Sobre la situación del Consejo Estatal de RSE
El pasado día 18 apareció en este mismo medio un artículo titulado La CEOE quiere acabar con el Consejo Estatal de RSE (Cerse), basado en un borrador de la propia CEOE en el que al parecer se habla de sustituir este órgano por un foro de 12 personas. Como miembro de ese consejo, creo necesario hacer una serie de consideraciones al respecto y comentar de primera mano el trabajo realizado y el que tenemos pendiente.
En el documento se habla de que las patronales se sienten poco representadas (tienen 12 miembros directos, pero la mayoría del grupo de expertos representan también a fundaciones empresariales, que además tienen iniciativas y sellos propios que continúan potenciando ). Desde que comenzó este proceso mundial de RSE, un conjunto de grupos de intereses ha estado intentando influenciar e incluso boquear un proceso participativo.
Esta crisis ha demostrado que el gran problema es la interferencia de los intereses privados en los organismos de inspección y control; y en la legislación. Y por supuesto, en los procesos relacionados con la transparencia y la sostenibilidad (incluso Naciones Unidas ha advertido del peligro de mercantilizar estos procesos globales). En la RSE, una de las reflexiones centrales es la influencia de las empresas en la sociedad. Lo que intentan hacer algunos sectores con el Cerse encaja en este ámbito.
En la RSE estamos hablando de cómo reportar y evaluar la sostenibilidad. Estamos hablando de transparencia, trascendental para la salida de la crisis. Y la CEOE (no toda, y no solo) parece olvidar que de las múltiples crisis en las que estamos inmersos, la principal es la crisis de credibilidad, de la que carecería totalmente un foro de RSE al gusto de las patronales.
En mi opinión, las empresas no deberían vetar o bloquear el sistema de indicadores (o temas) por las que ellas mismas deben ser evaluadas. Vamos, que quizás precisamente sean las empresas o los intereses empresariales los que no deban estar presentes en ese foro. Por supuesto, esta idea será rechazada de pleno, así que tendremos que llegar a un consenso
Hay que reconocer la gran dificultad operativa de un consejo de 56 miembros, pero las causas de esta poca operatividad puede que no sea el número de miembros, sino la absoluta falta de medios y, sobre todo, la intransigencia de algunos de ellos para hablar de lo que podríamos decir temas polémicos (o molestos). Pondré algún ejemplo de estos temas que, al final, son los que tienen que ver con las causas de la crisis.
l Durante las sesiones apareció el tema de la compra pública responsable. La parte empresarial ve esto como una distorsión al mercado (como si no estuviesen distorsionados ya).
l La responsabilidad fiscal de las empresas.
l Equidad, retribuciones y bonus (los incentivos perversos, otro tema central respecto a la crisis).
l La simple mención al qué no está funcionando, sobre todo, de nuevo, en relación a la crisis. El Cerse debería estar haciendo ya recomendaciones al respecto: es una de sus funciones principales.
Creo que la sociedad española merece tener esta información. No hablar de todo esto y dejar la RSE solo como un asunto de buenas prácticas (que hacen todas las empresas, incluso las que han provocado la crisis) sería desnaturalizar completamente la RSE, que desde CC OO consideramos algo sumamente valioso para el futuro de la sociedad.
Respecto a la actitud del Gobierno ante la RSE, debo decir que el ritmo de trabajo del Cerse disminuyó considerablemente (y sospechosamente) cuando las perspectivas de un cambio de Gobierno se vieron claras (los miembros de la CEOE, algunos de los cuales tengo que decir que hicieron aportaciones valiosas, comenzaron a no aparecer en las reuniones).
Hablan de un plan nacional de RSE. Oigo que se parecería al plan alemán de RSE (¿otra vez lo que diga Merkel?); algunos gurús (que de paso también cuestionan la presencia de los sindicatos porque hacemos huelgas y cosas malas) opinan que se debería sustituir al Cerse por este plan. Pues bien, me he preocupado de traducirlo y leerlo. Y ¡sorpresa!: está basado en un consejo alemán de RSE compuesto por 44 miembros, con cuatro partes: patronales, sindicatos, ONG-consumidores y el sector público, y presidido por la propia ministra de Trabajo.
En el Cerse, participo en el grupo de trabajo llamado ahora Promoción de la RSE, antes denominado de Transparencia (era el nombre más apropiado), que ya elaboró un documento sobre temas y subtemas sobre los que deberían informar las empresas. Al contrario de lo que se está intentando difundir, creemos que se trata de un documento valioso, sobre todo por el difícil consenso alcanzado entre los 56 miembros. En la actual fase del trabajo (la que se pretende no continúe), hemos alineado estos temas con la Estrategia Europea de RSE y las iniciativas de consenso (GRI, ISO26000, OCDE, OIT y Trabajo Decente, ONU-Derechos Humanos, ONU-ISR/PRI ), y hablamos continuamente de la relación de todo esto con la transparencia, el desarrollo sostenible, con un nuevo sistema de competitividad responsable e incluso con el tema de la marca España.
Todo ello impregnado con la vieja idea del bien común; eso que se llama sentido de Estado. A veces, en mi grupo, parecía que este sentido se contagiaba a todos sus miembros. El país no merece suprimir la esperanza de configurar una economía verdaderamente sostenible.
José Carlos González Lorente. Secretario Federal de RSE en Comfia-CC OO. Vocal del Consejo Estatal de RSE (Cerse) por CC OO