el banco”.
Rentabilidad
Quiere ser el banco más rentable y eficiente del sector, lo que ayudará a devolver las ayudas públicas entre finales de 2015 y principios de 2016.
Catalunya Banc
La previsible venta de Catalunya Banc en subasta este mes también contribuirá a una mejor percepción de los mercados del sistema financiero español. Eso sí, “si la subasta vuelve a fracasar las consecuencias pueden ser fatales”, explica un analista.