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Columna
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Frenar el crédito no parará el boom

Un exceso de préstamos causa las burbujas inmobiliarias. Así que si las hipotecas son más difíciles de conseguir, los precios deberían caer. Esta lógica defectuosa es la utilizada por muchos de los que defienden que se debe poner freno al crédito a la vivienda. El Comité de Política Financiera del Banco de Inglaterra parece estar dispuesto a usar herramientas para controlar los créditos.

En Gran Bretaña, la noción de que los reguladores podrían deliberadamente hacer más difícil a la gente obtener una hipoteca sigue siendo controvertida. En otras partes del mundo es una práctica habitual. Los reguladores de Hong Kong llevan cinco años restringiendo los controles en un intento de evitar que prestatarios y prestamistas se extralimitasen. Cualquier persona que gaste más de 1,29 millones de dólares en un apartamento en la ex colonia británica hoy no puede pedir prestado más de la mitad del precio de compra. Incluso en ese caso, los compradores deben demostrar que la devolución del préstamo absorberá más de la mitad de sus ingresos.

La buena noticia es que estas medidas ayudan a proteger el sistema bancario aun con los tipos de interés muy bajos. Pero lo malo es que estas políticas no tienen ningún impacto discernible sobre los precios. En Hong Kong, estos continuaron creciendo hasta finales de 2012, cuando el gobierno añadió un 15% al impuesto para compradores no residentes. Eso cambia el cálculo de los que compran en efectivo, que no se preocupan por las normas de las hipotecas.

Mark Carney, gobernador del Banco de Inglaterra, asegura que está preocupado por el endeudamiento, no por los altos precios de los activos. Si es así, las restricciones hipotecarias pueden ayudar. Pero para revertir la subida del coste de la vivienda en Reino Unido, el país necesita más viviendas nuevas, unos mayores impuestos sobre la propiedad, o un poco de cada. Esas decisiones son de los políticos, no de los reguladores.

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