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Merkel, convencida de que el Bundestag ratificará la ayuda a España

Alemania permitirá que parte del rescate se destine a comprar deuda

El Parlamento alemán (Bundestag en el idioma original) vota hoy la ayuda a España, con la canciller alemana, Angela Merkel, convencida de que la cámara baja ratificará la participación de su país en la ayuda financiera a España, pese a las reticencias de parte de los diputados de sus filas. El texto del acuerdo recoge la posibilidad de que parte de los 100.000 millones del rescate se use para comprar deuda en el mercado primario de deuda, según informa El País.

Angela Merkel.
Angela Merkel.Reuters

El acuerdo que votará hoy el Bundestag alemán, el equivalente a nuestro Congreso de los Diputados, incluirá el Memorando de Entendimiento ya publicado profusamente por todos los medios de comunicación. Sin embargo, según informó el diario El País, también un contrato entre el fondo de rescate temporal europeo el FEEF y España, proporciona la posibilidad de comprar deuda pública con los 100.000 millones de la ayuda europea previa petición al Eurogrupo (los ministros de Economía y Finanzas de la eurozona).

La posibilidad de utilizar el préstamo de la UE para comprar deuda, que no había sido desvelada ni por el Gobierno ni por el Eurogrupo, figura en el contrato suscrito entre el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), por una parte, y el Estado español, el Banco de España y el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), por otra. El borrador, fechado el 16 de julio, ha sido publicado en la página web del parlamento alemán.

El contrato detalla los diferentes instrumentos (o facilidades, en jerga comunitaria) con los que cuenta el fondo de rescate para asistir a los países en problemas: comprar deuda en el mercado primario o secundario, avalar parte de las emisiones de los países con problemas, proporcionar líneas de crédito preventivas o recapitalizar bancos.

El préstamo a España está dirigido al sector bancario, pero el Gobierno puede pedir que se cambie el destino del dinero, resalta el borrador. "Supeditado a un acuerdo previo entre las partes y a la aprobación del grupo de trabajo del Eurogrupo, la cantidad de dinero de una facilidad que no se haya gastado puede utilizarse en otra facilidad", señala.

"En caso de que el Estado miembro beneficiario desee obtener asistencia financiera en forma de una facilidad alternativa o adicional, deberá pedir esa otra facilidad por escrito en una carta dirigida al Eurogrupo". La condición es que en ningún caso se podrá superar el máximo de 100.000 millones de euros.

Tras recibir la solicitud, la Comisión, el Banco Central Europeo (BCE) y, si procede, el Fondo Monetario Internacional (FMI) renegociarán las condiciones incluidas en el memorándum de entendimiento, que deben ser aprobadas por el grupo de trabajo del Eurogrupo. Una vez cumplidos estos trámites, el fondo de rescate firmará un nuevo acuerdo con el Gobierno y con el Banco de España.

En su última cumbre celebrada en junio, los líderes europeos acordaron flexibilizar las condiciones para que el fondo de rescate compre deuda de países como Italia y España. Así, acordaron no imponer nuevas condiciones de política económica sino únicamente fijar un calendario vinculante en el que los países beneficiarios de esta ayuda deberán poner en marcha las recomendaciones de Bruselas.

El contrato aclara que el fondo de rescate no estará obligado a desembolsar ayudas a España si "debido a las condiciones de mercado en el momento de una emisión (*) no logra obtener financiación".

Además, el FEEF podrá cancelar de forma anticipada el préstamo y exigir la devolución inmediata de toda la ayuda ya prestada con intereses si España no reembolsa a tiempo alguno de los tramos. El fondo de rescate podrá enviar inspectores a Madrid y realizar sus propias auditorías para garantizar que se cumple el contrato.

En un primer momento, el FROB, en representación del Estado español, actuará como garante del rescate bancario. Una vez que comience a funcionar el fondo de rescate permanente (MEDE), que se retrasa al menos hasta septiembre porque el Tribunal Constitucional alemán no se pronunciará hasta entonces sobre su legalidad, la ayuda se transferirá allí sin ganar prioridad respecto al resto de acreedores de España.

El contrato recoge por primera vez claramente por escrito que España se beneficiará en el futuro de la recapitalización directa, es decir, que el préstamo dejará de contar como deuda y no tendrá que ser garantizado por el Estado. La condición previa es que se cree un supervisor bancario único, algo que los líderes europeos se han comprometido a poner en marcha a finales de año.

"Una vez que se apruebe la recapitalización directa para las instituciones financieras en España, bien se realizarán enmiendas a este contrato para poner en práctica ese acuerdo o este contrato será sustituido por otros que recojan la recapitalización directa de instituciones financieras", afirma el borrador.

Señales optimistas

La canciller alemana, Angela Merkel, eso sí, se mostró ayer convencida de que la cámara baja ratificará hoy la participación de su país en la ayuda financiera a España, pese a las reticencias de parte de los diputados de sus filas. "Las señales que me llegan me hacen sentirme optimista", aseguró la jefa del Gobierno alemán al ser interrogada al respecto en la rueda de prensa que siguió a su encuentro en Berlín con la primera ministra tailandesa, Yingluck Shinawatra. Así, Merkel subrayó que la mayoría de los parlamentarios alemanes respaldara la contribución a la línea de crédito para España, aunque sólo precisa una mayoría simple, y trató de dejar en un segundo plano el color de las fuerzas que votarán a favor.

Sin embargo, las circunstancias de esta votación han tenido una notable repercusión en Alemania, ya que Merkel podría obtener el respaldo de gran parte de la oposición, pero recibir un significativo número de negativas por parte de los diputados de los partidos que conforman su coalición de gobierno.

La oposición socialdemócrata y verde ya ha anunciado que respaldará el préstamo a España una vez acordada la condicionalidad, pero no deja de crecer el grupo de críticos con las aportaciones de Berlín a los fondos de rescate en las filas de la coalición de centro-derecha.

Los diputados díscolos de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel, la bávara Unión Socialcristiana (CSU) y el Partido Liberal Alemán (FDP) consideran que el país pone en riesgo su solvencia y sobrecarga a sus contribuyentes, a la vez que temen que las contraprestaciones no sean suficientes.

En un último intento por ganar su voto, el ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, recordó ayer en el Consejo de Ministros que ha quedado "muy claro" que España es el garante del préstamo y que a cambio Madrid va a implementar unas "exhaustivas medidas" de reforma en el sector financiero y a nivel macroeconómico. Así lo explicó el portavoz del Ejecutivo, Steffen Seibert, al término de la reunión del gabinete, y aprovechó para destacar el "respeto" de Berlín por las "consecuentes" medidas que ya ha aplicado el Gobierno español.

Descontento

El descontento de los diputados rebeldes con la política europea de Merkel ya ha quedado patente en las últimas votaciones en el Bundestag, donde han votado en contra de la líder. De hecho, Merkel no ha alcanzado en dos ocasiones la simbólica "mayoría del canciller", esto es, la mitad más uno de los votos en el Bundestag solamente con el respaldo de las filas gubernamentales.

El pasado 27 de febrero, en la votación sobre el segundo paquete de rescate a Grecia, y el 29 de junio, en la ratificación del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), más de 20 diputados de la CDU, la CSU y el FDP votaron en contra de la opción de la jefa del gobierno alemán. Este hecho, que podría repetirse en la votación sobre la ayuda a España, no tiene repercusiones políticas ni procesales, pero deja a las claras la división dentro de los partidos en el gobierno y el desgaste de Merkel de cara a sus partidarios.

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