No hay dinero extranjero para el sector financiero
El saneamiento del sector financiero se ha convertido en una de las prioridades del nuevo Gobierno. La reforma que ultima el Ejecutivo busca acelerar la difícil digestión del ladrillo para acabar definitivamente con la desconfianza que aún genera la banca en el exterior. El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, ha cifrado en 50.000 millones las provisiones adicionales que deberá realizar la banca para reflejar el deterioro de los activos inmobiliarios. Una cantidad elevada que hace dudar si el sector será capaz de afrontarla sin ayudas públicas.
El reto para el Gobierno es enorme. La capacidad de endeudamiento es limitada debido a los objetivos de reducción de déficit y los recursos escasean. Encontrar soluciones para entidades con dificultades para seguir adelante en solitario es el primer objetivo. Las fusiones se perfilan como la ruta a seguir ante las dificultades para levantar capital en el mercado pero no está claro que las entidades con capacidad de absorber competidores quieran o puedan hacerlo sin crearse complicaciones. Las dificultades son enormes y si hay algo claro es que el dinero extranjero no está dispuesto a participar en el proceso de diseño del mapa financiero español.
"Los fondos de capital riesgo o los hedge fund tienen difícil justificar la decisión de invertir en España y más en una entidad financiera. Los riesgos son muy altos", explican fuentes del mercado. "El capital privado o los inversores que no deben justificar sus decisiones de inversión cada tres meses son los únicos que podrían invertir en el sector financiero con una visión a largo plazo pero no están dispuestos. Muchos inversores con músculo como los fondos soberanos salieron escaldados al apostar por entidades financieras de otros países como EE UU en los primeros años de la crisis".