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Menos centros productivos

Las marcas pierden vigor industrial en España

Desde 2008 las grandes marcas de distribución en España ha perdido 86.000 empleos Deslocalización, crisis y marca blanca provovan cierres de centros productivos

Antes de la crisis fue la deslocalización. El fenómeno de trasladar fuera la producción en países desarrollados a otros en los que la mano de obra y otros costes son mucho más baratos impulsó en los años de bonanza económica previos a los de la crisis el cierre de fábricas en España.

La globalización, el desarrollo de las economías de países como China e India o la ampliación de la Unión Europea, entre otros factores, fomentaron la apuesta de multinacionales y grandes compañías españolas por la deslocalización.

Aunque no es un fenómeno que se originara en los años noventa, fue entre mediados de esa década y los primeros años del presente siglo cuando esta práctica vivió su mayor auge. Coincidiendo con uno de los periodos de mayor crecimiento económico vivido nunca en España.

A mediados de la pasada década el fenómeno de la deslocalización, con defensores y detractores entre los economistas y los sindicatos a partes iguales, fue perdiendo fuelle. En los últimos años, por ejemplo, es más habitual hablar de supuestos intereses de empresarios chinos por invertir en España que del traslado de una empresa del territorio nacional al gigante asiático. Incluso en algunos sectores, como en el textil, se pone de manifiesto la repatriación que están activando algunas compañías. El aumento del nivel de vida en China (y de los salarios de la clase trabajadora), el incremento de los costes del transporte de las mercancías o las medidas en materia laboral del actual Gobierno llevan ahora a algunas empresas a replantearse su apuesta por la deslocalización.

Pero el fin de la moda de la deslocalización coincidió con el inicio de la mayor crisis económica vivida en España durante los últimos 50 años.

Al cierre de fábricas motivado por la deslocalización le ha seguido el cierre provocado por falta de negocio o de financiación. La caída del consumo, el aumento del paro y las tremendas dificultades existentes en los últimos años para lograr créditos bancarios en España han agravado el proceso de cierre de centros de producción.

Según un estudio de la escuela de negocios Esade publicado en octubre de 2012, desde 2008 las grandes marcas de distribución en España ha perdido 86.000 empleos (directos e indirectos). Ignacio Larracoechea, presidente de Promarca, asociación que engloba a la mayor parte de los fabricantes de marcas líderes de alimentación, bebidas, droguería y perfumería de España, apunta otro factor para explicar la pérdida de empleo y cierres de fábricas: la competencia de la marca blanca.

A pesar de todo, las grandes marcas, los grandes fabricantes de artículos de consumo, siguen siendo un pilar de la economía española. Las marcas de gran consumo supusieron en 2011 algo más de un millón de puestos de trabajo, un 5,5% del total de la economía. Contribuyeron con 9.619 millones de euros en 2011 de manera directa e indirecta en impuestos al Estado, lo que supone cerca del 6% del total tributado.

Los menores ingresos de las grandes marcas en España en los últimos años han provocado también una caída en la inversión en investigación y desarrollo. El estudio de Esade destaca que a nivel mundial, en 2010, las grandes compañías de gran consumo invirtieron 30.185 millones de euros en I+D, un 25% más que en 2007, mientras que España no llega al 1%.

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