El consumo eléctrico empresarial retrocede a niveles de 2005
La persistente crisis de la economía española ha hecho retroceder el consumo de electricidad a siete años atrás. El de las empresas industriales y de servicios, que representan el 40% del total, sigue descendiendo a tasas relevantes: casi el 6% en septiembre.
La crisis económica sigue azotando a las grandes empresas industriales y de servicios, cuyo consumo de energía volvió a caer en el mes de septiembre un 5,8%, según el Índice Red Eléctrica (IRE), que mide la demanda eléctrica de los grandes consumidores. Ese dato representa una caída acumulada del 4,5% en los últimos 12 meses. Una evolución que agrava, a su vez, la del sector eléctrico, ya que el descenso de los ingresos que conlleva impide sufragar el déficit de tarifa acumulado y que se dejen de generar desviaciones en el futuro.
Expertos del sector subrayan que la demanda de electricidad ha sufrido un retroceso de siete años, ya que se sitúa en estos momentos en los niveles de 2005. El pasado 1 de noviembre, se registró un máximo de 29.600 MW. Los sectores industriales y de servicios son responsables de un 40% del consumo.
El descenso entre las grandes compañías españolas ha sido una constante desde que comenzó la depresión económica. Pero lo que comenzó como un azote de la gran industria (el cierre de una sola planta cementera o siderúrgica derrumbaba puntualmente la demanda) se ha ido contagiando al sector servicios. Así, según el IRE de septiembre, del 5,8% de caída registrada, un 6,3% corresponde a la industria y un 7,6% a las empresas de servicios.
Este dato es la prueba de la grave tendencia del consumo eléctrico que se observa en los servicios, ya que en el acumulado del año este cae la mitad (un 3,1%) que el de la industria (5,6%).
REE creó el pasado mes de febrero el citado índice de demanda eléctrica empresarial, que se ha convertido en un indicador adelantado de actividad económica por el trasfondo económico y de producción que conlleva. El IRE se elabora con datos reales de consumo que proporcionan las empresas distribuidoras y se publican apenas tres semanas después de concluido cada mes. Aunque se creó en febrero, las series utilizadas se remontan a enero de 2010.
Los datos analizados se refieren a consumidores con una potencia contratada superior a 450 kW. En total, 12.861 empresas (con 20.583 puntos de suministro), de las cuales, un 57% son industriales; un 35% de servicios y otro 4%, agrarias-ganaderas y de construcción.
El consumo energético de todas ellas representa el 40% del total de la demanda de distribución. Según REE, el análisis por sectores indica la sobrerrepresentación de la industria, que supone las tres cuartas partes del consumo, cuando solo suma el 15% del producto total de la economía. Por contra, el sector servicios consumen una cuarta parte del total de la electricidad y supone, en cambio, un 63% de la producción económica. Red Eléctrica advierte que los datos que se publican solo se pueden considerar definitivos transcurridos 10 meses.
La caída del consumo energético tiene un efecto pernicioso sobre los ingresos del sistema eléctrico y, por tanto, sobre el déficit de tarifa. Según cálculos del gestor del sistema, de no haberse producido estos descensos continuados de la demanda, en un país acostumbrado en la década previa a la crisis a tasas de crecimiento de hasta el 4%, el déficit tarifario sería 6.000 millones de euros inferior.
El impuesto aún sin aprobar ya hace estragos
Aunque el impuesto del 6% que gravará los ingresos de cualquier tipo de generación eléctrica que establece la ley de medidas fiscales del sector energético que se tramita en estos momentos en el Parlamento aún no ha entrado en vigor, sus efectos perniciosos sobre el consumo eléctrico ya se están dejando notar. Algunos expertos así lo consideran a la vista de la evolución negativa de la demanda y de que los precios de los mercados a plazos (que determinan los de la tarifa para los domésticos y los contratos bilaterales de la industria) han comenzado ya a subir.Esta anticipación de la subida de los precios derivada del futuro tributo, que se podría traducir en una subida de la factura eléctrica para la industria de entre el 11% y el 15%, explicaría parte de la caída del consumo de muchas empresas con costes de la energía muy elevados y que difícilmente pueden trasladar a su producción final sin el riesgo de que se le hundan sus ventas.El Gobierno de Mariano Rajoy ha dado a entender que el nuevo tributo no tiene por qué ser repercutido, algo de lo que discrepan la mayoría de los expertos, debido a la rigidez de la demanda.Hay alguna excepción, como es el caso de los analistas del BBVA, que han sostenido en un polémico informe publicado estos días que, precisamente para evitar un descenso del consumo, las generadoras de electricidad no lo trasladarían al mercado. Algo que suele ocurrir cuando aumentan los tributos al consumo de otros productos energéticos, como las gasolinas que, aunque cualquier subida del impuesto de hidrocarburos pueda ser traslada al cliente, ello entraña el peligro de una caída de las ventas.
La nueva compensación en la factura eléctrica corre peligro
El fuerte incremento de los costes de producción (esencialmente energéticos) de la gran industria ha llevado al Ministerio de Industria a mejorar en 150 millones el pago por el llamado servicio de interrumpibilidad, que alcanzaría de esta manera los 700 millones de euros en 2013. Esta cifra incluye los 60 millones que el propio Gobierno restó por este concepto el pasado marzo para este año y que se recuperarán el próximo.La polémica medida, incluida en una orden ministerial en trámite, solo beneficiará a los tres grandes consumidores industriales (ArcelorMittal, Alcoa y Asturiana de Zinc), que reciben el suministro en alta tensión y tienen. Ello ha creado un fuerte malestar en el resto de empresas que, aunque de menor tamaño, también tienen contratado el servicio de interrumpibilidad.Además, aunque todo el mundo da por hecho que los 150 millones se añadirán a los 500 millones que ya se pagan los peajes de acceso, hay quien sospecha que también podrían restarse de esta cantidad para compensar a las tres grandes y evitar nuevas subidas de la tarifa eléctrica.Fuentes jurídicas aseguran que, tal y como está redactada la orden ministerial, tiene muchas posibilidades de no prosperar. Sobre todo, porque del texto se desprende que podría tratarse de una ayuda de Estado denunciable ante la UE. El Gobierno siempre puede decir a las empresas con las que ha querido quedar bien, que no ha sido por falta de buena voluntad.