Si eres adicto al trabajo, sácale partido
Es difícil reconocer a viva voz que se tiene adicción al trabajo. Sin embargo a causa de la globalización, la flexibilidad, la movilidad y sobre todo las nuevas tecnologías, muchos nos hemos convertido en personajes pegados a un ‘smartphone’, a una ‘tablet’ o a algún ‘gadget’ que nos acompaña incluso en los lugares más insospechados. Me atrevo a darte algunas pistas que te ayudarán a reconocer si tienes o no esta adicción. Y en el caso de que des positivo, ¿por qué no sacarle partido?
Esa ansiedad por conectar con el trabajo también es un indicio de motivación, interés, fidelidad, creatividad
Nos ponemos en situación. Sales de la oficina o de casa para tomar un café, fumar un cigarrillo o hacer una breve gestión, y se te ha olvidado el móvil, ¿vuelves rápidamente a recuperarlo atraído por un insuperable síndrome de abstinencia? O, por el contrario, ¿puedes prescindir de él durante los 5 ó 10 minutos que vas a tardar en volver a tenerlo cerca? Si dudas de tu respuesta, ponte a prueba. ¿Sabes cuándo terminas tu jornada laboral? Entiendo que sí, que llega un momento más o menos pronto o más o menos tarde, en el que has terminado tus responsabilidades del día, “tiras el lápiz” y empieza tu momento de relax: llegas a casa y te pones cómodo; vas con los amigos o colegas a tomar algo; haces deberes con tus hijos; lees un libro; escuchas música; disfrutas de los placeres de la cocina. O por el contrario llegas a casa, tiras el abrigo, coges el ‘smartphone’ y lo desbloqueas cada tres minutos aproximadamente para ver si hay alguna urgencia que no pueda esperar a mañana por la mañana. O sencillamente, ¿ves Twitter para no perderte la actividad sin fin, de tus colegas, jefes, clientes y demás adictos que te rodean y ya de paso participas poniendo tu granito de arena?
Hemos comprobado que el 50% de los espacios corporativos habitualmente están vacíos
Lo peor es que esto se puede agravar el fin de semana, en el que las horas de ocio aumentan y es difícil sobrevivir a la tentación de conectarse. Nos ponemos de nuevo en situación. Una cena con amigos, tú pones el ‘smartphone’ encima de la mesa, con la excusa de “por si los niños necesitan algo” y enseguida se enciende la luz que te avisa de un ‘whatsapp’ de alguno de los grupos a los que perteneces, una alerta. ¿Sientes la necesidad incontrolable (o no) de leer todo lo que llega y responder, o decides guardarlo y disfrutar de la cena, la compañía y la conversación?
No cabe duda de que nuestros hábitos han cambiado y mucho. La línea que separa la vida profesional de la vida personal es cada vez más inapreciable. La clave está en ser consciente y capaz de marcar tus propias reglas de juego. Esa ansiedad por conectarnos con el trabajo, es un síntoma evidente de adicción, pero también es un indicio de motivación, interés, fidelidad, productividad, creatividad, que las empresas deberían valorar, compensar e incluso alentar.
“Los hábitos de trabajo han cambiado mucho. La línea que separa la vida profesional de la personal es cada vez más fina”
El horario y espacio donde realizas tu actividad profesional vienen marcados habitualmente por la empresa en la que trabajas, según sea su actividad o sector. Sin embargo, de forma natural surgen muchos momentos y lugares que son tan válidos y productivos como la propia oficina y en el horario ‘typical spanish’ de 9 a 19 horas, a los que estamos tan acostumbrados. Casi cualquier lugar puede ser válido para realizar una actividad profesional. De hecho, tenemos comprobado que el 50% de los espacios corporativos están vacíos habitualmente. Las razones son precisamente las que hemos comentado ya, nos conectamos en cualquier lugar (casa, cafeterías, hoteles, aeropuertos, salas de espera) y en cualquier momento (24 horas, 365 días).
Si después de leer este artículo te sientes identificado con los síntomas, diagnostícate como adicto al trabajo, y valora si tu empresa te facilita los elementos adecuados y la flexibilidad laboral que necesitas para aprovechar ese potencial que pones a su alcance, y si no es así, exígelo. El beneficio es mutuo.
Francisco Vázquez Medem es presidente de Grupo 3G Office.