Los ocho retos de la banca
Tras el rescate y las reformas, España cuenta con uno de los sectores bancarios más saneados. Sin embargo, el autor enumera varios desafíos a los que los bancos tendrán que hacer frente en los próximos años.
Pocos sectores bancarios han realizado una reestructuración tan profunda como el español. Además de reducir considerablemente el número de competidores y la capacidad instalada, el sector ha realizado un saneamiento desde 2008 equivalente al 20% del PIB. Además, ha aumentado considerablemente el nivel de capitalización, ya que el nivel de solvencia exigido por el Banco de España se sitúa en el 9% en términos de capital de calidad (el llamado capital principal) desde 2013. Fruto de las reformas realizadas que se materializan en nada más y nada menos que 13 reales decretos-leyes, disponemos en la actualidad de un sector bancario más regulado, saneado y solvente.
Sin embargo, a pesar de haber corregido gran parte de los desequilibrios acumulados en la anterior etapa de expansión, los bancos españoles van a tener que enfrentarse en los próximos años a retos muy importantes.
1. El complicado escenario macroeconómico de la economía española va a ser la gran rémora para la recuperación de la rentabilidad y el negocio. Las previsiones disponibles sobre el comportamiento de la inversión, el PIB y el empleo no son nada halagüeñas, por lo que la morosidad y los activos problemáticos seguirán aumentando en los próximos años. De forma paralela, será necesario seguir saneando el activo, alcanzando a los sectores hasta ahora no saneados, como es el préstamo a las pymes y a la compra de vivienda. Además, el escenario de reducidos tipos de interés tampoco ayuda a la recuperación de los márgenes.
2. No se han normalizado las condiciones del acceso a la liquidez de los mercados mayoristas de financiación. Si bien se han abierto recientemente ventanas puntuales en el acceso a los mercados, no son suficientes dados los vencimientos pendientes y el acceso es a precios elevados. La dependencia de la financiación del Banco Central Europeo sigue siendo muy elevada, ya que la banca española concentra el 32% del préstamo bruto del Eurosistema, casi tres veces por encima de su peso en la banca europea. Desgraciadamente, el acceso a los mercados no solo depende de la solvencia de los bancos, sino también de la confianza de los inversores en la economía española. Mientras el riesgo soberano sea elevado no se normalizará el acceso a la financiación.
"El mercado único bancario es vital para la supervivencia del euro”
3. El necesario proceso de desapalancamiento que tiene que realizar en los próximos años tanto la economía española en su conjunto como el sector bancario obliga a reducir el tamaño de los balances y el stock de crédito. El principal peligro es que ese proceso sea acelerado y se materialice en menor concesión de crédito nuevo. Es necesario que la caída en el stock de crédito que se va a producir sea compatible con la existencia de crédito nuevo a sectores solventes. De lo contrario, la recuperación económica se retrasará más de lo deseable.
4. El futuro de los bancos nacionalizados es toda una incógnita en el escenario macroeconómico descrito. Hasta ahora la estrategia del FROB ha sido sanear y recapitalizar las entidades con problemas y subastarlas al precio simbólico de uno o cero euros. A partir de ahora, ha desaparecido la presión de la troika para subastar rápidamente las entidades, como demuestra la suspensión del proceso de venta de Catalunya Banc, a diferencia de las prisas que hubo en la adjudicación de Banco de Valencia. Las exigencias del MoU dificultan la recuperación de la rentabilidad de las entidades nacionalizadas, ya que ha impuesto venta de participadas, reducción de la ratio créditos/depósitos, limitaciones geográficas, reducción del balance del 60% y 30% en los grupos 1 y 2, respectivamente, etc. En este contexto, también es una incógnita qué parte de las ayudas concedidas las acabará pagando el contribuyente.
5. El futuro de Sareb (banco malo) también es una incógnita. La rentabilidad anual estimada del 15% conlleva un enorme riesgo, como demuestran las dificultades que ha tenido para atraer capital privado. Sareb es una cuestión de Estado, y eso es lo que explica que si bien al final el 55% del capital sea privado, haya habido dificultades para captar ese capital, estando en estos momentos pendiente de completar la tercera ronda de recapitalización para absorber los activos de los bancos del grupo 2. La estrategia adoptada de dilatar lo máximo posible el reconocimiento de pérdidas conlleva ventajas e inconvenientes. Así, la estrategia posibilita que no se encajen nuevas pérdidas en los balances bancarios, pero supone mantener activos improductivos mucho tiempo, generando desconfianza en los inversores. De esta forma, no se facilita el acceso de los bancos a la financiación mayorista y, por tanto, la recuperación del crédito.
6. El lento ritmo de avance hacia la unión bancaria tampoco ayuda a la recuperación ni del sector bancario ni de la economía. El mercado único bancario es vital para la supervivencia del euro, ya que permite una recuperación del grado de integración que se ha perdido en los años de crisis. El mecanismo único de supervisión bancaria en manos del BCE es un paso importante, pero claramente insuficiente. Mientras no se disponga de un mecanismo y autoridad de resolución bancaria y un fondo de seguros de depósitos europeos no se creará un auténtico mercado único bancario.
7. Las cajas de ahorros van a sufrir la condicionalidad del MoU. El anteproyecto de la nueva reforma de la ley de cajas pone muy cuesta arriba que las fundaciones bancarias tengan más del 50% de los bancos creados, ya que se exige un fondo de reserva y un plan de desinversiones y gestión de riesgos. Menos difícil será ostentar entre un 30% y un 50% del capital de los bancos, ya que en ese caso se exige un protocolo de gestión de participación financiera y plan financiero para detallar cómo hacer frente a necesidades de capital del banco participado. Con estos requisitos, veremos entrar capital privado en los bancos creados por las cajas.
8. Las entidades con ayudas públicas deben completar sus planes de reestructuración, que incluyen las exigencias de corrección de capacidad instalada impuestas por Bruselas. Pero en un escenario como el descrito (desapalancamiento de la economía e incierto cuadro macroeconómico), el resto de entidades también deben aligerar sus redes y plantillas, como demuestran los recientes anuncios de Santander-Banesto y CaixaBank. La recuperación de la rentabilidad exige más que nunca reducir costes para ganar eficiencia.
En resumen, lo peor del impacto de la crisis sobre el sector bancario ya ha pasado, ya que el saneamiento ya realizado es de una magnitud descomunal. Pero los brotes verdes siguen sin aparecer, por lo que al menos los dos próximos años serán difíciles para la recuperar los niveles de rentabilidad. Además, los últimos datos disponibles sobre refinanciaciones de crédito muestran que la cuantía no es despreciable, por lo que será necesario sanear los activos distintos a la promoción inmobiliaria (ya saneados con los decretos Guindos 1 y 2), en concreto, crédito a pymes y compra de vivienda. La diversificación geográfica del negocio y la calidad de la gestión serán determinantes una vez más para que la digestión de los retos pendientes sea más o menos pesada.
Joaquín Maudos es catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Valencia, investigador del Ivie y colaborador del CUNEF.