La Bolsa da por terminada la tormenta de los emergentes
Como si de una ciclogénesis explosiva se tratara, hace 19 días las fuertes depreciaciones del peso argentino y otras divisas emergentes atemorizaron a los mercados y provocaron fuertes caídas en las Bolsas. Tres semanas después, la situación se aleja del dramatismo de la última semana de enero hasta el punto de que varias de las monedas de países emergentes más castigadas por esta tormenta cotizan ya en niveles inferiores a los que registraban antes de que estallara el temporal.
El 24 de enero, las tensiones procedentes de los países en desarrollo frenaron en seco un entorno plácido para los mercados, con subidas en las Bolsas y optimismo reinante. A las caídas del peso argentino les acompañaron las depreciaciones de, entre otras, la lira turca, el rand sudafricano o el rublo ruso. El principio del fin del programa de estímulos de la Reserva Federal estadounidense, del que los emergentes se han visto especialmente beneficiados estos últimos años, se suma a la vulnerabilidad de varios estos países por la falta de reformas y provocan inquietud en los mercados. Ante esta crisis, los bancos centrales de estos países reaccionaron con subidas de tipos para proteger a sus monedas. La más significativa, la del banco central turco, que elevó el precio del dinero del 7,75% al 12%.
El peso argentino, primer promotor de las tensiones, se cambia a 7,80 unidades por dólar, por debajo del máximo de 8,01 alcanzado el 30 de enero. También se encuentra en un nivel inferior al de antes de la tormenta la lira turca. Si el 24 de enero se disparó hasta las unidades por 2,33 dólar, hoy mejora hasta las 2,19. Por su parte, el rand sudafricano está cerca de volver al tipo de cambio que tenía el 23 de enero. Entonces se cambiaba a 10,99 unidades por dólar y hoy se sitúa en los 11. El peso mexicano, afectado por su cercanía a Argentina y el temor a un contagio, se cambia a 13,31 unidades por dólar, por debajo del 13,4 que presentaba antes del comienzo de las últimas tensiones.
Hay otras divisas emergentes, sin embargo, que no han logrado corregir su depreciación de las últimas tres semanas. En este campo se incluye el rublo ruso, que cotizaba en 34,08 unidades por dólar el 23 de enero y subió hasta las 34,55 un día después se cambia hoy en las 34,7. El peso chileno está en 554,1 unidades por dólar, frente a las 549,19 de antes de la tormenta.
La mayoría de los expertos considera que no se debe generalizar porque la situación de los países emergentes no es igual. Por eso creen que se deben separar los países vulnerables de los que tienen fundamentales más sólidos. Alejadas estas tensiones, al menos de momento, algunos inversores creen incluso que es momento de comprar activos emergentes. Así lo afirma Barclays en un reciente informe donde señala que “a pesar de que los riesgos en los mercados emergentes son numerosos, nuestro equipo de estrategia global cree que es tiempo de comprar acciones de estos mercados dado el bajo de nivel de valoraciones, pues lo peor podría estar ya en precio”. En cuanto a las divisas, señala que el rublo es la menos vulnerable, aunque recomiendan posiciones cortas.
Credit Suisse destaca en un informe que, a diferencia de la crisis de los emergentes de 1997, la deuda en divisas emergentes es menor (20% del PIB frente al 40% de finales de los noventa), las reservas de divisas son mayores (30% frente al 10% del PIB) y los déficits son menores (a excepción de en China). El crecimiento de los países emergentes ha caído por debajo de lo que cayeron en la crisis de los 90, y no se espera que el precio del petróleo caiga como entonces. Por el contrario, el apalancamiento del sector privado es mayor, el mercado laboral es más rígido y los emergentes están más expuestos a una desaceleración del crecimiento chino. En conclusión, la firma suiza considera que los fundamentales son mejores que en aquella crisis. En cuanto a la inversión en estos mercados señala que “es demasiado tarde para sobreponderar en estos mercados pero demasiado pronto para infraponderar”.
Desde Standish sostienen que “una vez que la volatilidad se haya apaciguado, los partícipes del mercado continuarán distinguiendo entre países, tipos de crédito y divisas evaluar la volatilidad”. Además, añaden, “la mayoría de los mercados emergentes mantienen un nivel inferior de deuda que el de algunos países desarrollados y cuentan con flexibilidad para realizar ajustes, tanto en política fiscal como monetaria, frente a las presiones del mercado”.
Un factor que podría ayudar a los mercados emergentes es la previsión de que las materias primas subirán en 2014. Nicholas Brooks, Jefe de Análisis y Herramientas de Investigación de ETF Securities explica que, según un estudio elaborado por esta firma, “la mayoría de los inversores manifestaron ser positivos en cuanto a las perspectivas de crecimiento mundial en 2014, con EE UU a la cabeza. Esto probablemente explica su optimismo general hacia las materias primas después de tres años de bajo rendimiento, siendo el platino y el cobre las opciones mejor valoradas”. La retirada de estímulos de la Fed también seguirá siendo determinante sobre la marcha de los mercados emergentes, según los expertos.