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Columna
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Recortes de empleo poco sustanciales

Morgan Stanley ha traído carbón esta Navidad: su plan es recortar 1.600 empleos el próximo año. Aunque es una acción más oportuna que sustancial.

No es como si la empresa de Wall Street fuera a liberarse a sí misma de una serie de divisiones, como UBS aseguró planeaba hacer el mes pasado. Tampoco es como si el banco estadounidense fuera a desprenderse de productos y países, como la entidad francesa Crédit Agricole anunció el pasado jueves, con un recorte de 2.350 puestos en los 21 países en los que está presente, así como derivados de renta variable y comercio de materias primas.

Morgan Stanley trata de aplicar el hacha sobre algunos puestos de trabajo en áreas intensivas en capital, como los productos estructurados. Pero los cortes se están efectuando en todos los ámbitos. Solo los corredores minoristas están exentos, después de deshacerse de casi 1.000 puestos de trabajo este año. E incluso después de excluir a 17.000 asesores financieros del cálculo de la empresa, el sacrificio de Morgan Stanley asciende a tan solo el 3,5% de la fuerza laboral. Eso hace apenas que el banco esté más en consonancia con Goldman Sachs, que tiene la tradición anual de eliminar el 5% de los empleados menos productivos de sus filas.

Sin embargo, las personas que trabajan para los competidores de Morgan Stanley no deberían animarse demasiado con los modestos recortes de la empresa. Sus divisiones de asesoramiento y renta variable han tenido un buen año, en términos relativos. Y la renta fija, incluso después de una contratación compulsiva durante los dos años pasados, emplea a alrededor del 25% menos de personas que sus mayores competidores. Eso da al presidente ejecutivo, James Gorman, margen de maniobra para mantener los despidos al mínimo. Sus rivales tendrán, probablemente, que efectuar más.

Por Antony Currie.

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