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Energía

Iberdrola, antes local, hoy multinacional

El negocio internacional y la apuesta por la energía eólica han situado a la compañía entre las primeras del mundo

Un largo recorrido plagado de decisiones empresariales tomadas a lo largo de más de 150 años sentó las bases de lo que hoy es Iberdrola. La actual compañía es fruto de la unión de dos eléctricas más que centenarias: Iberduero, que absorbió a Hidroeléctrica Ibérica en 1944, e Hidroeléctrica Española. Ambas empresas participaron activamente en el desarrollo industrial del país hasta su fusión en 1991. Ya en el siglo XXI, esa historia se ha enriquecido enormemente con la integración de Scottish Power e Iberdrola USA (antes Energy East) y la creación de un grupo global con actividad en 40 países, cerca de 33.000 empleados y unos 30 millones de clientes.

Iberdrola encaró el nuevo siglo decidida a no seguir la tendencia generalizada de diversificación de negocio para centrarse en el sector de la energía, invirtiendo en generación y redes tanto en España como en México y Brasil. También apostó por la eólica, un negocio entonces subestimado e incluso descuidado por sus competidores, pero que estaba a punto de iniciar su despegue impulsado por el Protocolo de Kioto y las directivas europeas que le siguieron. Gracias a estas decisiones, Iberdrola duplicó su tamaño y sus resultados en tan solo cinco años. Durante la primera década de este siglo, la compañía ha pasado de ser un líder local a figurar entre las primeras multinacionales del sector. Y su expansión continúa. En 2011, abrió una nueva etapa de crecimiento, fundamentalmente internacional, con la compra de la distribuidora brasileña Elektro por unos 1.700 millones de euros.

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