Casi la mitad del déficit autonómico se genera en el último trimestre
Algunas comunidades retrasan el reconocimiento de gastos a diciembre Que el desfase aflore a final de año resta valor a las cifras de ejecución mensual
La historia, en mayor o menor grado, se repite desde que se inició la publicación trimestral de la ejecución presupuestaria de las comunidades autónomas en 2010. Los datos que se van anunciando en los primeros nueve meses sulen reflejar un déficit reducido y generan la expectativa –fomentada desde la propia Administración– de que se cumplirán los objetivos comprometidos.
Sin embargo, cuando finalmente se difunden las cifras anuales, los datos publicados hasta el tercer trimestre quedan desvirtuados al comprobarse que la mitad del déficit público se generó entre octubre y diciembre.
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, reconoció que ello sucedía con el anterior Gobierno y apuntó que el mayor control fiscal evitaría esos saltos estratosféricos en la parte final del año. La realidad es que se han mitigado, pero no han desaparecido. Por ejemplo, en 2011 las comunidades lograron incluso un superávit presupuestario en el tercer trimestre respecto al anterior, que fue pregonado a los cuatro vientos y generó grandes y elogiosos titulares. Y la realidad es que cuando se conocieron los datos del conjunto del año, ese buen resultado se convirtió en solo tres meses en un déficit del 3,3%, el mayor de la historia de las comunidades.
En 2012 la evolución ha sido más acompasada, aunque también se ha producido un incremento acusado del déficit en los últimos tres meses. Y ello llama la atención ya que, este año, las comunidades no abonaron la paga extra de diciembre, lo que supuso un importante ahorro para la Administración que tiene a un mayor número de empleados en nómina.
Los datos ilustran, indica el subdirector de Fedea, Ignacio Conde-Ruiz, el funcionamiento de las comunidades autónomas, que suelen aplazar el reconocimiento de gastos a la parte final del año. Ello, para los expertos, no supone ningún problema, ya que en sus análisis tienen en cuenta el grado de ejecución del presupuesto de gasto que asumen las comunidades.
Sin embargo, fuentes de Hacienda indican que sería recomendable que los datos de déficit mensuales siguieran un ritmo más proporcional para no generar falsas expectativas. Por otra parte, el hecho de que Hacienda adelantara transferencias a las regiones con problemas de liquidez el ejercicio pasado también permitió camuflar en los primeros nueve meses del año el agujero fiscal real que sufrían.
Por ejemplo, la Comunidad Valenciana registró hasta octubre un déficit de 668 millones. Y en solo tres meses triplicó esa cifra hasta los 3.513 millones. Fuentes de Hacienda del Gobierno valenciano explican que ello se debe a que en septiembre pusieron en marcha el registro único de facturas, que provocó que afloraran “deudas en los cajones que no se habían contabilizado”. Las mismas fuentes aseguran que este año no volverá a suceder.
Otro caso llamativo, aunque su peso en la economía general es menor, es el de Asturias, que en septiembre contaba con un superávit de 71 millones y, solo tres meses más tarde, cerró el ejercicio con un déficit de 233 millones. En este caso, aparecieron facturas sanitarias que el Ejecutivo no había previsto
Pese a los sustos del último trimestre, las comunidades lograron en 2012 lo que no habían conseguido desde que empezó la crisis: reducir su déficit. Y es lo que exige Hacienda que vuelvan a hacer este año.
Hacienda niega anomalías en las cuentas regionales
Un informe publicado por Fedea el 18 de abril advertía de la existencia de “cosas raras” en la reducción del déficit autonómico en 2012, lo que ha provocado un notable malestar en el seno de Hacienda y de la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE).
En su documento, Fedea mostraba su extrañeza por la drástica reducción del gasto corriente registrado en Cantabria (38%) y en Castilla-La Mancha y Baleares (26%). Fuentes de Hacienda indican que lo que Fedea denomina “anomalías” no es otra cosa que “el resultado del compromiso firme de las comunidades con la consolidación fiscal”.
Y señalan que las reducciones del gasto están justificadas por las medidas de ahorro adoptadas por la Administración central (copago sanitario o ajustes en educación) e iniciativas de las propias comunidades. Por ejemplo, cita que Castilla-La Mancha, cuya reducción drástica del déficit sorprendió a los analistas, recortó gasto corriente a través de la revisión de contratos de reparaciones, la renegociación de conciertos o la “optimización” de los gastos de funcionamiento de los conciertos educativos.
Por otra parte, el informe de Fedea detectaba errores en la llamada cuenta 413, apunte contable en el que se incluyen aquellos gastos que no cuentan con respaldo presupuestario. Una de las críticas es que ese epígrafe en algunas comunidades presentaba una cifra negativa. Hacienda argumenta que ello puede deberse a “rectificaciones, anulaciones o devoluciones de gastos de meses anteriores”.
Asimismo, Fedea señaló su extrañeza por el hecho de que el País Vasco no tuviera ningún apunte en 413. Hacienda señala que ello es normal, ya que el servicio de salud vasco es “un ente público con contabilidad privada”.