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Formación

La universidad que quieren las empresas

Las firmas señalan la conexión con la actualidad y los idiomas como principales carencias de los graduados

Con todo lo malo que ha traído, hay que reconocer a la crisis el haber ayudado a forjar algunos consensos. El crecimiento sostenible solo llegará de la mano del capital humano y la innovación. El derrumbe de la economía del ladrillo sepultó cualquier duda sobre ello. En este nuevo escenario, la universidad es un actor clave. Últimamente, en pleno debate por el proyecto de ley para la reforma educativa impulsada por el Gobierno (Lomce), es recurrente la afirmación de que la cifra de titulados superiores ya cumple el objetivo europeo para 2020 del 40% de los jóvenes. Los títulos, sin embargo, no garantizan que los jóvenes estén preparados para insertarse en el mercado laboral, algo clave en una economía que tiene a más del 50% de sus jóvenes en paro.

Los responsables del área de recursos humanos de varias empresas hablaron con Cinco Días sobre las principales carencias de los graduados a la hora de trabajar en sus organizaciones. Reunidos el jueves para debatir la reforma con la secretaria de Estado de Educación, Montserrat Gomendio, buena parte de los profesionales hizo hincapié en que las universidades, además de responder a la histórica demanda de un mayor nivel de inglés, deben ofrecer una formación que acerque más a los alumnos a la realidad, por ejemplo, con más estudios de casos al estilo de las clases que ofrecen las escuelas de negocio.

Durante esa cita, organizada por la consultora de recursos humanos Peoplematters, el responsable del área de selección de PSA Peugeot Citroën, César López, afirmó que la formación académica es en general de calidad, pero en la firma echan en falta la capacitación en competencias más prácticas, como la inteligencia emocional. López señala que los jóvenes solo la tienen cuando es algo innato. “Al final, en los procesos de selección valoramos aspectos que en las universidades no se desarrollan”. Para que ello cambie, añade, esas instituciones deberían imitar a las escuelas de negocios, “que son muy buenas en España”.

La universidad debe formar mejor para el trabajo en equipo y el liderazgo, afirma un director de recursos humanos

Con esa idea está de acuerdo el director de recursos humanos de Red Eléctrica, Juan Majada. “Los estudiantes tienen que ir más a la teoría del caso, a pensar”. Aunque cree que se ha mejorado mucho en los últimos años, Majada afirma que falta una visión más práctica de la carerra y una mayor conexión con el mundo real.

En esa desconexión con lo que ocurre en el mundo hace hincapié el director de recursos humanos de Ernst&Young en España, Alonso Cienfuegos. El responsable del personal de esa empresa de servicios de auditoría y consultoría afirma que muchos graduados no están lo suficientemente informados sobre lo que ocurre en el mundo. “Conocer la historia y las teorías es muy importante, pero el mundo cambia en el día a día y los alumnos también deberían trabajar con los casos actuales”.

Cienfuegos subraya además que la universidad debe “mentalizar” a los estudiantes de que es necesario salir al mercado laboral con un mayor entusiasmo por el trabajo. “A pesar de la crisis y el desempleo en muchos casos vemos una falta de compromiso con el trabajo y la formación”. Por último, señala que la búsqueda de empleo no debe ser considerada una etapa posterior a la obtención del título. “En los últimos años de la carrera universitaria es fundamental hacer prácticas, ir a los foros de trabajo de las empresas y conocer los procesos de admisión”.

El responsable de los servicios de Educación y Universidad de Pwc, Manuel Bravo, afirma que es fundamental reforzar la formación en competencias como el trabajo en equipo y el liderazgo. “Es algo en lo que coinciden las cámaras de comercio y las organizaciones empresariales”, asegura.

Que es necesario incluir una orientación menos teórica y más aplicable en el trabajo en los últimos años de la carrera es algo con lo que está de acuerdo la directora de recursos humanos de Heineken, Amalia Rodríguez. Por ello defiende que las prácticas realizadas en empresas deberían contar a la hora de la evaluación final de los alumnos. “También es necesario adaptar la formación a los requerimientos de las nuevas funciones laborales, cada vez más variadas y multidisciplinares”, señala.

Durante su intervención en el evento de Peoplematters, la secretaria de Estado para la Educación subrayó la relevancia de las prácticas para logar un mayor acercamiento entre universidad y empresa. Pero al hablar sobre las cuestiones a mejorar para que la educación universitaria se adapte a las necesidades del mercado, el énfasis de la funcionaria está puesto en un paso previo. Gomendio afirma que a la hora de elegir una carrera es fundamental que los estudiantes cuenten con más información sobre la empleabilidad de cada una. “En el mercado no hay suficiente demanda para los licenciados en ciencias sociales y jurídicas”.

La número dos del Ministerio de Educación señala que las personas con una vocación muy fuerte deben seguirla, pero para los que no la tienen o están más interesados en obtener rápido un trabajo, la universidad debe brindar información más completa sobre la salida laboral de cada opción.

El inglés, todavía pendiente

Tanto Gomendio, como todos los profesionales consultados, coinciden en que la mejora del inglés sigue siendo una deuda pendiente. La funcionaria apuntó que en una economía global, “salgan del país o no”, los jóvenes españoles tendrán que competir con graduados de todo el mundo. Por eso es imprescindible la mejora de esa lengua, una herramienta en la que España sigue estando en desventaja frente a muchos de los países vecinos.

El abordaje de una política lingüística eficaz es fundamental para avanzar en la gran tarea pendiente de la universidad española: la internacionalización del alumnado y el profesorado, clave para la excelencia académica. Así lo afirma un estudio reciente de Pwc. El informe Temas candentes de la universidad española señala que de los 3,4 millones de alumnos que estudian fuera de sus países de origen en el mundo, la universidad española solo atrae al 1,4%.

La Formación Profesional, clave de la reforma

Mejorar la educación con la vista puesta en la empleabilidad. Ese es uno de los principios que guían la reforma impulsada por el Gobierno de Mariano Rajoy (PP). La secretaria de Estado de Educación, Montserrat Gomendio, al explicar el jueves pasado el proyecto de ley a los responsables de recursos humanos de varias empresas, señaló que para luchar contra el paro juvenil es fundamental modernizar y prestigiar la Formación Profesional (FP). “Se sigue tratando como una vía secundaria de estudios pero no lo es. Tiene un mayor índice de empleabilidad, aunque con salarios un poco más bajos que las licenciaturas”, afirmó.

La número dos de Educación añadió que la FP hoy atrae a un 30% de los estudiantes, y que es necesario reformarla para que sea la opción de muchos más. Involucrar a la empresa en el proceso de formación del estudiante es uno de los elementos centrales del nuevo modelo.

Gomendio afirmó que la fortaleza del sistema educativo español es su elevado nivel de inversión y el número de alumnos. La debilidad, añadió, es que esa inversión no se traduce en buenos resultados en las evaluaciones.

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