El nuevo piloto de Ford
Tras una fulgurante carrera dentro de la empresa, el actual director de operaciones de Ford, Mark Fields, se pondrá al frente del fabricante de automóviles
Para que un vehículo funcione bien, todos los componentes deben ocupar su sitio correspondiente y encajar a la perfección con los demás. Las piezas de uno de los mayores fabricantes de coches más importantes del mundo, Ford, parecen haber vuelto a su lugar tras un periodo de malos resultados. En plena recuperación, la compañía vivirá un proceso de sucesión en la dirección, pero todo apunta a que no supondrá un trastorno para un mecanismo que lleva más de cien años en marcha dentro del negocio de la automoción.
Mark Fields (Nueva York, Estados Unidos, 1961), actual director de operaciones de Ford, se convertirá en el consejero delegado de la firma a partir del mes de julio. Convencido de que lo importante es el trabajo en equipo para lograr el bien de la compañía –por encima de los éxitos individuales–, este ejecutivo será el relevo de Alan Mullaly, un gestor que se ha ganado el respeto del mundo empresarial estadounidense por el trabajo que ha llevado a cabo en los últimos ocho años. La tarea a la que se tendrá que enfrentar no es sencilla, pero Fields llega respaldado por su dilatada experiencia dentro de la empresa.
Enamorado de los coches desde niño –contaba por aquel entonces con una colección de más de 100 miniaturas– prefirió entrar en Ford en vez de enfocar su carrera hacia Wall Street, como hicieron muchos de sus compañeros del MBA que cursó en la Universidad de Harvard. En lo profesional, el marketing y las ventas son sus grandes pasiones, ya que considera que son las áreas que permiten tener un contacto más estrecho con el cliente.
Mark Fields se crió en Paramus, Nueva Jersey, donde todavía son muchos los que guardan un recuerdo de aquel joven apuesto y atlético. Algunos de los que compartieron con él promoción en el instituto cuentan en los periódicos locales de la zona tras su nombramiento que era uno de los “chicos listos” de la clase. Aquel muchacho inteligente que compaginó sus estudios con empleos a tiempo parcial, cursó Economía en la Universidad de Rutgers e inició su carrera en IBM. Sin embargo, finalmente pudo acercarse al mundo del motor que tanto le fascinaba.
La relación de Fields con Ford comenzó cuando entró a formar parte de su departamento de marketing. A partir de ahí, su trayectoria dentro de la compañía empezó a ir viento en popa. Tantos ascensos seguidos relató el directivo a su mujer que esta, según confesó en una entrevista el propio Fields, llegó a pensar en más de una ocasión que los anuncios no eran más que bromas del ejecutivo.
Y no es para menos, puesto que el nuevo consejero delegado de la empresa que creó Henry Ford ha batido numerosos récords. Con 36 años se convirtió en el encargado de dirigir las operaciones de la empresa en Argentina. Dos años después se trasladó a Japón para hacerse cargo de Mazda (con lo que se convirtió en el ejecutivo más joven en tomar las riendas de una compañía de semejante importancia en el país nipón). Pero su mayor reto llegó en 2005, coincidiendo prácticamente con el inicio en la sangría de beneficios de Ford y poco antes de que Alan Mulally entrara en la empresa para ponerle remedio. En ese delicado contexto, Fields se hizo cargo de la división americana de la firma e inició un plan de reestructuración que le valió la confianza de quien ahora le va a pasar el testigo.
Inició su carrera en IBM, pero finalmente pudo acercarse al mundo del motor que tanto le fascinaba
El ejecutivo, que ahora vive a caballo entre Dearborn (Michigan), –donde se encuentran las oficinas de la compañía–, y Delray Beach (Florida) –donde ha fijado desde hace algunos años su residencia familiar–, ocupa desde 2012 el puesto de director de operaciones, un nombramiento que fue interpretado por muchos como una pista sobre su futuro.
Su rápido ascenso en Ford parece hecho por arte de magia, una afirmación ante la que Fields ha respondido siempre diciendo que él no es más que un profesional. “Intentamos infundir a la gente una buena dosis de optimismo para que viajen con nosotros”, ha afirmado el ejecutivo en alguna ocasión. Y es que optimismo y pasión es algo que la Fields no le falta. Su entrega en todo lo que hace es su seña de identidad dentro de la compañía. Sus ideas claras y su forma de expresarlas, sin rodeos, sorprendieron al principio a la plantilla, pero esto también forma parte de ese cambio de cultura que el ejecutivo quiso propiciar en la empresa cuando esta atravesaba por un mal momento.
Su madre confesó en una entrevista que en la familia estaban convencidos de que el pequeño Mark, el menor de tres hermanos varones, iba a ser una niña. Sin embargo, su progenitora explicó que en su lugar dio a luz a un trabajador incansable que desde que era muy joven se empleaba a fondo para labrarse un buen futuro.
La recompensa a todo su esfuerzo le ha llegado en forma de una gran responsabilidad. Por el momento, Fields no se ha dirigido a los medios porque, según ha argumentado, quiere concentrarse en su nuevo cometido antes de responder a la prensa.
Flanqueado por su predecesor en el cargo y por Bill Ford, bisnieto del fundador de la compañía y actual presidente del grupo, Mark Fields explicó, al hacerse público su nombramiento que su principal reto será mantener y acelerar la senda del crecimiento cuya semilla plantó el exdirectivo de Boeing, Alan Mullaly.
Con la confianza de ambos y su propia experiencia, Mark Fields trabajará para que la maquinaria de Ford siga funcionando.