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Según el estudio realizado por la consultora Oliver Wyman

Kutxabank cierra su primer año de existencia como la entidad más solvente

Kutxabank, el banco nacido de la integración de las cajas vascas, que comenzó su andadura en 2012, ha cerrado su primer ejercicio como la entidad más solvente de los bancos españoles, según reveló el estudio realizado por la consultora Oliver Wyman.

El grupo financiero vasco, según este estudio, está integrado en el denominado 'Grupo 0', en el que se incluyen aquellas entidades que cuentan ya con el nivel de capital suficiente para superar con éxito el escenario macroeconómico más adverso.

Es también uno de los tres únicos bancos participados por cajas de ahorro que tienen cubiertas sus necesidades de capitalización y que, por tanto, no recurrirán a las ayudas contempladas en los programas europeos de estabilización financiera.

A pesar de ello Kutxabank comienza el año con la incógnita de saber cuáles serán los nuevos mecanismos de gobernanza de las cajas y de los bancos bajo su control que establecerá el Gobierno central de acuerdo al Memorando de Entendimiento sobre condiciones de Política Sectorial Financiera (MOU).

En principio, según los compromisos de este memorando, firmado por España para acceder a la ayuda financiera para la banca, el Gobierno debería poner en marcha una nueva normativa encaminada a reducir la participación de la cajas en sus bancos, hasta alcanzar una posición minoritaria.

Representantes de varias de estas entidades, entre ellas Kutxabank, están manteniendo desde hace meses contactos con el Gobierno para tratar de "modular" esa exigencia.

También a lo largo de las últimas semanas y desde diversas instancias se ha apuntado la posibilidad de que las pocas cajas que han demostrado una buena gestión durante los últimos años puedan quedar al margen de esta exigencia.

El Gobierno español ha presentado a las autoridades europeas una propuesta para regular el papel de las cajas de ahorro, que contempla su conversión en fundaciones y la posibilidad de que mantengan el control de sus bancos, siempre que se sometan a una estricta normativa.

El ministro de Economía, Luis de Guindos, explicó el pasado diciembre en Bruselas que la propuesta española prevé que algunas cajas sigan controlando los bancos a los que han transferido su actividad bancaria, pero bajo algunas condiciones.

La propuesta del Gobierno establece cuatro tramos, en función del grado de participación que tenga la caja en el banco.

Esta regulación trata de incentivar la desinversión de la fundación bancaria en la entidad que desarrolla el negocio bancario, aunque sin imponer un plazo límite, porque ello distorsionaría el valor de la participación conforme se agotara el plazo.

De Guindos anunció que habrá un "plazo dilatado en años" para que a nadie se le obligue a vender rápidamente sus participaciones. También señaló que "se van a establecer tramos para definir cual es la posición real, desde el punto de vista de la caja como accionista del banco al cual ha transferido la actividad bancaria".

Sin embargo, el propio presidente de Kutxabank, Mario Fernández, en una de sus escasas comparecencias públicas, se mostró convencido el pasado mes de noviembre de que la situación del banco no cambiará de forma "relevante" con las reformas que se acuerden a instancias del memorando MOU.

Fernández se mostró "muy optimista" y convencido de que "se va a poder cumplir el MOU por parte del Reino de España, pero de modo que no se produzca una modificación relevante respecto a la situación de Kutxabank".

En todo caso, el presidente de Kutxabank insistió nuevamente en la necesidad de lograr una "estabilidad regulatoria" cuanto antes, de modo que "se aclaren cuáles van a ser las reglas del juego para las cajas: si se va a jugar al baloncesto o al fútbol".

En cuanto a la posibilidad de que la futura normativa suponga que las cajas pierdan el control de los bancos en los que se han integrado, el presidente de Kutxabank advirtió de que "una enajenación forzada en breve plazo de una parte de las acciones implicaría la imposibilidad de obtener como contraprestación un precio real".

Esta circunstancia provocaría, además, según Fernández, que el patrimonio de la obra social de las cajas "sufriría un serio perjuicio" porque "hoy no se podría obtener, ni siquiera en las mejores cajas, como las vascas, un valor real de las acciones".

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