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Industria aeronáutica

Correr más para avanzar y mantener el vuelo

La actividad aeronáutica ha duplicado su negocio en una década gracias a que cuenta con firmas punteras

Motor y sección de cola del A350 en la planta de Airbus de Getafe.
Motor y sección de cola del A350 en la planta de Airbus de Getafe.

Es una industria en la que España ha estado presente, de manera destacada, a lo largo de más de un siglo. Hoy puede jactarse de ser uno de los pocos países en el mundo que tienen capacidad para participar en todas las fases de fabricación de un avión, desde la investigación y la producción hasta la venta o el mantenimiento.

“España es un paradigma en muchos aspectos en aeronáutica y siempre ha hecho las cosas bien porque una cualidad de este sector es que las cosas no se pueden hacer mal: un avión no puede fallar”, insiste César Ramos, director de la Asociación Española de Empresas Tecnológicas de Defensa, Aeronáutica y Espacio (Tedae).

La excelencia en la fabricación, la calidad en la producción y el máximo nivel de vanguardia en los productos caracterizan a una industria a la que no es fácil incorporarse por la barrera que imponen unos requerimientos muy estrictos.

Cuenta con empresas punteras que, en conjunto, cubren todas las fases de producción de una aeronave y, por separado, están especializadas en determinadas tecnologías o segmentos de producción.

El 95% de la facturación total se concentra en unas 35 compañías

Estas compañías emplean directamente a más de 38.000 trabajadores, cifra que se multiplica por cuatro cuando se trata de empleo inducido. Al final, más de 120.000 personas dependen de una actividad que aporta al PIB entre el 0,8% y el 1,1%, y que facturó 6.915 millones de euros en 2012. En una década casi ha duplicado su negocio. 

España es el quinto país de Europa en tamaño y el octavo en el mundo y participa en los programas más complejos de aeronáutica de la UE, que abarcan desde fabricación de aviones hasta misiles: nuevos materiales, control de tráfico aéreo, simuladores, helicópteros, aviones regionales, aviones civiles de gran capacidad, de transporte militar, de combate…

“Tenemos capacidad para estar en todo, eso es muy importante”, subraya César Ramos, y añade orgulloso que también pertenecemos a ese reducido club de países donde es posible ensamblar un avión de gran tamaño.

El 71% de la producción nacional se centra en la fabricación de aeronaves y sistemas y el 12% de la facturación es para I+D. “Para no caerte de la cinta corres, pero para avanzar tienes que correr más”, apunta César Ramos.

Las cifras

6.915 millones de euros facturó el sector en 2012.

1,1% es la aportación de la industria aeronáutica española al PIB 12% es el porcentaje del negocio que se destina a I+D

Es una industria dual, civil y de defensa, lo que permite compensar los ciclos bajos de un negocio con los ciclos altos del otro, y ha llevado a cabo un proceso de concentración importante, necesario para competir.

En torno a 300 empresas trabajan en aeronáutica, aunque no todas con dedicación exclusiva. El 95% de la facturación se concentra en unas 35 compañías, y de ese porcentaje, el 90% lo acaparan ocho.

En aeroestructuras, es decir, el exterior del avión, EADS, Airbus e ITP son las líderes, a las que hay que añadir las denominadas Tier 1, es decir, las contratistas principales, Aernnova, Aciturri y Alestis; en propulsión, también destaca ITP, especializada en la fabricación de turbinas de baja presión para los motores de los aviones, y en sistema y equipos, Indra sobresale a nivel mundial en aeronáutica civil en las áreas de gestión del tráfico aéreo y de simulación.

En mantenimiento, un negocio que tiene cada vez mayor relevancia, Iberia Mantenimiento es líder del mercado en reparación, y está entre las primeras en ingresos, capta unos 1.000 millones de euros. Cifra similar a la facturación de las principales aeronáuticas nacionales.

Campo de pruebas de drones civiles

España podría ser el principal país europeo para realizar las pruebas de los sistemas aéreos no tripulados (UAVs) por sus condiciones climatológicas. El primer vuelo de uno de estos aparatos, el UAV Atlante, se produjo la pasada primavera.

Cassidian es la empresa tractora en este proyecto en el que también trabajan, Indra, GMV, Aries y más de 140 subcontratistas y proveedores españoles. En el programa están involucradas más de 500 personas.

El Atlante podrá realizar tanto misiones militares como civiles y operar desde pistas preparadas o ser lanzado desde una catapulta. Es un aparato dotado con tecnología de última generación desarrollada por la industria española, y ha sido diseñado siguiendo los estándares de los aviones tripulados.

Gracias a ello posee unas características que le permitirán operar en espacios aéreos civiles, a diferencia de los sistemas actuales, limitados a operaciones en escenarios de guerra.

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