Las tres claves de los bonos convertibles al 6,5% que ofrece BBVA
Los inversores en preferentes de BBVA podrán canjearlas por bonos obligatoriamente convertibles del 29 de noviembre al 20 de diciembre. Pagarán un 6,5% anual, pero solo hasta que se transformen en acciones.
Todos los detalles del canje propuesto por BBVA a los titulares de participaciones preferentes están ya encima del tapete. La CNMV ya ha dado luz verde al folleto de la emisión. La oferta implica que el banco puede llegar a ampliar capital por hasta 3.475 millones de euros si todos los inversores en preferentes acuden al canje. Este importe supone el 12,6% de su capitalización.
Ahorro Corporación calcula que, si la aceptación fuera del 100%, BBVA reforzaría su capital de máxima calidad -core capital Tier 1, según la terminología de la autoridad europea bancaria (EBA)- en 108 puntos básicos, lo que le permitiría cubrir el 49% del déficit de capital calculado por la EBA. Los expertos consideran que la operación es un gran negocio para el banco, pero los pequeños inversores deben tener en cuenta varias claves a la hora de decidir si acuden a la oferta.
1 Rentabilidad
De entrada, los convertibles ofrecen un 6,5% anual, pero la garantía temporal de obtener esa rentabilidad es mínima. Si así lo quisiera, BBVA podría decidir su transformación en acciones a finales del próximo marzo, de forma que solo serían tres meses con esa rentabilidad.
Es cierto, sin embargo, que la intención de BBVA es que los titulares disfruten del 6,5% durante seis meses para la mitad de la inversión -la primera conversión parcial está prevista para el 30 de junio de 2012- y de un año y medio para la otra mitad, que se transformará en el verano de 2013.
Las preferentes que ofrece canjear se vendieron entre particulares en 2002, 2003, 2004 y 2008 y actualmente pagan un 3,5%. Un porcentaje inferior al que ofrece la renta pública española y la mayor parte de los depósitos que comercializa la banca. Eso sí, la rentabilidad no tiene vencimiento, las preferentes son perpetuas, salvo que el emisor decida amortizarlas.
2 Posibilidad de sufrir pérdidas
Pueden distinguirse varios pasos que es preciso analizar.
Primer paso. Los titulares de las preferentes que acudan al canje recibirán el 100% de su inversión en bonos necesariamente convertibles. En este punto, no habrá, por tanto, ninguna pérdida.
Segundo paso. Antes o después, los convertibles se transformarán en acciones de BBVA. La buena noticia es que no estarán ligados al comportamiento de la entidad en Bolsa hasta que se transformen, pues no hay una ecuación de canje fijada de antemano, como sí ocurre con los bonos necesariamente convertibles de Santander, Sabadell y una de las emisiones de Popular. Aunque existe un límite, sin embargo, a este punto: nunca se canjearán por debajo de 3,5 euros por acción. Si BBVA cae por debajo de este precio, sí perderán dinero. Esta situación se daría si la acción pierde más de un 37,5% respecto al precio de cierre del viernes.
El precio de conversión se calculará con el precio de cierre de BBVA los cinco días anteriores al a fecha de canje. Existe la posibilidad de ganar o perder dinero respecto al precio de mercado en el día en que los inversores reciban las acciones, aunque la plusvalía o minusvalía sería, previsiblemente, mínima.
El folleto advierte, en todo caso, que el emisor tiene un plazo de 30 días desde la fecha de conversión para entregar de manera efectiva las acciones, durante ese periodo no podrían venderse y el inversor podría sufrir pérdidas.
En el canje efectuado el pasado julio, BBVA tardó cuatro días en entregar los títulos. Se canjearon el 15 de julio a un precio de 7,32 euros y entregó las acciones el día 19 de ese mes, cuando cerraron a 7,105 euros. La minusvalía hubiera sido del 2,9% si el inversor las hubiera vendido a ese precio. En caso de que el inversor haya mantenido los títulos hasta ahora, las minusvalías latentes serían del 23,5%.
3 Liquidez
Uno de los grandes problemas de las preferentes es su liquidez. Aunque todas las emisiones que ofrece canjear el BBVA cotizan en AIAF, el mercado español de renta fija privada, deshacerse de estos títulos es notablemente más complicado que vender acciones en la Bolsa.
Los últimos cruces de las preferentes son del mes pasado, salvo en el caso de las colocadas en 2002 que cotizaron el pasado 21 de noviembre. Eso sí, en todos los casos, las transacciones mostraban que cotizaban en torno al precio de cotización.
Las acciones, por su parte, son mucho más líquidas que las preferentes. La disponibilidad de hacer caja con la inversión sería inmediata una vez los bonos se hayan transformado en acciones.