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Opinión
Tribuna
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Pagar las deudas

Década de la deuda. Y realmente los niveles de endeudamiento alcanzados en los países desarrollados, deuda privada y pública, sólo pueden llevar a la preocupación. ¿Sólo una década? Debería ser suficiente. Históricamente, se han tardado entre cinco y siete años para reducir la deuda del sector privado a niveles considerados aceptables. Claro que la situación actual, donde hablamos de endeudamiento total máximo histórico del conjunto de la economía en un entorno de recesión/estancamiento y con convergencia en ciclos económicos a nivel mundial, hacen que cualquier estimación de la duración del ajuste de deuda deba ser tomada con prudencia. Con todo, es bueno hacer planes. Aunque más complejo desde un punto de vista social y político puede ser cumplirlos. Como ejemplo tenemos la Crisis del Euro, que no deja de ser en el fondo un problema de deuda acumulada. Claro que los problemas de competitividad y la falta de integración bancaria y fiscal no hacen más que empeorarlo (cuestión de confianza, de control quizás).

¿Cómo pagar las deudas? Ahorro, naturalmente. Pero, ¿a qué precio? Crecer es clave para generar renta con la que pagar la deuda. Todo puede ser más complicado si introducimos el ajuste fiscal, especialmente si se hace más hincapié en las subidas de impuestos que en los recortes de gastos. Medidas en algunos casos temporales, confiando en que la recuperación de la economía acabe por reconducir el problema...de pagar la deuda. Sin consumo interno, lastrado por el débil mercado de trabajo, la contención salarial y el peso de la propia deuda, se habla del sector exterior como la salida natural al crecimiento. El problema es que la mayoría de los países piensan lo mismo, lo que lleva a algunos gobiernos a fijarse en la política cambiaria como un instrumento más de la política económica. ¿Y la inversión empresarial? El stock de inversión a nivel mundial es el más bajo en décadas, resultado de un conjunto de factores que abarcan desde la desconfianza, incertidumbre y restricción financiera. Es llamativo el interés de las autoridades por la demanda exterior y el consumo, cuando apenas entran a valorar la debilidad de la inversión por las empresas. El problema es que es realmente la clave para recuperar empleo perdido en la Crisis. Hablo en pasado cuando debería hablar en tiempo presente.

Tiempo: claro, todos necesitamos tiempo para pagar las deudas. Ahí entran los bancos centrales. Un buen ejemplo de tiempo bien utilizado es Estados Unidos, donde ya vemos un descenso en el ratio de deuda de las familias. Y algunos indicios de su recuperación. ¿Volvemos a las andadas? El tiempo debe ser bien utilizado para ajustar los desequilibrios. En Europa la decisión del ECB de crear el OMT ha permitido reducir las tensiones en los mercados. Sin solucionar el Problema, es cierto. Lamentablemente, sin la disciplina del mercado la clase política se toma más tiempo del que probablemente tiene para "avanzar hacia el Euro". Este es el riesgo: un tiempo, el generado por los bancos centrales, mal utilizado por la clase política. La cuestión que queda es clara: ¿tienen realmente los bancos centrales poder ilimitado para combatir la Crisis de confianza? En teoría sí; en la práctica, por ejemplo en el Euro con 17 países que pueden tener realidades (y prioridades) diferentes, tengo mis dudas. Con todo, por el momento bienvenida sea la decisión del ECB. Y en mi opinión, si se utiliza el OMT mucho mejor. Nada que decir sobre el QE4 de la Fed.

La inflación no es una opción buscada para reducir el stock de deuda. Al menos oficialmente, partiendo de que los bancos centrales son independientes. Lo que no significa que sea prioritario combatirla. La propia Fed ha condicionado el cambio de dirección de los tipos de interés, de niveles nulos ahora, a que la inflación supere en medio punto al objetivo del 2 % en dos años. Además, luego está la represión financiera: tipos de interés reales negativos en la deuda pública. Naturalmente, hablo de los países que no están sometidos a la presión de financiación del mercado. En este caso son tipos de interés insostenibles en el tiempo. Como ven, hay muchas estrategias a seguir para pagar la deuda. Ninguna definitiva y ninguna gratuita. Naturalmente, queda la última opción que oficialmente es un tema tabú especialmente en el caso de la deuda pública: la reestructuración. Pero ya ven como hemos ido superando los tabúes en esta Crisis que parece no tener fin.

José Luis Martínez Campuzano es Estratega de Citi en España

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