Los expertos alertan que el euro roza niveles que dañan la competitividad
La moneda del bloque del euro se ha revalorizado un 12% respecto al dólar y más de un 30% frente al yen desde el pasado verano, lo que le acerca a niveles peligrosos para la competitividad de las exportaciones, según los expertos. La apreciación del euro se debe en gran parte a las políticas expansivas de algunos bancos centrales para estimular el crecimiento.
Después de tambalearse incluso su existencia, el euro se ha hecho fuerte en los últimos meses. La moneda de la zona euro marca máximos desde noviembre de 2011, al situarse en 1,35 dólares, y se ha revalorizado un 12% respecto al billete verde desde que se cambiara a 1,20 el pasado verano, en los peores momentos de la crisis de deuda. Las menores tensiones financieras en Europa y, en gran medida, la caída (en algunos casos forzada) de las divisas refugio han favorecido la escalada de la moneda común, que ya se acerca a los niveles considerados peligrosos para la competitividad de las exportaciones españolas.
De hecho, la debilidad económica de la eurozona, todavía en recesión, se está viendo agravada por la fortaleza del euro, que puede llegar a cotizar a 1,45 dólares en los próximos meses, según apuntan algunos expertos. Aunque la ortodoxia alemana está a favor de un euro fuerte en vez de más débil, lo cierto es que los analistas ven dañino para la posición competitiva de economías menos fuertes como la española un euro más allá de los 1,38 dólares."En estos momentos cualquier caída del euro sería beneficiosa para Europa", asegura Victoria Torre, de Self Bank. "Si se encarece mucho se arriesga la competitividad", comenta Santiago Carbó, catedrático de análisis económico de la Universidad de Granada. No obstante, "es un efecto colateral de que la situación se está estabilizando", señala.
Guerra de divisas
Aunque los riesgos hacia el euro han disminuido, la conocida como 'guerra de divisas' o devaluación monetaria que están llevando a cabo algunos países para debilitar su moneda y estimular así el crecimiento han provocado una apreciación pasiva de la moneda única. Las políticas expansivas adoptadas por el Banco de Japón y la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos han terminado por devaluar al yen y al dólar, en este último caso de manera más indirecta.
"Las inyecciones de dinero y la política monetaria de tipos cercanos a cero por parte de la Fed han favorecido los flujos de dinero hacia el euro", explica Nicolás López, de MG Valores.
Por su parte, el banco central de Japón lleva tiempo tratando de contener la fortaleza del yen a través de un programa de compra activos. Según la firma de análisis Inversis, "el crecimiento en el país nipón en 2013, una vez finalizada la reconstrucción post-tsunami y pese a la mejora estimada en emergentes, exige un yen más bajo". Además, el gobierno japonés busca dejar atrás una década de deflación. "En Japón, el próximo relevo en la cúpula del Banco de Japón, con la probable fijación de un objetivo de inflación y la ampliación de su programa de compra de activos, debería favorecer una depreciación del yen hasta situarse en el rango de 110-120", señala Bankinter en su último informe estratégico.
"En Estados Unidos tienen pendiente resolver el 'abismo fiscal' y es un factor que pesa sobre su divisa, mientras que los serios esfuerzos de Japón para frenar la apreciación del yen empiezan a surtir efecto", sostiene Victoria Torre. Por otro lado, el renovado apetito por el riesgo ante la racha de la renta variable europea está alejando a los inversores de las divisas consideradas más seguras en favor de otras como el euro.
Sin embargo, desde DWS Investments creen que "el euro seguirá bajo presión por la austeridad y la divergencia fiscal y política en Europa, lo que acentuará su debilidad estructural en el segundo trimestre". Igualmente, para Félix López, de Atlas Capital, las dificultades macroeconómicas persisten y "en la medida en que vuelvan las tensiones el euro debería irse por debajo de los 1,30 dólares".