El ajuste de gasto local y regional se ceba con el transporte público
El transporte público se ha convertido en el principal damnificado de los planes de ajuste de las comunidades autónomas y ayuntamientos para cuadrar sus cuentas. Y en todos ellos hay dos elementos comunes: reducción del servicio que se prestaba tradicionalmente y subida de tarifas.
Algunas comunidades no han esperado incluso a principios de año para actualizar los precios y ya han aprobado incrementos en las tarifas del autobús urbano, del metro o del tranvía. Otras, sin embargo, están barajando propuestas sobre aumentos que en la mayoría de casos duplica o triplica el IPC previsto, que tradicionalmente servía de referencia para la subida de precios. Estos son solo algunos ejemplos.
Madrid
Es quizá la Administración que mejor muestra cómo la necesidad de elevar ingresos y reducir gastos ha provocado un alud de medidas que afectan tanto al transporte público como al privado. En agosto, la comunidad incrementó en un 50% el precio del billete sencillo de metro y autobús (pasando de un euro a 1,50 euros), convirtiéndose en la ciudad con los títulos de transporte público más cara, según la OCU. La Consejería de Transportes justificó el alza porque la tarifa no se había actualizado desde 2004. Posteriormente se ha negado a pagar los tres millones de euros que le cuesta anualmente subvencionar el abono a los 9.000 habitantes de Castilla-La Mancha y Castilla y León que se trasladan a diario para trabajar en la capital. Lo que plantea Madrid es que esos usuarios sigan beneficiándose de la ayuda, pero que sean las comunidades de origen las que se hagan cargo del total (hasta ahora la compartían al 50%). Por si fuera poco, en las últimas semanas se ha sumado una subida en las tarifas del taxi y de los precios del Servicio de Estacionamiento Regulado (SER), dependientes del ayuntamiento.
Cataluña
Los ajustes aprobados por el Ejecutivo de Artur Mas también tocan de lleno al transporte público. La compañía que gestiona los ferrocarriles en Cataluña ya ha anunciado, en primera instancia, que suprime dos servicios (el funicular de Gelida y el teleférico de Olesa) y que reducirá la frecuencia de paso en un gran número de trayectos. En algunos, la ocupación media no llega al 3,5% del total. Esos recortes también se están planteando en el ámbito municipal. Una de las propuestas que más rechazo ha generado es la del posible cierre del metro de Barcelona durante la noche del sábado. Ese servicio es utilizado por 33.000 personas y representa un coste anual de 2,5 millones de euros. Las asociaciones de vecinos han calificado la propuesta como "un paso atrás inaceptable" y han advertido sobre el riesgo de que los accidentes de circulación se disparen. La compañía que gestiona el transporte público en Barcelona ha anunciado que las tarifas para 2012 (hoy serán confirmadas) van a subir en torno al 3%.
Zaragoza
El Ayuntamiento de Zaragoza ha aprobado un drástico plan de ahorro que supondrá que las subvenciones al transporte público se reducirán de 60 a 42 millones al año. Este recorte se traducirá en una menor frecuencia en algunas líneas, como las que conectan con zonas rurales, y en un aumento sin precedentes de las tarifas. De este modo, el precio del billete se incrementará un 19% a partir del 1 de enero hasta 1,25 euros, mientras que el resto de títulos lo harán un 8,5%. Incluso se han planteado cambios en las bonificaciones que reciben los pensionistas. De este modo, las ayudas no solo dependerán de la cuantía de la pensión, sino que también se tendrán en cuenta otros ingresos o propiedades para decidir si se limitan las mismas.
Parla o las dificultades para mantener infraestructuras
El 7 de mayo de 2007 se inauguró con grandes alharacas el tranvía de Parla, una infraestructura revolucionaria que iban a utilizar tres millones de ciudadanos al año y cuyo coste fue de 120 millones, de los que el 80% fue asumido por el ayuntamiento. El tranvía dejó de circular el pasado 30 de noviembre, aunque el servicio se restableció siete días después.Alstom, la multinacional encargada de su mantenimiento, tomó esa decisión por los 6,5 millones que el Ayuntamiento de Parla le adeuda desde 2008. Finalmente, la concesionaria del tranvía, a la que el consistorio también debe 48 millones, se hará cargo de la deuda con Alstom, quien ha dado por finalizado el contrato.
Impagos, subidas y recortes
JEREZ. Los conductores de los autobuses urbanos e interurbanos en Jerez (Cádiz) irán a la huelga a partir del 23 de diciembre porque la concesionaria del servicio (Urbanos Amarillos) les adeuda la nómina de noviembre. Las protestas de estos trabajadores se prolongaron en agosto durante once semanas, cuando acumularon cinco meses consecutivos sin cobrar. El ayuntamiento les ha pedido que aplacen la convocatoria por el perjuicio que pueden causar.
SEVILLA. La deuda de la empresa municipal Transportes Urbanos de Sevilla (Tussam) asciende a 70 millones de euros y eso ha llevado a la cúpula directiva de la compañía a presentar un plan de viabilidad, en el que se incluye una rebaja de salario del 5% para los 1.439 trabajadores que tiene en plantilla. El recorte se haría efectivo a partir del próximo 1 de enero y la recuperación del poder adquisitivo se produciría con subidas pactadas en 2014, 2015 y 2016.
VALENCIA. La Empresa Municipal de Transportes (EMT) de Valencia subirá el año próximo el billete sencillo más del 15%. El viaje costará 20 céntimos más y pasará de 1,30 a 1,50 euros, equiparándose con la ciudad más cara (Madrid). Por su parte, el precio del bono de diez billetes se incrementa hasta 7,50 euros, con un aumento del 8%. Este título es utilizado por el 30% de los pasajeros. Las tarifas para pensionistas y discapacitados se han congelado, de tal manera que el coste del Bono Oro se mantendrá en 18 euros.