Autopistas en licitación... Razón: el municipio de Lima
América Latina busca capital privado para mejorar el transporte público
Hace poco, la alcaldesa de Lima, Susana Villarán, presentó una cartera de inversiones privadas por 3.000 millones de euros para desarrollar en los próximos tres años cuatro autopistas de acceso rápido que descongestionen el tráfico de la ciudad. Cualquiera que se haya subido a un microbús en la capital peruana agradecerá el anuncio.
América Latina ha crecido fuertemente en los últimos años, pero sus infraestructuras de transporte todavía dejan mucho que desear. El tráfico en la mayoría de capitales es caótico y viajar a algunas provincias de la sierra o de la selva puede ser toda una aventura. Incluso entre países la integración es prácticamente nula. Brasil saca sus minerales a China por mar, sorteando el cabo de Hornos, cuando podría hacerlo por tren o carretera atravesando territorio peruano hasta la costa del Pacífico.
El retraso se hace evidente cuando se compara la región con otras, incluso algunas en desarrollo. Todos los años el Foro Económico Mundial elabora en base a una encuesta un indicador de la calidad de las infraestructuras en 140 países mediante la asignación de puntos del 1 al 6. La nota media de la región es un 3,6, mientras que la media de los países del sureste asiático es de 3,9 y la de los países ricos es 5,4.
A pesar de que la mayoría de países ha lanzado ambiciosos planes de inversión en puertos, aeropuertos y carreteras, el gasto en este capítulo todavía está muy por debajo del ideal. De acuerdo con un estudio de la Corporación Andina de Fomento (CAF), para reducir este déficit la región necesita invertir el 5% del PIB durante los próximos años, lo que supone entre 157 y 196 millones de euros anuales. Ese nivel de gasto es un 50% superior al actual, que es a su vez bastante mayor al que existía a inicios de la década. "Aun así", advierte el informe, "estos niveles no serían suficientes para recuperar la competitividad perdida frente a los países asiáticos emergentes, que invierten más del 7% del PIB anual y en algunos casos, como China, superan el 10%".
"El esfuerzo inversor se tiene que duplicar y la manera de lograrlo es promoviendo alianzas público-privadas, porque hacer recaer todo el peso de esta responsabilidad sobre los Estados es impensable dadas las necesidades fiscales y sociales de los países", comenta Federico Poli, director de Economía de la Secretaría General Iberoamericana (Segib), con sede en Madrid.
Este imperativo abre una oportunidad de negocio para las constructoras españolas, golpeadas por la caída de la obra civil en la Península. "Todo el esfuerzo financiero, económico, humano y tecnológico que demanda reducir la brecha de infraestructuras en la región va a implicar la movilización de capital extranjero. Ahí hay espacio para la inversión española y portuguesa", dice Poli.
De hecho, contratistas como ACS, Ferrovial, Sacyr y OHL ya tienen una cartera importante de obras en la zona y están a la expectativa de aumentarla con algunos de los muchos proyectos que están saliendo a licitación. Según un informe que circuló a finales de mayo durante un foro en Lima, los 100 proyectos más grandes suman 161.000 millones de euros, con predominio de las obras de transporte. Entre estas últimas, destacan el tren bala entre Río y São Paulo, que costará 14.000 millones, y el Corredor Multimodal Norte de México, valorado en 7.800 millones. Eso sí, para hacerse con ellos, los grupos españoles tendrán que superar las ofertas de sus rivales brasileños y mexicanos.
Por lo pronto, las autoridades son conscientes de la importancia de trabajar en colaboración con el sector privado nacional y extranjero. La alcaldesa Villarán lo dejó claro en la presentación de sus proyectos durante una reunión con empresarios en Lima. "En la municipalidad estamos convencidos de que es una necesidad".
Planificar y priorizar las obras clave
Como parte de las actividades previas a la cumbre de mandatarios que se inicia hoy en Cádiz, la Segib y la CAF celebraron en mayo pasado dos encuentros iberoamericanos, uno de empresarios del sector infraestructuras y otro de ministros de Fomento. En el primera de ellos se discutieron temas como el de la financiación y se presentaron casos exitosos para conocer qué funcionó y qué no en algunos de los países. Al final, los organizadores elaboraron una propuesta que llevaron a los ministros en la siguiente reunión. En ella se recomienda una planificación a medio plazo (en_tre cuatro y seis años) que evalúe y priorice los proyectos de transporte que más contribuyan al bienestar social. Esto permitiría a empresas e instituciones financieras prever y organizar los recursos necesarios para la ejecución eficiente y ordenada de las obras.Asimismo, se propone a las instituciones multilaterales de crédito (como el Ban_co Interamericano de Desarrollo o el Banco Mundial) ampliar su oferta de financiación y gama de productos para complementar el dinero público y privado. En particular, se les sugiere desarrollar instrumentos para facilitar la participación de los fondos de pensiones en la financiación de las infraestructuras.