Casi todo seguirá igual en Facebook
La oferta pública de venta (OPV) de Facebook por valor de 5.000 millones de dólares no le generará grandes cambios. Figurar entre los valores de una Bolsa normalmente implica muchas variaciones. Pero si lo analizamos, es obvio que la red social, que concretó su tan esperada salida a Bolsa el pasado miércoles, ya llevaba tiempo allí.
Primero, por su continua ampliación de capital. Facebook, fundada en 2004 y liderada por Mark Zuckerberg, no ha tenido ningún problema aumentando sus fondos. Ha recaudado más de 2.000 millones de dólares de los inversores de Silicon Valley, Goldman Sachs y Microsoft. De cualquier modo, no necesita más dinero para mejorar su negocio, porque ha tenido un flujo de caja positivo desde 2009. Las operaciones de Facebook generaron 1.500 millones de dólares de caja el año pasado, mientras que invertía menos de la mitad de esa cantidad.
Es cierto que la OPV facilitará a los inversores y empleados retirar sus aportaciones. Pero la acción ha estado negociándose activamente en lugares del mercado gris como SecondMarket durante algún tiempo. Y los trabajadores recibieron liquidez del fondo de inversión ruso DST hace tres años, cuando ofreció comprar 100 millones de dólares en acciones procedentes directamente de estos.
Un cambio importante puede ser la transparencia. Facebook tendrá que publicar sus resultados financieros trimestrales y todo lo que los reguladores le pidan. Pero la compañía tiene alrededor de 1.200 accionistas, a los que ya facilita esa información. Además, Zuckerberg se reúne con sus empleados regularmente y les aclara aspectos sobre las finanzas de la empresa. Por tanto, la dirección ya sabe cómo ser examinada por sus inversores. Solo una pequeña porción de Facebook está en juego en su salida a Bolsa, y Zuckerberg mantendrá su voto mayoritario gracias a los 10 que le corresponden por cada acción, una clase especial que él y otros miembros de la empresa tendrán después de que otros inversores les hayan confiado sus derechos de voto.