Se venden desgracias ajenas para salir de la crisis
Roberto es un publicista en paro ahogado por una desesperante situación económica. Todo cambia cuando sufre un extraño accidente que le catapulta a un circo mediático del que su protagonista lucha por sacar beneficios... aunque sea a costa de su propia vida.
Roberto (José Mota) es uno de los más de cinco millones de parados de España. Expublicista y con una situación económica desesperada, es rechazado diariamente por todas las agencias de publicidad en las que solicita trabajo. A nadie le importa ya que fuera el creador del famoso eslogan "La chispa de la vida" de Coca-Cola. En un intento por rememorar los tiempos felices, decide regresar al hotel donde pasó la luna de miel con su esposa (Salma Hayek). Pero tampoco queda ya nada del hotel. Su lugar lo ocupa ahora un museo levantado en torno al teatro romano de la ciudad. Mientras pasea entre las ruinas, sufre un curioso accidente: una barra de hierro de 20 centímetros se le clava en la cabeza y lo deja completamente paralizado. Ni el Samur, ni los bomberos ni los médicos se ponen de acuerdo en cómo rescatarlo. Pero algo está claro, si se mueve, morirá.
Mientras se debate entre la vida y la muerte, lo absurdo y dramático del suceso acaban por provocar el interés de los medios de comunicación. Entonces el protagonista decide aprovechar su experiencia como publicista para explotar la situación. Para ello contrata a un representante e intenta vender la exclusiva de su accidente y posible muerte para solucionar el futuro de su familia para siempre. Cuando Luisa, su mujer, llega al lugar del accidente se da cuenta del espectáculo mediático que se ha generado alrededor de su marido. Intenta convencerle de que desista de su idea, pero la obsesión de Roberto por conseguir vender al mejor postor la exclusiva es cada vez mayor. Mientras, las negociaciones con los distintos medios se eternizan, los intereses afloran, el rescate se complica y a Roberto se le acaba el tiempo. Un auténtico circo mediático con espectadores ávidos de desgracias ajenas en un terreno ideal para la tragicomedia: el teatro romano de Cartagena, en Murcia.
La chispa de la vida llega a los cines españoles este viernes. Dirigida por Álex de la Iglesia y protagonizada por el cómico José Mota y Salma Hayek, este "drama emotivo", según palabras de Mota, cuenta con un reparto de actores tan conocidos como Juan Luis Galiardo, Blanca Portillo, Santiago Segura, Fernando Tejero, Carolina Bang, Eduardo Casanova o Juanjo Puigcorbé.
De la Iglesia cree que hay que poner humor incluso en los momentos más dramáticos. Según confiesa, él mismo ha tenido "ganas infinitas" de reírse incluso en algún funeral. "Eso es la tragicomedia", asegura. "Todos nos sentimos viviendo en un mundo que parece estable pero en algún momento descubrimos que si cambiamos de postura, morimos". El director vasco ha señalado que le encanta trabajar con cómicos porque "es un truco narrativo para que la película vaya mejor". Por su parte, José Mota asegura que la película es amarga pero esperanzadora. "Mi personaje es capaz de perder la dignidad con tal de salvar la de su familia", afirma. Sobre la participación de Salma Hayek, De la Iglesia ha destacado que "ha rebajado su caché y ha trabajado en esta película porque le apetecía".
La chispa de la vida promete ser una de esas películas que generan defensores o detractores. Hasta los críticos de cine se han establecido ya en uno de estos dos bandos: Ricardo Aldarondo cree que la película es descarnada pero sensata. "Evitando chistecitos por parte de José Mota y sacando de él una excelente interpretación, Álex de la Iglesia demuestra que puede mantener intacto su sello, con un film abiertamente comercial y asequible", afirma. Jordi Costa, por su parte, cree que esta es la cinta menos enérgica del director bilbaíno. "Con ecos del 15-M que parecen pura ocurrencia de posproducción, la película denota cuál es la gran asignatura pendiente de su director: el manejo de la sutileza y la ambigüedad" sentencia Costa.
Al margen de filias y fobias, La chispa de la vida es una historia cercana a la realidad española con elementos tan actuales como la crisis, el paro y el exacerbado amarillismo de los medios de comunicación, que ha ya sido nominada para dos premios Goya. Uno a la mejor actriz femenina, por la actuación de Salma Hayek, y otro al mejor actor revelación, por la interpretación de José Mota, quien estrena registro dramático tras una vida profesional dedicada al humor.