A qué emprendedores hay que apoyar y cómo
"Tras la reforma laboral, con la que el Gobierno tuvo un acierto indudable, ahora ha llegado la hora de favorecer el empleo”, explica uno los principales abogados laboralistas de España, Martín Godino, socio de Sagardoy Abogados. Para ello el Gobierno ha aprobado en el último año varias leyes con el fin de reactivar el mercado laboral y, sobre todo, el emprendimiento, la intermediación laboral y el empleo a tiempo parcial, entre otras medidas orientadas a generar nuevos puestos de trabajo y mejorar su calidad, explica Godino.
Sin embargo, los últimos datos estadísticos reflejan que, aunque la tendencia a la destrucción de empleo parece haber tocado suelo, empieza a extenderse entre los expertos el temor a que el modelo de crecimiento no lleve aparejado una recuperación en el empleo. ¿Es eso así? ¿se está haciendo lo suficiente para fomentar la ocupación? ¿son necesarios y adecuados los incentivos al emprendimiento? Un grupo de expertos reunidos por CincoDías en colaboración con la Fundación Incyde de las Cámaras de Comercio y el Fondo Social Europeo (FSE), responden a estas y otras preguntas sobre Emprendimiento, empleo y reformas laborales.
Para el presidente del Consejo Superior de Cámaras de Comercio, Manuel Teruel, “el empleo lo van a generar las pymes, y para ello estas compañías tienen que tener las mismas condiciones que sus competidoras en otros países. Junto a esto, el máximo responsable de las Cámaras consideró que, en las actuales condiciones que atraviesa España, sería imprescindible la firma de un “pacto de Estado por el apoyo al emprendimiento que genera empleo”.
Pero ¿cuál es ese tipo de emprendimiento que genera empleo? En este punto los expertos no se ponen de acuerdo al 100%. Así, aunque todos los que asistieron al encuentro coincidieron en valorar las últimas medidas para fomentar a los emprendedores, algunos de ellos consideraron que el mayor problema de la economía española no es precisamente la falta de iniciativa empresarial.
“España no tiene un problema de número de empresas, ya hay muchas, el problema es su tamaño, es demasiado pequeño por lo general”, asegura el presidente de General Electric de España y Portugal, Daniel Carreño.
Con esto coincide plenamente Enrique García López, socio de McKinsey & Co:“Habría que ver cómo conseguir que todo ese grupo de empresas que facturan entre 50 y 500 millones de euros pasen a jugar en la liga de los que están entre 1.000 y 2.000 millones. Eso sería el motor de palanca de la creación de empleo en España en estos momentos”.
El Gobierno debería preguntar a esas medianas empresas por qué no dan el salto a convertirse en grandes y, en función de lo que respondan, tomar medidas, sugirió Carreño. Entre estas posibles iniciativas, citó los incentivos fiscales y eliminación de las barreras administrativas en los procesos de crecimiento empresarial, así como facilitar el acceso a fórmulas de financiación alternativas a las bancarias.
Otra forma de incentivar que las pymes sean más grandes sería, según el presidente de Equipo Económico, Ricardo Martínez Rico, “recuperar el mercado nacional de forma que el consumo se aproxime más a su participación en el PIB”.
Sin embargo, para Teruel no se trata tanto de aumentar el tamaño de las empresas sino de incentivar a los pequeños empresarios que tengan ideas innovadoras. “Hay 1,5 millones de empresas con menos de 250 trabajadores que son las que crearán el empleo que hace falta, y eso no lo van a hacer las grandes del IBEX. Las pymes, que no existen a nivel mediático y social –se queja Teruel–, son las que necesitan apoyo porque este país tampoco va a vivir de tener más panaderías y papelerías”, aseguró el presidente de las Cámaras de Comercio.
Si bien, dicho esto, este directivo que, a su vez es un empresario mediano del sector de la ingeniería, añadió que no será cualquier pyme la que generará empleo sino fundamentalmente las que operen en sectores orientados a las nuevas tecnologías. Los sectores tradicionales no van a generar puestos de trabajo”, insistió. En este sentido, advirtió que “lo que necesitan las pymes es apoyo a la inteligencia competitiva del emprendedor y no subvenciones, que son un apoyo viciado”.
Precisamente, Martín Godino duda de la efectividad de las numerosas bonificaciones empresariales en las cotizaciones a la Seguridad Social aprobadas por los sucesivos Gobierno en apoyo a la creación de empleo. “Tengo serias dudas de su utilidad tanto económica como social”. De hecho, hay tantas y su aprobación se superpone en el tiempo que los propios inspectores de Trabajo reconocen que les resulta muy difícil determinar si las empresas que visitan están aplicando estas ayudas correctamente.
Entonces ¿como se respalda esta inteligencia competitiva? Teruel lo tiene claro. Hay que empezar por eliminar todas las actuales barreras administrativas que existen. A pesar de todas las simplificaciones hechas por el Gobierno aún hacen falta 230 trámites para abrir un negocio, critica el responsable de las Cámaras de Comercio. “Hay personas que son auténticos genios de la programación con un ordenador pero son absolutamente incapaces de ir a su ayuntamiento a solicitar una licencia de actividad”, aseguró.
Es más Godino propuso la conveniencia de “promover una legislación propia de pymes” como hay en otros países, fijando condiciones solo para este tipo de compañías en todos los ámbitos (fiscal, laboral, administrativo). “El actual marco legal, que es el mismo para una gran empresa que para un autónomo sin asalariados genera muchas dificultades y hace al emprendedor gastar muchos esfuerzos que no puede destinar al desarrollo de esa inteligencia competitiva”, señaló el laboralista.
Globalizar más que internacionalizar
Pero independientemente del tamaño de empresa y el sector de la economía que convendría apoyar en estos momentos, los participantes de este encuentro coincidieron en el éxito de cualquier tipo de emprendimiento pasa porque se afronte teniendo en cuenta que su negocio se desarrollará en un mundo globalizado.
“En la nueva unidad mundial, España es demasiado pequeña para ser una economía doméstica –explica Enrique García– y la demografía es muy tozuda, da de sí lo que da de sí. Así lo vieron hace años países como Holanda o Finlandia”. Por eso, añade que se debe pensar en “la internanacionalización –o mejor, en la globalización como prefiere definirla Carreño– en dos vertientes: por un lado la tradicional de exportar bienes y servicios y, por otro, la de aprovechar en lo que España es muy competitiva, como lo son, por ejemplo, los ingenieros españoles”, añadió el socio de McKinsey & Co.
Esta segunda vertiente coincide con la defensa que hizo el presidente de General Electric de aumentar el tamaño de las empresas, persiguiendo el crecimiento orgánico de las compañías medianas. “Debemos asumir que tenemos un problema porque el mundo ha cambiado y ahora es coral y global y que, por tanto, debemos ser más simples y no tenemos que reinventar la rueda. Para crear empleo en este escenario solo hay un secreto:ser más competitivos y productivos”. Y considera que para ello se puede actuar sobre dos vertientes:crear empleo y cubrir todos los puestos de trabajo que hay.
Esto lleva a otro de los principales debates que hubo entre estos expertos: la falta de trabajadores formados según las necesidades de las empresas.
El gran problema de la formación
Así, todos coincidieron plenamente en apuntar al gran gap existente entre el tipo de formación que se da a los jóvenes y la que demanda el mercado productivo. “La fuerza educativa no se corresponde ni con lo que piden las empresas ahora ni lo que van a pedir en un futuro”, se queja el presidente de General Electric.
Idéntica opinión tiene Teruel, quien cuando consideró que las empresas necesitan competir en iguales condiciones, se refería, entre otras cosas, a contar con una fuerza laboral adecuada a la demanda, que es lo que no existe en España en la actualidad. “Debe eliminarse ese muro de cristal infranqueable entre la formación que han recibido los trabajadores y la que exige la empresa”, dijo.
Este cambio de modelo formativo pasa por dignificar la formación profesional, según estos analistas. “Solo el 20% de los jóvenes de formación profesional cree que la sociedad ve bien su elección y eso es un estigma que hay que modificar”, alertó Carreño.
Inglés, ventanilla única y divulgación
El diagnóstico sobre la actual situación del emprendimiento en España parece que está clara para los cinco expertos que participaron en el desayuno. Pero ¿qué medidas concretas habría que tomar para mejorar la cantidad y la calidad de la iniciativa empresarial?.
Ricardo Martínez Rico, presidente de Equipo Económico y ex secretario de Estado de Presupuestos con el equipo del vicepresidente económico Rodrigo Rato, propuso varias medidas concretas y, a su juicio, imprescindibles.
“El ingles, si queremos empresas competitivas es básico que hablemos inglés, sin eso no lo conseguiremos”, aseguró.
La segunda medida a tomar, según Martínez Rico, también afecta a la formación y consiste en una mayor implicación de la educación primaria en el mundo empresarial. “Desde el colegio habría que hacer prácticas en empresas. Igual que todos van a la granja escuela, tendrían que tener contacto con el mundo empresarial”, añadió.
Por otra parte, el abogado Martín Godino echó en falta cierta ordenación de la legislación y las ayudas disponibles para los emprendedores. “El Gobierno ha ido aprobando leyes que establecen programas por aluvión. Y a esto se añade: “falta mucha divulgación y conocimiento de lo que hay disponible para ellos. Los emprendedores no saben a qué pueden acogerse, e incluso a los asesores nos cuesta muchísimo conocer todo lo que existe para ellos”, se queja el laboralista.
En este sentido, el presidente de las Cámaras de Comercio, Manuel Teruel, explicó que esta asociación empresarial lleva un tiempo “llamando a la puerta Ministerio por Ministerio para lograr que haya una ventanilla única verdadera, porque paradójicamente hay muchas ventanillas únicas”.