Vuelve la capacidad de financiación
Las cuantas no financieras de la economía española publicadas ayer el Instituto Nacional de Estadística reflejan de forma clara el cambio de tendencia que está experimentando la economía. Según esos datos, España acumuló una capacidad de financiación de 5.758 millones de euros en el tercer trimestre del año y un saldo positivo en el acumulado del año de 8.026 millones de euros, y se consolida un superávit que se había disfrutado por última vez en 1997. El dato constituye un punto de inflexión innegable en la evolución de las cuentas nacionales, que se explica tanto por la mejora de los balances de las empresas como de las familias, así como por la puesta bajo control de unas finanzas públicas desbocadas por la socialización de daños que genera toda crisis. Una economía dependiente de la financiación exterior no dispone del margen necesario para alimentar el crecimiento, puesto que siempre estará en manos de decisiones de los mercados financieros que, como se ha visto en los últimos años, se vuelven en contra cuando se abusa de los recursos ajenos. Por supuesto, la vuelta al superávit financiero no significa que el trabajo esté hecho o que no persistan graves y difíciles obstáculos que remover. Pero, poco a poco, la mejora en los indicadores macroeconómicos se sucede y el clima comienza a cambiar claramente.