Nueva negociación nocturna en Europa
En el pistoletazo de salida de lo que se espera que sean unas reñidas negociaciones sobre un esquema de resolución común, la Comisión Europea ha publicado un borrador de propuestas en el que se otorga el poder de decidir si los bancos deben liquidarse. Ese plan para el llamado Mecanismo Único de Resolución (SMR, por sus siglas en inglés) va por el camino correcto –pero pone a Bruselas rumbo a una colisión con Berlín.
El SRM es el compañero natural de la función que debe realizar el Banco Central Europeo, que comenzará a finales de 2014, para supervisar a los mayores bancos de la zona euro. Además de la supervisión, una unión bancaria adecuada necesita un organismo que pueda decidir cuándo un banco tiene que ser liquidado –y que tenga dinero para respaldarlo. Esta entidad tiene que estar separada del BCE y ser independiente del supervisor, que en algunas circunstancias podría dudar.
La propuesta de la Comisión se ajusta a esa parte del anteproyecto. El BCE señalaría los problemas a un comité de resolución donde habría representantes suyos, junto con otros de la Comisión y el regulador nacional. Este decidiría por mayoría simple si remitir o no el asunto a la Comisión, que decidiría en última instancia.
El organismo que se encargue de decidir sobre la liquidación tiene que estar separado del BCE
Se espera que Alemania objete. Wolfgang Schaeuble, ministro de Finanzas del país, ya ha advertido de que sería necesario un cambio en el Tratado para hacer frente a la transferencia de la soberanía que implica la intervención de los presupuestos nacionales por parte de la Comisión.
En el fondo, por supuesto, se encuentra la preocupación de Alemania por quién pondrá el dinero hasta que el fondo de resolución totalmente financiado por las entidades esté en marcha y las normas del proceso estén establecidas. La Comisión ha maquillado esta cuestión.
La falta de claridad complacerá a Berlín e impedirá la eficacia del SRM. En cualquier caso, las reuniones del Consejo Europeo suelen tomarse a altas horas de la madrugada. Cuando los ministros se reúnan a finales de este año, es posible que tengan que quedarse toda la noche.