_
_
_
_
Breakingviews
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Grecia y el talento perdido

Grecia necesita criar sus tortugas marinas. Este concepto chino dirigido a los trabajadores altamente cualificados que vuelven de países extranjeros es aplicable a Grecia, que ha estado perdiendo y recuperando estudiantes y profesionales durante décadas. Pero después de cinco años de recesión y creciente desempleo, el flujo de talento va cada vez más en una dirección.

La gente, especialmente los jóvenes, es uno de los mejores activos de Grecia. En torno al 80% de la gente de entre 20 y 24 años se han graduado en la escuela secundaria o en la universidad, una proporción mayor que en Alemania, Italia o España. Los griegos están muy dispuestos a estudiar y vivir fuera.

La diáspora tiene conocimientos técnicos, en redes o en energía. En Grecia, podrían crear empleos, fomentar el espíritu empresarial y aumentar la competitividad económica de la nación. También pueden elevar el ánimo interno y atraer a la investigación extranjera.

El problema es que no es fácil traerles de vuelta a casa. Los argumentos emocionales pueden ayudar, pero Skype y los iPads reducen la sensación de separación. Y ¿por qué volver a un país con un desempleo del 25% especialmente cuando los salarios han bajado desde 2009?

El gobierno puede ayudar de dos formas. Primero, debería intentar con más intensidad hacer de Grecia un mejor lugar para los posibles emprendedores que están fuera. Podría ofrecer a los expatriados mejores condiciones y menos burocracia para ayudar a formar nuevos negocios. Irlanda introdujo hace poco reducciones fiscales para atraer el talento de fuera.

Por supuesto, estos incentivos podrían no sentar bien entre los votantes y los bancos en un momento de prolongada austeridad. Pero los beneficios de traer de vuelta a algunos de los ciudadanos con más talento y energía superan con creces los costes.

Las autoridades no deberían olvidar a la gente que no vuelve para quedarse, de momento. Algunas de las tortugas que vienen para una visita deciden eventualmente quedarse más cerca del mar Egeo.

Archivado En

_
_