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Columna
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RBS tiene que defender su libertad

La dirección de RBS ha declarando públicamente que el proceso para vender la participación del 81% que posee el gobierno del Reino Unido comenzará en menos de un año. Pero una venta rápida un arma de doble filo, como el propio rendimiento actual de RBS.

Lo mejor de las cifras del primer trimestre de RBS fue la falta de cargos excepcionales. En el período anterior, las multas por delitos menores en el Libor y la venta fraudulenta de seguros de hipoteca, los gastos de reestructuración y otros elementos costaron a los beneficios de la entidad 3.100 millones de libras. En el trimestre más reciente, el total fue de solo 142 millones de libras, permitiendo a RBS reservar 826 millones de libras.

Los gerentes de RBS serían los claros vencedores de la privatización, sea cual sea el precio

Hubo un gran punto negativo. Sus operaciones principales produjeron solo 1.300 millones de libras de beneficio operativo, mientras las expectativas rondaban los 1.800 millones. Esta debilidad no sorprendió en el banco de inversión, que está siendo recortado a medida, pero los márgenes netos de interés también se redujeron considerablemente de forma interanual en las divisiones empresarial y minorista del Reino Unido.

Estas cifras, junto con la posible necesidad de emitir miles de millones de libras de capital contingente este año, refuerzan las sospechas de que el valor de RBS se encuentra muy por debajo de la media de 500 peniques por acción que pagó el tesoro británico para rescatar al banco en 2008. Cualquier venta de acciones anterior a 2015 podría, por lo tanto, implicar que los contribuyentes están asumiendo pérdidas.

Las acciones de RBS se colocarán en tramos durante varios años, así que hay margen para que las futuras ventas superen este el precio. Reducir la participación del Estado podría también aportar beneficios prácticos y psicológicos, animando al personal y los inversores por igual.

Los gerentes de RBS serían los claros vencedores de la privatización, sea cual sea el precio. Los contribuyentes serían los peor parados, a un precio cercano al actual. Depende de RBS demostrar por qué esta operación puede ser una buena idea para todos.

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