Salvaje, imprevisible e irracional
Vandálica lucha en Europa por la gran cruzada de los máximos anuales. El Ibex defiende estoicamente el soporte los 9.950/43 puntos. Los bajistas fracasan en Wall Street, tras amenazar en los máximos del S&P 500.
Auténtica batalla campal la que se está viviendo en los mercados esta semana. Una vandálica lucha a muerte que va más allá del control del corto plazo. No se está combatiendo por unos pocos puntos arriba o abajo, ni por tan o cual soporte. La intensidad, la ferocidad y la violencia que se están viendo en los ataques de ambos ejércitos en niveles tan importantes, es por algo más profundo. Me atrevería a decir que el vencedor será quién mande en las Bolsas el resto de año. Y muy probablemente, cuando se resuelva esta primera gran cruzada de 2014, el impulso que vendrá después será muy salvaje. Tanto alcistas como bajistas están dejándose literalmente la piel en las imprevisibles agresiones. En una guerra tan irracional que cuando termine dejará mutilados a los perdedores y sin más opciones que la retirada masiva de sus tropas del campo de batalla. Y por supuesto, los vencedores no tendrán piedad con sus adversarios que habrán de asumir el bárbaro destino que les espera.
Por el momento es muy complejo intuir quién morderá el polvo. Si bien son los osos los favoritos por gran parte de la comunidad de inversores, los gráficos demuestran lo contrario. Incluso hay quien lleva tiempo hablando de un crash en Wall Street, casi al estilo del 29, dicen. La similitud de las pautas que se están trazando actualmente en Wall Sreet, con las que se vieron en aquel nefasto año del siglo pasado son el argumento. Y sí son muy parecidas, pero no así el escenario, ni la época, ni las circunstancias en las que se producen. Con un sólo argumento técnico se pone en duda ese escenario. El S&P 500 ha desarrollado durante 10 años un extenso lateral en a,b,c entre los 1.576/52 y los 666/768 puntos. Este lateral está roto al alza y confirmado a cierre anual en 2013. Le da una proyección de 910 puntos para los próximos 10 años. Podríamos ver al General Custer en los 2.500 puntos en ese largo plazo.
Con todo, no pecaremos de soberbios y las vigilaremos. Tener ideas opuestas sobre un gráfico no significa dejar de escuchar las de los demás. La humildad es una de las mayores virtudes de un trader. En los mercados jamás termina el aprendizaje. Pero tampoco es de recibo estar mentando al lobo durante meses y meses, porque en algún año llega. Luego eso sí, aparecen diciendo: "Esto ya lo avisé yo". Así es muy sencillo hacer pronósticos de Bolsa. Todos sabemos que tarde o temprano habrá un gran techo. Lo complicado es detectar en qué nivel será para poder recoger la cosecha antes de la tormenta. Otra de las grandes virtudes de un trader es saber decirse así mismo: "Me equivoqué, mi escenario era erróneo". Ayer, la vuelta de en el día en Wall Street quedó en nada. La amenazantes figuras no dieron paso a velas sólidas y extensas a la baja. Muy al contrario, los tres selectivos levantaron contrafiguras robustas al alza, anulando la temible pauta. El S&P ascendió un +0,60% hasta los 1.839 puntos y retorna al asalto de los máximos históricos. En el Dow Jones, la subida fue del +0,58% hasta los 16.133 puntos y el Nasdaq Composite hizo lo propio con un +0,70% hasta cerrar en los 4.267 puntos. Será importante ver si a cierre semanal logra dormir por encima de máximos anuales.
Las velas bajistas que se insinuaron al otro lado del Atlántico sí hicieron mucho daño en Europa, pero no fueron suficientes para amedrentar a los alcistas. En la durísima sesión de ayer volvieron a quedar dos cosas nítidas; los toros están muy fuertes y los osos repiten fracaso tras sus destructivos zarpazos. Nuevo fallo consecutivo de los bajistas en toda Europa cuando los soportes estaban rotos. Esto demuestra la importancia de esperar los cierres para obtener una mínima confirmación. Si a primeras horas de la mañana parecía que los bajistas iban a salir victoriosos definitivamente, retomando el control de la corrección, sus adversarios les devolvieron las afrentas una vez más. Realmente uno se queda con la boca abierta viendo el espectáculo que ofrecen las velas sobre los gráficos de pequeño minutaje. Lo imposible se hace posible sin que logremos entender el porqué. Pero sucede y hemos de asumirlo. Los osos no pueden echar abajo a los índices ni en los momentos más complicados por los que pasan sus oponentes. Esto se llama impotencia y puede provocar el temor en sus tropas. Verse rechazados una y otra vez, tras dejarse hasta el último aliento en las refriegas, hace mucho daño psicológicamente. Y es un peligroso desgaste mental para quienes buscan el lado corto.
Mucho tuvo que ver el Campeador en el resultado de la sesión de ayer. Bien es cierto que lleva mucho retraso con respecto al resto de sus homólogas. Y que venía arrastrando una clara debilidad desde la semana pasada. Pero sobre el soporte está cambiando el agotamiento por resistencia. Y esa es una buena señal para la renta variable. Deberá refrendar este heroico aguante con la conquista de los 10.200 puntos. Esto se demostró cuando tras una apertura claramente a la baja, con fuerte hueco hasta los 9.918 puntos, el selectivo español reaccionó en escasos minutos para volver al soporte clave de los 9.950/43 puntos. No volvió a cederlo en toda la sesión. Los alcistas no sólo lo defendieron con coraje y valentía, sino que atacaron los 10.000 puntos repetidas veces. Tras un último intento bajista de derribar los 9.950/43 puntos, pasadas las dos de la tarde, se les acabaron las fuerzas. Fue entonces cuando los toros se aprovecharon. Lanzaron su contraofensiva y terminaron cerrando el gap de apertura, para acabar la sesión sobre los 10.062 puntos. Mínimo ascenso del +0,08% que sabe a gloria tras la sangrienta batalla. Dibuja una sólida y extensa vela verde con cierre en máximos que ya habla muy claro. Los toros van a por los 10.200 puntos tras defender de manera brillante el nivel de los 9.950/43 puntos. Hoy, el importante cierre semanal puede ratificar la impecable defensa del soporte, con un asalto a los 10.200/20 puntos. Sería la guinda a una emocionante y peligrosa semana.
En el resto de Europa, también se vivieron momentos muy tensos. El Káiser germano fue el selectivo que peor lo pasó y el único que acabó en negativo. Perdió el pequeño lateral y la vela de onda alta previa, trazando su proyección mínima de 100 puntos en unas pocas horas. Los blindados se tuvieron que replegar hasta los 9.504 puntos. Los obuses callaron por un día, pero lograron salvar la situación gracias a la infantería en el resto de sus homólogas. A cierre, el Dax se dejó un -0,43% hasta los 9.618 puntos. Salva el primer soporte de los 9.600 puntos por la mínima, trazando la figura del día, una extensa y sólida vela verde con ligera sombra inferior. Las mismas implicaciones que en el selectivo español, claramente alcistas. Por su parte, el Emperador europeo también perdió su figura previa y el primer soporte de los 3.096 puntos. Tras tocar mínimos a escasos dos puntos de la mítica cota de los 3.077, se vino arriba con fuerza. No sólo recuperó el soporte, terminó en positivo con un mínimo ascenso del +0,03%. El Eurostoxx vuelve a quedar sobre la parte alta de su lateral en los 3.121 puntos. Misma vela que sus homólogas, con la sombra inferior más extensa. El asalto a los máximos anuales cada vez más cerca.
Si ayer hubo una figura en los gráficos europeos que destacó con nota, fue la trazada en el General De Gaulle francés. Un impresionante y kilométrico marubuzo alcista, sólido de principio a fin que tras el descenso inicial, acaba en sus máximos anuales sobre los 4.355 puntos. El ascenso del +0,33% de la legión francesa deja listas a sus tropas para sentenciar la corrección y acabar con el ejército bajista. Puede ser el segundo índice de nuestro continente en pasar la gran barrera, tras el Mibtel italiano. Como ya comentamos ayer, esto puede dar alas al resto de sus homólogas. El Cac vuelve a demostrar el porqué de nuestra admiración por él. Una sólida roca en la renta variable europea y un frontón para las aspiraciones de los osos. Su gráfico debería ser expuesto en todos aquellos lugares donde se enseñe Chartismo. No hay mejor índice que demuestre como se sube en Bolsa con solidez y sin estridencias. Y lo más importante, como deben ser respetados milimétricamente los soportes horizontales que van dejando las velas.
Para terminar con nuestro continente, el Gentleman inglés nos volvió a sorprender una vez más. Soberbia la semana de los cuerpos especiales británicos. Si el doji previo sugería un pequeño descanso como ayer citamos, lo tuvo. Perdió la figura y trazó mínimos sobre los 6.732 puntos. Muy cerca de la parte inferior de la segunda gran vela alcista que protagonizó la escapada estas últimas sesiones. Lo que no esperábamos es el interminable martillo que trazó ayer. Una figura que puede catapultar al Footsie hasta los máximos anuales de 2013 y 2014 en los 6.875/67. Acabó la sesión en positivo con un ascenso del +0,24% hasta los 6.812 puntos. Por su parte, el César italiano ascendió un mínimo +0,06% hasta los 20.452 puntos, tras bajar a hacer un primer test a la ruptura de los máximos históricos. Resolvió sin problemas la situación dibujando una sólida vela verde sin sombras. Pide seguir con la ascensión y tener un segundo cierre semanal por encima de la gran resistencia anual. Los centuriones consolidad su victoria.
Hoy cierre semanal, sabremos si los alcistas rematan la faena tras el fiasco de los osos o la batalla queda pospuesta para el cierre mensual de la semana que viene. En la primera hora de negociación, el Ibex se muestra algo indeciso. Tras abrir en positivo se vió ligeramente a la baja. Veremos si se vuelve a repetir la jugada de los últimas sesiones y acabamos en números verdes. Será lo más probable. Les deseo un buen fin de semana a todos. Volvemos el próximo martes.