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La batalla del euro continúa

Salvo hecatombe inesperada, este blog se despide hasta septiembre. Y lo hace con un repaso a las líneas del frente de esa interminable batalla en que se ha convertido la crisis de la deuda en la zona euro. A la vuelta del verano esperan, sin duda, muchas más noticias bomba, algún cañonazo desestabilizador (procedente de las agencias de rating) y nuevas señales del abatimiento de una población cansada de lidiar con el paro y la recesión. Y que supone, como aquel personaje de José María Guelbenzu, que está peleando contra el aire porque vuelve a sentir la espalda vacía.

Frente ibérico

Sin duda se antoja como el más movido a corto plazo. Con Portugal aislada del mercado desde hace más de un año y España braceando para mantenerse a flote, parece que las trincheras en la balsa peninsular se debilitan por momentos.

Este frente occidental hierve de rumores sobre la posibilidad de que el Gobierno de Rajoy tenga que pedir nuevos refuerzos, esta vez para la compra de deuda por parte del fondo de rescate y del BCE. Y se teme una ofensiva, en forma de rebaja de la calificación de la deuda española (atentos a Moody's en septiembre), que cortaría la llegada a España del suministro procedente de importantes inversores institucionales.

La trinchera bancaria, además, sigue amenazada. Bruselas ya ha puesto a disposición de Madrid un adelanto de 30.000 millones de euros con cargo al rescate de la banca (de hasta 100.000 millones) por si se produjera una emergencia en los próximos días. De no ser así, las primeras inyecciones de capital a las entidades en dificultades llegarán en otoño.

Frente balcánico

Sigue siendo la línea más castigada. Y en la que, tarde o temprano, se decidirá el desenlace de la batalla. En la retaguardia crece el numero de partidarios de darlo por perdido y cortar amarras definitivamente con Grecia para concentrar las defensas en otros puntos vulnerables de la Unión Monetaria. Se esperan nuevas ofensivas y contraofensivas, que acentuarán el malestar de la población griega y el disgusto de quienes mantienen un puente aéreo financiero desde hace dos años. En ambos lados, cunde la impresión de que esos recursos solo sirven para ganancia de los mismos estraperlistas que se lucraban en tiempos de paz.

La amenaza de una segunda reestructuración de la deuda flota en el ambiente e, incluso, la de una suspensión de pagos definitiva y posterior salida del euro. Pero a más corto plazo, este frente oriental vivirá la escaramuza de Chipre, país que necesitará en breve el apoyo del fondo de rescate de la zona euro.

Frente transalpino

En apariencia es el mejor pertrechado y resistente pero presenta fisuras que podrían provocar su desmoronamiento. El comandante en jefe al sur de los Alpes, Mario Monti, ya no oculta su malestar con los cuarteles generales de Berlin y Fráncfort, a los que acusa abiertamente de haberle dejado abandonado.

Así las cosas, Italia parece condenada a pedir ayuda exterior ante los embates de una prima de riesgo que se dispara casi por "simpatía" cada vez que hay bombardeo sobre la península ibérica. Mientras, Roma se agita con los codazos previos a la precampaña electoral para unos comicios que, como muy tarde, podrían celebrarse en la primavera de 2013, salvo que Monti pierda antes la autoridad (o la paciencia) y sea defenestrado (o se inmole motu proprio).

La retaguardia

Como en todas las guerras, la retaguardia de esta batalla del euro parecía a salvo al principio. Pero ya ve proximarse los desastres. Solo Finlandia y Luxemburgo mantienen intactos sus torreones de la triple A. Al resto, o le han derribado alguno (caso de Francia) o ya sufren el cerco previo al asalto final (empezando por Alemania y siguiendo por el propio fondo de rescate y el Banco Europeo de Inversiones).

La angustia entre la población empieza a ser tan evidente como en el frente, aunque por otras razones. Y la sacudida popular podría materializarse durante un otoño con citas electorales tan delicadas como las de Holanda (legislativas), Bélgica o Finlandia (locales en ambos casos).

Contraataque

En el lado defensivo, el BCE se ha mostrado dispuesto a descargar buena parte de su defensa anti-prima de riesgo, a condición de que los países en primera línea de fuego (léase España e Italia) se sometan a las órdenes del fondo de rescate (FEEF).

Y la zona euro podría contar a partir de este otoño con mayor munición si el Tribunal constitucional alemán avala a mediados de septiembre el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE o fondo de rescate permanente).

La puesta en marcha de ese poderoso cañón (con una potencia de tiro de hasta medio billón de euros) solo está pendiente de la ratificación de Alemania, Italia y Estonia. Será más operativo que la artillería del fondo actual (la FEEF). Pero en contra de lo que publica la propaganda pseudooficial para alentar el optimismo de los países asediados, seguirá necesitando el permiso unánime de los 17 socios de la zona euro para entrar en combate.

Solo en caso de emergencia, decretada por la Comisión Europea y el BCE, se podría activar un procedimiento de urgencia (con el voto del 85% de los socios) para esquivar el veto de los aliados más reacios a disparar (como Holanda, Finlandia o Austria). De modo que, la capacidad real del euro para lanzar un contraataque contundenet y por sorpresa sigue siendo muy limitada.

Y la historia

Sirva de consuelo, o de desesperación, recordar que ni siquiera Napoleón logró derrotar a la prima de riesgo. "Entre Trafalgar [1805] y Waterloo [1815], la media de los tipos de interés del bono francés se mantuvo dos puntos porcentuales por encima del inglés. Resultó ser una diferencia fatídica", recuerda Niall Fergusson en su obra Civilization.

Es lo que tienen las lecturas estivales. Que ayudan a poner la actualidad en perspectiva. ¡¡Feliz verano!! Y muchísimas gracias por tantos comentarios y aportaciones a lo largo del último curso. ;-)

Foto: El cañón de San Sebastión, listo para inaugurar las fiestas de la ciudad (B. dM., 11-8-2012).

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