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Giro en la política del banco central

Los poderes del BCE para blindar la moneda única

Seis medidas al alcance del presidente del Banco Central

La Unión Europea es lenta, extremadamente lenta, pero a veces se mueve. O al menos dice que va a hacerlo. España había pedido reiteradamente al guardián de la moneda única, el BCE, que tomara cartas en el asunto de las disparatadas primas de riesgo de algunos países. Su comparable en EE UU, la Reserva Federal (Fed), ha sido mucho más contundente desde el principio de la crisis, interviniendo en los mercados secundarios con ingentes programas de compra de deuda. Draghi, por fin, ha respondido, asegurando que cuenta con armas para contrarrestar los ataques a los países del sur de Europa. Entre ellas, están las seis siguientes.

1 Comprar deuda pública en el mercado secundario. Tendría que reactivar el programa aprobado en mayo de 2010 y que ha supuesto la adquisición de 211.348 millones de euros en bonos griegos, irlandeses, portugueses, italianos y españoles. Mario Draghi en los últimos días había insistido en que no está por la labor de utilizarlo y, de hecho, lleva sin hacerlo desde febrero de 2012. Nuria García Manteca, de Ahorro Corporación, pese a las declaraciones de ayer, considera que es difícil que lo utilice, al menos de forma intensa. Otros analistas señalan que, si lo emplea, será en muy pequeñas dosis: su objetivo real es que compre el actual fondo de rescate europeo (FEEF) o el futuro (MEDE). En todo caso, el mercado español de deuda está seco y respondería instantáneamente a eventuales compras.

2 Adquirir deuda financiera. Desatascar el acceso de la banca del sur de Europa a los mercados es una prioridad. Desde noviembre del año pasado, el BCE tiene en vigor un programa de compra de cédulas hipotecarias que vence en octubre de 2012. La medida permite al Banco Central comprar cédulas, tanto en el mercado secundario como en el primario -directamente a las entidades cuando las venden por primera vez a los inversores-, por hasta 40.000 millones de euros. Hasta el miércoles había adquirido activos por 14.406 millones. Los expertos piensan que puede reforzar este programa y ampliarlo a otra clase de activos (deuda sénior, por ejemplo), lo que relajaría de inmediato las tensiones en los mercados. El actual es el segundo plan de este tipo: el pionero se lanzó en junio de 2009, duró un año y se saldó con la compra de cédulas por 55.200 millones de euros.

3 Flexibilizar aún más el abanico de colaterales. El pasado 22 de junio, el BCE amplió la gama de activos que las entidades financieras pueden llevar a las subastas del organismo monetario para obtener liquidez. Entonces, accedió a descontar titulizaciones de créditos de consumo y para compra de automóviles. Ahora, podría volver a dar otra vuelta de tuerca a este tema, lo que sería un balón de oxígeno para la banca, explican en Ahorro Corporación.

4 Recortar los tipos de interés. El pasado 5 de julio ya los bajó al 0,75%, mínimo histórico en la zona euro, pero todavía hay margen de recortes. En Estados Unidos la Reserva Federal los mantiene entre el 0% y el 0,25% desde diciembre de 2008. La medida podría adoptarse en la próxima reunión del BCE del 2 de agosto.

5 Penalizar aún más a los bancos por tener liquidez ociosa. El BCE ya no paga nada a las entidades por guardarles el dinero en su hucha -la denominada facilidad de depósito-, pero podría dar un paso más allá y cobrarles un 0,25% anual. El objetivo es que de una vez el mercado interbancario salga del coma, que las entidades compren activos (como deuda o renta variable) o, lo más deseable, que destinen una parte de la liquidez que tienen en el Banco Central a la economía real, prestándosela a familias y empresas. Al cierre del pasado miércoles, los bancos europeos tenían guardados 337.073 millones de euros en la facilidad de depósito y otros 518.558 millones en la cuenta que se utiliza para calcular los coeficientes de reservas que exige el BCE. La penalización también podría adoptarse en la reunión del próximo 2 de agosto.

6 Realizar más megasubastas de liquidez a la banca. Las inyecciones de dinero a tres años efectuadas los pasados diciembre y febrero facilitaron más de un billón de euros a todas las entidades financieras de la zona euro. Draghi puede programar más en el futuro inmediato.

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