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Las batallas que se libran entre las cúpulas de las compañías y los gobiernos

Las ‘megaempresas’ pelean por dominar sectores estratégicos

Thinkstock

Las empresas globales, al calor de la recuperación económica, sacan sus tentáculos para controlar los mercados a nivel planetario. La consolidación de los sectores ha desatado una avalancha de operaciones corporativas que trascienden el objetivo de crecer. Ya se han anunciado operaciones corporativas por más de 900.000 millones de euros en todo el mundo en 2014. Y solo han pasado cuatro meses, por lo que los expertos prevén que el importe final supere el récord de 1,2 billones de euros de 2007, según los datos de Dealogic.

Áreas estratégicas como la energía, las telecomunicaciones y las farmacéuticas están en plena metamorfosis. Pero la batalla no se disputa solo en los despachos de los directivos de las empresas;la alta política tiene mucho que decir.

La amenaza de comprar compañías emblemáticas, y consideradas estratégicas, y los intereses geopolíticos están otra vez en el mapa, después de los largos años de sequía desde que estalló la crisis.

No es un problema nuevo, el proteccionismo se remonta desde el nacimiento del mercado. En la memoria queda la batalla a tres bandas por hacerse con Endesa entre 2005 y 2007. Los contendientes: la alemana Eon, la española Gas Natural y la italiana Enel. Ganó esta última, aliada con Acciona, y con los parabienes, eso sí, del Ejecutivo español de entonces.

La última batalla nacional ha sido Deoleo. Finalmente, el fondo británico de capital riesgo CVC se ha hecho con el control del líder internacional del aceite de oliva, no sin antes enfrentarse al Gobierno, que llegó a anunciar la entrada del Estado en la compañía de alimentación a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). De momento, se han impuesto los intereses económicos y ha ganado la oferta más alta, la del capital riesgo, a 0,38 euros por acción. La última esperanza del Ejecutivo era la cooperativa andaluza Dcoop (antigua Hojiblanca), que tiene el 9,6% de la empresa, y que ha vendido junto a BMN y Bankia, con un 21,2% en conjunto. Ambas entidades financieras han anunciado su intención de hacer caja y vender a CVC.

Es obvio que los gobiernos no pueden bloquear directamente una operación corporativa directamente, y menos sobre una cotizada. Pero sí que pueden intervenir sobre los sectores afectados, a golpe de normativa.

Hay una cuestión paradójica. Por un lado, los estados son a veces demasiado pequeños para frenar los anhelos monopolísticos de determinadas empresas. La UE ha tenido que enfrentarse a Microsoft en varias ocasiones, y el año pasado llegó a multarla por desacato. Por otro lado, las autoridades supranacionales cada vez tienen más control en las compañías europeas. Así, las desinversiones de Bankia en empresas estratégicas, como Iberdrola (5%), Mapfre (12%), Indra (20%), IAG (12,1%) y la mencionada Deoleo, han sido obligadas por la troika.

Industrias afectadas

Por sectores, la consolidación de las telecos ha amasado operaciones de más de 170.000 millones de euros hasta mayo, gracias a las adquisición de la estadounidense Time Warner Cable por su competidor Comcast, tras ganarle la batalla a Charter, la primera en pujar por la compañía de cable. Además, el viernes se conoció el interés de la teleco estadounidense AT&T por la compañía de televisión por satélite Direct TV, con un valor en Bolsa de más de 28.000 millones de euros. Los movimientos en el sector farmacéutico también son muy intensos, y las pugnas se avecinan duras. Pfizer afila sus armas para hacerse con AstraZeneca, la canadiense Valiant quiere comprar al fabricante de Botox y la suiza Novartis ha lanzado una oferta de 11.600 millones de euros por la unidad oncológica de la británica GlaxoSmithKline. La última operación que está en el mercado es la de la alemana Bayer por la unidad de cuidados de Merck, con más de 10.000 millones de euros en juego.

El dinero ahorrado durante los peores tiempos de la crisis está listo para salir de compras. Las empresas disponen de efectivo por unos 2,3 billones de euros y las firmas de capital riesgo, de 1,1 billones, según Credit Suisse. “El acceso a financiación en tamaño y precios iguales o mejores que en 2007 ha destapado las grandes operaciones corporativas, más inusuales para Europa que para América, como ha sido el anunciado intento de compra de AstraZeneca”, señala Álvaro Revuelta, director de Banca de Inversión de Citi en España.

Los inversores, mientras tanto, se frotan las manos con, en muchos casos, pingües plusvalías, derivadas de las batallas empresariales por el control de sectores estratégicos. Los caballeros blancos –empresas que salen al rescate de otra que ha sido la diana de una opa– suelen estar impulsados, o al menos respaldados, por los poderes políticos.

A continuación, se detallan cinco operaciones que están en plena disputa.

AstraZeneca

La voracidad de la estadounidense Pfizer no tiene límites. Ha jugado un papel crucial en la consolidación del sector farmacéutico. Después de haber engullido en 1999 a Warner Lambert por el equivalente a más de 80.000 millones de euros y en 2009 a Wyeth por unos 50.000, ha puesto a la británica AstraZeneca en su punto de mira. Las primeras cifras planteadas rondaban los 72.000 millones de euros. Es el segundo intento de Pfizer por echarle el guante a su rival, pues ya lo intentó, sin éxito, en enero. La cotización de AstraZeneca sube más de un 15% desde el 28 de abril, cuando Pfizer reconoció que mantiene su interés en comprarla, y el viernes la estadounidense puso encima del tapete 63.100 millones de libras (77.000 millones de euros). Con todo, la batalla se augura ardua. El presidente de Astra, Leif Johansson, ha advertido que la oferta infravalora el valor de la farmacéutica, y el mismo viernes el consejo de administración de la británica volvió a rechazar la oferta. Desde el mundo científico se avisa de que una eventual fusión dañaría la inversión en investigación médica. Menor competencia, menor necesidad de buscar nuevos principios activos. El Ejecutivo británico, por su parte, maniobra para evitar que una de sus empresas emblemáticas caiga en manos estadounidenses. Michael Heseltine, asesor del primer ministro, David Cameron, ha señalado que el Gobierno debería poder intervenir en la operación, y David Sainsbury, ministro de Ciencia con Tony Blair, ha pedido al Ejecutivo que bloquee la opa.

Alstom

El conglomerado francés centrado en la generación de electricidad y en la fabricación de trenes está en plena subasta de uno de sus negocios estratégicos. La estadounidense General Electric ha ofrecido unos 12.400 millones de euros por su filial de energía, y Alstom ha aceptado la oferta, al menos de momento... Pero el ministro de Economía francés, Arnaud Montebourg, ya ha advertido que la empresa es un “símbolo de la industria francesa”. La contienda acaba de comenzar. Queda por ver si finalmente la alemana Siemens toma cartas en el asunto y firma un cheque por más dinero, como le ha pedido Francia. El Estado galo rescató en 2004 a Alstom de la quiebra tras hacerse con el 21% de su capital, e irónicamente, oponiéndose a su compra por parte de Siemens. Eso sí, al tratarse de un sector clave, el Gobierno tendrá que dar el visto bueno a cualquier transacción. París ya ha avisado de que está vigilante y preocupada por la toma de control de la principal filial de Alstom por parte de una empresa americana. El escenario que descuenta el mercado es el de una contraoferta, como demuestra el hecho de que Alstom haya subido más de un 50% desde que comenzaron a sonar los rumores de una opa.

SFR

A comienzos de abril, Vivendi anunció que venderá su operador de telefonía móvil SFR a Numericable –propiedad del fondo luxemburgués Altice–, y rechazó la oferta alternativa que le había presentado su compatriota Bouygues. La lógica empresarial ha vuelto a imponerse y ha puesto el punto final a una feroz batalla. La firma controlada por Altice ha ganado con una oferta que supone valorar SFR en unos 17.000 millones de euro. La oferta mejorada del conglomerado francés centrado en los sectores constructor e inmobiliario alcanzaba los 15.000 millones.

Lafarge

Otra de las grandes operaciones europeas que está cocinándose es la de Lafarge con Holcim. Los dos gigantes mundiales del cemento, la suiza Holcim y la francesa Lafarge, están negociando una fusión entre iguales. De momento, tiene todas las bendiciones políticas y empresariales, pero siempre hay posibilidad de que llegue un tercero. Eso sí, no habrá dinero en efectivo:los accionistas de Lafarge recibirán un título de Holcim por cada uno de los suyos. Al final, los accionistas de la antigua Holcim controlarán alrededor de un 53% de la fusionada, que cotizará en París y Zurich.

Allergan

La farmacéutica canadiense Valeant anunció la semana pasada la compra de la estadounidense Allergan. La operación está valorada en alrededor de 34.400 millones de euros. Los laboratorios canadienses se han aliado con el inversor Bill Ackman, quien actúa a través de su fondo de capital riesgo, Pershing Square Capital Management, para hacerse con el control de su rival, propietaria de Botox. Eso sí, la estadounidense se resiste y advierte que la opa es hostil. Así, ya está en conversaciones con Sanofi y Johnson&Johnson para comprobar si alguna quiere contraofertar y convertirse en su caballero blanco, que la salve de las garras de la canadiense, según Bloomberg.

Los negocios que están en la diana

El sector farmacéutico, el asegurador y el de las telecomunicaciones se encuentran en el punto de mira de las operaciones corporativas que se vislumbran en el horizonte en_Estados Unidos y Europa, según un informe reciente de Credit Suisse.

Telecomunicaciones

La consolidación del sector de la telefonía móvil en Europa puede provocar movimientos en los próximos meses. La firma suiza destaca que en países como España las operadoras virtuales de móvil representan sobre un 10% del mercado, lo que puede conducir a compras por parte de las grandes. Y en Alemania, con Vodafone, Tele 2 y KPN como protagonistas y en Holanda, con Telefónica y KPN.

Sector farmacéutico

Uno de los sectores en los que se esperan más operaciones corporativas en los próximos meses es el farmacéutico. En Europa, la lista de posibles compradores es amplia. Entre ellos están Shire, Meda, Roche, Sanofi,

AZN, GlaxoSmithKline, Novartis y Bayer. En Estados Unidos, Credit Suisse augura nuevas adquisiciones de pequeñas y medianas compañías o acuerdos de patentes. El interés mostrado por parte de Novartis y Pfizer por comprar nuevas empresas demuestra que las aguas están revueltas en el sector. La firma suiza señala a Forest Laboratorie como un posible comprador potencial.

Bienes de lujo

Otro frente de las operaciones corporativas en Europa es el mercado de los bienes de lujo. Varias de las mayores compañías del sector cuentan con sólidos balances, están en manos de inversores de capital privado y tienen un accionista de control. Por eso, la firma suiza espera movimientos por parte de LVMH, Kering, Richemont and Swatch, Hermes, Tod’s, Ferragamo y Burberry.

Aseguradoras

Tras unos años focalizados en mejorar sus bases de capital, las aseguradoras europeas podrían lanzarse a las primeras operaciones corporativas después de la crisis. Credit Suisse añade a la española Mapfre entre las compañías del sector que podrían estar interesadas en realizar adquisiciones este año. Junto a ella, Axa, Allianz, Prudential, L&G, Ageas, Sampo y Gjensidige.

Sector bancario

Los bancos de pequeña capitalización podrían seguir protagonizando procesos de fusión en Estados Unidos. Los potenciales compradores serían Associated Banc-Corp (ASBC), BankUnited, HBHC y Susquehanna Bank.

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