Pros y contras de un euro caro para la economía española
El euro ha emprendido un rally alcista frente al dólar que le ha llevado a superar los 1,38 dólares, un techo que no alcanzaba desde noviembre de 2011. La apreciación de la moneda única es una noticia con pros y contras para la economía española. Por un lado abarata las compras de petróleo y derivados, que cotizan en dólares, una noticia que no es baladí para una economía que importa el 98% del crudo que consume.
Cada año, las administraciones, empresas y hogares de España importan 486 millones de barriles de petróleo, lo que les supone un coste superior a los 60.000 millones de euros. De esta manera, por cada diez euros que se abarate el barril de Brent, de referencia en Europa, el ahorro para las arcas públicas se eleva a 6.000 millones de euros. Por lo tanto, una variación al alza o a la baja del precio del crudo es una variable fundamental para la evolución de la economía en el corto plazo.
De déficit a superávit energético
En lo que va de año, el precio del Brent se ha situado en un promedio de 79,10 euros por barril, mientras que en el mismo período de 2013, la media se situó en 85,5 euros. Una rebaja de 6,4 euros por barril que, por lo tanto, implicaría un ahorro que rondaría los 3.840 millones de euros. Una cifra que con toda probabilidad se vería reducida en la medida en la que en el menor precio del barril de crudo se ha producido por la caída de la cotización internacional y la apreciación del euro frente al dólar.
En cualquier caso, ese ahorro tendría un efecto balsámico en la acelerada reducción del déficit comercial de España y en especial el ligado con la compra de energía. La balanza comercial, que mide la diferencia entre exportaciones e importaciones, cerró el pasado ejercicio con un déficit de 16.000 millones de euros cuando a principios de la crisis rozó los 100.000 millones. Un ajuste por encima de los 85.000 millones de euros que podría haber sido mayor de no ser por el elevado nivel de dependencia energética. Desde la Secretaría de Estado de Comercio calculan que sin el apartado de la energía, el déficit de 16.000 millones con el que se cerró el pasado ejercicio se convertiría en un superávit de 25.000 millones.
En el lado negativo, la apreciación del euro encarece las ventas de bienes y servicios fuera de la zona euro, en un momento en que países como Rusia, Marruecos o Turquía se han convertido en un refugio seguro frente a la debilidad europea, y encarece los viajes de los turistas no europeos. Dos efectos que pueden tener un impacto muy negativo en la economía española, cuya recuperación y crecimiento está basado casi en exclusiva en esos dos ejes.
En las últimas previsiones macroeconómicas del Ejecutivo (no son las definitivas porque enviará a Bruselas en abril otras mas actualizadas que incluirán un crecimiento del PIB del 1%) calcula que todo lo que crezca el PIB se deberá en gran medida al sector exterior, cuya aportación al crecimiento estará en torno al 1% del PIB, mientras que la demanda interna seguirá restando algunas décimas, aunque menos de la mitad de lo que lo hizo en 2013 como consecuencia de la mejoría del consumo y de la inversión. En lo que se refiere a la balanza comercial, desde la Secretaría de Estado consideran que el impacto sería neutro. Es decir que el ahorro que se obtendría por el abaratamiento del crudo se vería diluido por la caída de las exportaciones fuera de la zona euro.
Sin impacto en el turismo
La otra partida que se podría ver seriamente afectada por la apreciación del euro es el turismo, que tocó máximos históricos el pasado ejercicio. En 2013 llegaron a los principales destinos 60,6 millones de turistas extranjeros y gastaron más de 45.000 millones de euros, dos hitos que sin duda han sido vitales para que la balanza por cuenta corriente de España mostrará a finales de 2013 un saldo positivo por primera vez en 30 años.
Un euro apreciado encarece los viajes de los visitantes de fuera de la zona euro. Aquí, el mercado más importante es el británico, ya que es el que más turistas emite a España, con 14,3 millones al año (un 23,6% del total). Fuentes empresariales descartan que la apreciación del euro frente a la libra esterlina pueda condicionar las decisiones de viaje de los británicos, ya que consideran que el primer factor que les inclina a optar por uno u otro destino es la fidelidad. Además las empresas consideran que el buen ejercicio registrado el pasado año les ha permitido sanear sus cuentas de resultados. “Si es necesario un esfuerzo adicional en determinados mercados, estaríamos dispuestos”, recalcan.
Fuera del mercado británico, el más importante es el ruso, que ha experimentado el mayor crecimiento de los dos últimos ejercicios, convirtiéndose en el más importante fuera de la zona euro y en uno de los más relevantes en cuanto a pernoctaciones y gasto. Desde 2011, la llegada de turistas rusos se ha duplicado, pasando de 859.000 a 1,58 millones, con un gasto anual de 2.350 millones de euros, un 4% del total. Esas mismas fuentes descartan que el encarecimiento de los viajes vaya a reducir el flujo de visitantes rusos, en la medida en que la gran mayoría son de elevado poder adquisitivo. Una percepción que se corrobora con los datos oficiales; el gasto medio por viaje es de 1.487 euros frente a los 976 euros de media de todos los turistas, mientras que el gasto diario por visitante es de 138 euros, 29 más que la media.
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