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Columna
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Problemas en la jerarquía bancaria

Quién debe perder dinero cuando los bancos quiebran? La posibilidad de que aquellos que tienen contratados depósitos preferentes, pasen a ser titulares de bonos u obligaciones podría tranquilizar a los ahorradores sacudidos por las pérdidas que ha ocasionado el rescate de Chipre, y evitar así que cunda el pánico. Pero esta medida podría favorecer un arbitraje dañino entre préstamos y depósitos. Para evitarlo, será necesario vigilar este proceso y que los bancos dispongan de suficiente capital bail-in (aquel al que se le pueda aplicar una quita).

El capital de los bancos chipriotas era demasiado pequeño para soportar tantos depósitos, sin embargo, lo ocurrido en este país podría generar ansiedad entre los grandes depositantes de cualquier otro lugar ante las dificultades de un banco. Por ello, los legisladores europeos quieren evitar las retiradas masivas de dinero.

Una de las opciones que se barajan es perfeccionar la estructura de los productos que asumirían pérdidas en caso de que se produzca la quiebra de una entidad. Los depósitos asegurados ya están excluidos del bail-in, por lo que el siguiente paso sería clasificar los no asegurados por encima de la deuda prioritaria, imitando vagamente la práctica estadounidense.

El importe de la deuda prioritaria capaz de absorber las pérdidas es cada vez menor, ya que las entidades han echado mano con frecuencia de los depósitos y de los bancos centrales durante la crisis.

La historia nos sugiere que los bancos no se ofrecerán voluntarios para tomar medidas preventivas y que confiar en que los mercados vayan a imponerles disciplina es arriesgado. Los reguladores nacionales tendrán que fijar una cantidad mínima de deuda bail-in (susceptible de asumir pérdidas) que deberían poseer. Salvo que realicen las provisiones necesarias, es posible que una vez más entidades se enfrenten al dilema de rescatar o no a sus depositantes, por lo que estos no deben dar por sentado que el caso de Chipre sea un hecho aislado.

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