LA FED Y LOS INVERSORES.
En los últimos 4 años los inversores que han apostado en la misma línea que la FED han hecho dinero, mientras que los que en algún momento han decidido cuestionarla han tenido que abandonar sus apuestas. Incluso PIMCO, el principal fondo de renta fija del mundo, tuvo que abandonar sus posiciones cortas sobre el treasury en el verano de 2011, con importantes pérdidas. Los que por el contrario se alinearon con la Reserva Federal no sólo accedieron a importantes beneficios, si no que también éstos tuvieron lugar en un entorno de escasísima volatilidad.
La explicitación de los planes de salida de la Fed han deparado un retorno de la volatilidad en los mercados que estimamos que ha venido para quedarse. Si bien el primer programa de compra de bonos de la Reserva Federal pudo haber tener sentido para equilibrar la economía (siempre que, a cambio, se acometeran reformas que se han pospuesto), lo cierto es que los siguientes no han hecho más que asentar las bases para futuros problemas de implicaciones negatiavs muy superiores a las que quieran evitarse en el primer momento.
Los actuales QE's (el tercero y cuarto) en marcha completará 18 meses si se cumplen los vaticinios de la FED (finalización de la compra de bonos a mediados del próximo año), claramente más amplio que los 12 meses del primero y los 8 meses del segundo. Con todo el balance de la FED alcanzará niveles de más de 4 billones de USD o lo que es lo mismo un 25% del PIB con además una muy preocupante mezcla de activos de largo plazo que disparará en el mercado las expectativas de que en algún momento la Reserva Federal deba acometer un plan de salida.
Es por tanto muy posible que en esa coyuntura los inversores descubran otras estrategias contrarias a los propósitos de la FED y que sea ahora más rentable ir en contra de la institución monetaria. La enormidad de su balance invita a pensar que el margen de intervención comprador en el mercado será muy limitado por parte de la institución, pero no descartamos que el mercado pruebe incluso la posibilidad de que la FED tenga que peligrosamente alargar sus compras de activos. En todo caso se trata de una fase más avanzada del proceso ahora el mercado sigue adaptándose a una potencial realidad sin liquidez abundante.