Riesgo de decepción por la ausencia de letra pequeña
El mercado reaccionará hoy a un plan anticrisis sin las cifras esperadas
![Panel de la Bolsa de Madrid](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/Y6Y7XZAQLFMIRJFIT7HYNMSBGE.jpg?auth=eb95332fbc864e525a6e59bc29649f6c357b91d506323ddb9842c6def511951a&width=414)
El veredicto del mercado al resultado de la cumbre extraordinaria celebrada ayer por la UE empezará a medirse hoy. El riesgo de decepción es elevado. Los mandatarios políticos ya se encargaron de rebajar las expectativas pero aun así los inversores habían dado un voto de confianza a los líderes europeos ante la gravedad de la situación. El mercado demanda medidas contundentes pero la ausencia de letra pequeña y la nebulosa que rodea al papel del BCE como mediador de la crisis amenazan con disgustar a los inversores.
La resolución a corto plazo de los problemas de la eurozona pasa por encontrar respuesta a tres asuntos cruciales esta semana. Los mercados aguardan soluciones claras para atajar la insolvencia de Grecia, abordar la recapitalización de la banca y crear un muro de contención efectivo para frenar el contagio de la crisis. Una mancha que se esparce como el aceite y que, tras dar de lleno a Italia o España -países cuyo tamaño hace peligrar la estabilidad económica mundial-, se extiende más allá de la periferia al afectar ya a Francia.
Los tres asuntos se abordaron ayer de puntillas. Faltaron la contundencia y los detalles esperados para frenar la incertidumbre que impera en los mercados desde hace meses. Quizá el aspecto que más expectativas generaba era la creación de ese cortafuegos. Un mecanismo que pasa inevitablemente por reformar el fondo de rescate (EFSF) y aumentar su capacidad efectiva a un nivel lo suficientemente elevado para cubrir las necesidades de financiación de Italia y España los próximos años, además de la factura de la recapitalización del sector bancario. El mercado quiere escuchar una cifra elevada, un aumento del fondo superior a los dos billones de euros, independientemente de la fórmula elegida para conseguirlo. Un deseo que parece tardará en hacerse realidad.
Curiosamente otra de las demandas del mercado es precisamente algún tipo de guiño sobre el papel futuro que tendrá el BCE como estabilizador de la crisis. Y es que aunque se espera que un fondo de rescate contundente puede ayudar a devolver la confianza del mercado, lo cierto es que la mayoría de entendidos considera que el BCE tendrá que seguir con su política de compra de deuda -independientemente de los poderes que adquiera finalmente el EFSF- para garantizar el éxito del plan anticrisis, algo que de momento no parece disgustar a Mario Draghi, sucesor de Jean-Claude Trichet al frente del BCE, a tenor de sus últimas declaraciones. "El Eurosistema está determinado, con sus medidas no convencionales, a prevenir el mal funcionamiento en los mercados monetarios y financieros que generen obstáculos a la transmisión monetaria", explicó ayer en una conferencia en Roma.
El problema es que las respuestas que llegaron ayer de Europa fueron vagas y más para quienes esperaban pistas sobre cómo abordar los problemas de largo plazo. En definitiva, sobre cómo resolver la ausencia de crecimiento en Europa y la falta de integración fiscal, cuestiones clave para asegurar el éxito del plan anticrisis que esbozaron ayer en la Unión Europea. No hay que olvidar que Europa, además de encontrarse entre la espada y la pared por el elevado endeudamiento de sus economías, afronta un grave problema de crecimiento.
Las políticas de austeridad que imperan para devolver las cuentas públicas a la senda de la sostenibilidad amenazan con causar otra recesión que complique todavía más la salida de la crisis. De ahí que muchos partícipes de mercado demanden recetas para fomentar el crecimiento. "Cualquier indicación de que el empuje de la UE y el FMI por la austeridad fiscal gira hacia medidas que favorezcan el crecimiento sería positivo para el sentimiento", argumentaba hace unos días Royal Bank of Scotland.
La otra gran asignatura pendiente de la que se espera más concreción es la de la integración fiscal. La búsqueda de un modelo más solidario entre los estados de la zona euro que realmente fortalezca la región es la única solución definitiva que muchos ven para el futuro. Credit Suisse argumenta que para que el euro funcione debe haber integración fiscal y sanciones para quienes no cumplen los objetivos.
El BCE presta a 12 meses menos de lo previsto
La primera subasta a 12 meses del BCE se saldó con un resultado mejor de lo esperado. La autoridad monetaria prestó ayer 56.900 millones de euros a 181 entidades financieras de la eurozona, una cifra muy inferior a los 100.000 millones que se barajaban en el mercado. El BCE también adjudicó 44.564 millones a tres meses a 91 entidades.En junio de 2009, cuando la autoridad monetaria realizó el primer préstamo de este tipo para ayudar a la banca, el importe de la inyección ascendió a 442.240 millones de euros y se repartió entre 1.121 entidades. Ese mismo año realizó otras dos subastas más a ese plazo. Este año se prevé que la demanda aumente en la subasta a 13 meses prevista para diciembre.En octubre el BCE reintrodujo las subastas a 12 meses y las compras de cédulas para ayudar al sector bancario europeo.