_
_
_
_
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Más economía, menos política

Se avecinan contiendas electorales en Galicia, País Vasco y probablemente Cataluña. Les seguirán las elecciones en el land alemán de Baja Sajonia en enero y las legislativas italianas en abril. Dejando de lado estas excepciones, los líderes europeos cuentan con un panorama político despejado hasta las elecciones generales en Alemania en otoño de 2013. Deben encauzar definitivamente la crisis de gobernanza en la eurozona. Urge la ratificación parlamentaria por parte de todos los socios de la eurozona y de la UE y la entrada en vigor de los acuerdos suscritos desde el inicio de la crisis del euro, tales como la unión fiscal y el pacto para el crecimiento.

Es la hora de los estadistas y de la altura de miras, no del cortoplacismo, la demagogia y la búsqueda de votos sembrando desconfianza y división.

Los rabiosos dectractores de la canciller Merkel y todos los que fomentan sentimientos antigermánicos se pueden ir acostumbrando a la idea de que la jefe de Gobierno teutona probablemente seguirá en el poder tras las próximas elecciones. Encuestas publicadas a finales de agosto otorgaban a la CDU el 39% del voto, su cota más alta en cuatro años, e incluso superior a la que obtuvo en su triunfo en las elecciones de 2009. Un 68% de los alemanes se mostraba satisfecho con la gestión de la canciller Merkel, que encabeza el ranking de valoración positiva entre los políticos alemanes. A pesar de que un 56% de los alemanes prevé un empeoramiento de la situación económica en el próximo año, un contundente 70% confía en la gestión de Merkel para superar la crisis del euro. Un año es una eternidad en política. Pero con dichas intenciones de voto parece improbable que el SPD pueda desbancar a Merkel de la cancillería. Su máxima aspiración es convertirse nuevamente en su socio menor de coalición, sustituyendo a los liberales del FDP.

En la actualidad, partidos de centroderecha o derecha gobiernan en solitario en 14 Estados de la UE, y encabezan coaliciones en otros siete. La izquierda únicamente gobierna en solitario en tres países y lidera coaliciones en otras tres. Políticos de centroderecha o liberales (incluyendo a Monti) pilotan todas las economías importantes de la UE y la eurozona (Alemania, Reino Unido, Italia, España, Suecia, Polonia, Países Bajos) salvo Francia. Pero partidos socialdemócratas están arrimando el hombro en muchos casos. Las últimas contiendas en la UE han confirmado que la mayoría sigue apostando por Gobiernos reformistas de centroderecha comprometidos con el euro. Nueva Democracia se impuso en Grecia en junio. Después de las elecciones del pasado 12 de septiembre, los liberales del VVD se mantienen al frente del Gobierno en los Países Bajos en coalición con los moderados socialdemocrátas del PvdA. Los partidos comprometidos con la integración europea aumentaron su representación parlamentaria, derrotando claramente a la extrema derecha y a la izquierda radical. Y Hollande, reconociendo la realidad, ha anunciado un ajuste de 30.000 millones de euros y una reforma laboral.

El PSOE haría bien en tomar nota. En 2014 se celebrarán elecciones al Parlamento Europeo. A río revuelto solo habrá ganancia para pescadores extremistas, e incluso estos están en horas bajas. La izquierda radical y el socialismo irresponsable patalea e intenta sacar a la gente a la calle. Es una señal de su impotencia y debilidad parlamentaria. Una amplia mayoría de la población española otorgó la victoria más amplia desde 1982 a un Partido Popular que en nueve meses ha desplegado una impresionante labor reformista y liberalizadora.

Si es capaz de sostenerla durante una legislatura, conseguirá una transformación en positivo de la sociedad española sin parangón desde la Transición. Las reformas laboral, financiera, de la Administración pública, el restablecimiento de la unidad de mercado, del sector energético, del Código Penal, de la educación y las que seguirán están diseñadas desde el rigor y el análisis comparativo con los países más avanzados de la UE. Fomentan la cultura del trabajo, el esfuerzo, el ahorro y el cumplimiento de la ley. Rubalcaba sabe perfectamente que el Estado del bienestar no es sostenible en una Europa que envejece y pierde competitividad sin reformas y ajustes. Para proteger las prestaciones sociales y a los más débiles hay que generar crecimiento y empleo. En una España con 46 millones de habitantes, el número de afiliados a la Seguridad Social no supera los 17 millones.

Los manuales económicos e históricos ensalzan la visión y valentía de los estadistas (Robert Schuman, Paul-Henri Spaak, Jean Monnet, Konrad Adenauer, Alcide de Gasperi) que idearon y desarrollaron la CECA a partir de 1952 y la CEE a partir de 1957.

Al Gobierno de Mariano Rajoy no le debe temblar el pulso a la hora de continuar avanzando -ahora con los Presupuestos Generales del Estado- en la senda de la consolidación fiscal y las reformas. Quizás pasará factura al PP en las próximas elecciones autonómicas. Pero los futuros manuales de historia describirán la labor de los Gobiernos y líderes que impulsaron la integración europea. No mencionarán a los que siembran discordia.

Alexandre Muns Rubiol. Profesor de la Escuela Superior de Comercio Internacional, Universidad Pompeu Fabra

Archivado En

_
_