La recapitalización de la banca
Llevamos más de una semana con noticias muy confusas sobre la necesaria recapitalización de la banca, debido a unas medidas que se van a adoptar en la Unión Europea y de unas consecuencias que pueden ser tremendas. Como creo que no están suficientemente explicadas, voy a intentar, con estas notas, dar un poco de luz.
Todo afecta al coeficiente de solvencia, que es una ratio, es decir, el resultado de una división entre los recursos propios computables y los recursos propios requeridos. El numerador es el core capital o Tier 1 y lo da la contabilidad de cada entidad. En el denominador, los distintos activos se ponderan por el riesgo asociado a los mismos, multiplicándolos por unos coeficientes que varían entre el 0%, para los más seguros, y el 8%, que es la regla general.
Veamos ahora cómo encajan en esta fórmula las diversas noticias y rumores a las que hacía referencia:
l El coeficiente tiene que aumentar del 5% exigido en los últimos test de estrés al 9%. Es decir, el resultado tiene que pasar del 1,05 al 1,09. Para ello, o bien el numerador aumenta el 3,8% o el denominador disminuye el 3,7%, o una combinación de ambas.
l Los bonos convertibles ponderarán en el core capital: es una medida positiva ya que elevará el numerador de aquellas entidades que hubieran emitido esta clase de valores.
l La deuda pública se valorará a precios de mercado. Con carácter general, la cartera de renta fija se puede valorar a precios de mercado o a valor de amortización si se va a dejar hasta el vencimiento, siendo esto lo más habitual. Teniendo en cuenta que en los últimos años los precios de la renta fija española han bajado por el aumento de la prima de riesgo, esta medida es claramente negativa, ya que supondría un descenso del numerador.
l La deuda pública española soportará una quita del 20%. Esto es absurdo e implicaría un impago parcial, que habría que provisionarse, con lo que disminuiría el numerador. Ahora bien, lo que es impensable en el caso español no lo es en el caso griego.
l La deuda pública española soportará un riesgo del 20%. Estos valores tienen la consideración de activos libres de riesgo, por lo que su ponderación para los requerimientos de recursos propios es de cero. La implantación de esta medida podría suponer que el 20% de la cartera ponderaría al 8%, lo que aumentaría el denominador en el 1,60% de la cartera de deuda pública.
Sean cuales sean las medidas adoptadas, se va a endurecer el coeficiente de solvencia, bien aumentando el mismo, es decir, el resultado de la división o bien disminuyendo el numerador, aumentando el denominador o una combinación de todas ellas. Las soluciones que adopte la banca también podrán ser variadas, como acudir al mercado con ampliaciones de capital o con emisión de convertibles y bajar o eliminar el dividendo, todo ello para aumentar el numerador. También podrá reducir el denominador, es decir disminuir los activos de riesgo, o lo que es lo mismo, la cartera de créditos al sector privado.
En resumen, malas noticias para el crédito a la pyme, agravando este problema crónico, como señala la encuesta trimestral que las Cámaras de Comercio y el ICO realizan a las pymes. Desde el primer trimestre de 2009 los resultados son muy parecidos. Entonces, el 81% de los encuestados declararon tener problemas para acceder a la financiación bancaria. En el tercer trimestre de 2011 ha llegado al 88%. La restricción de crédito sigue siendo uno de los motivos principales del cierre de empresas, necesidad que se agrava por la bajada de actividad y por el importante alargamiento en los plazos de cobro.
En este caso, su causa está en la deuda soberana, de ahí las manifestaciones de algún presidente de banco cuando señala que la recapitalización de la banca no es la solución. Si la deuda soberana se sigue deteriorando, la recapitalización siempre será insuficiente y no debemos olvidar que en solo dos años nuestra prima de riesgo ha pasado de 60 puntos básicos a más de 300, lo que implica que nuestra deuda soberana tiene la consideración de un activo semitóxico, repercutiendo en la banca, principal inversor en este activo, con independencia de que lo digan las autoridades europeas.
Es preciso que el mercado vuelva a aceptar que nuestra deuda está libre de riesgo, y para ello, las políticas de austeridad deben ser creíbles, sin facturas en los cajones y, además, todo ello se tiene que acompañar de los cambios estructurales para volver al crecimiento, con el consiguiente aumento de los ingresos fiscales. Con ello bajará el diferencial de la deuda pública, esta dejará de tener la consideración de un activo problemático en la cartera de los bancos, con lo que mejorará su solvencia apreciada, pudiendo volver a los mercados interbancarios y de valores para conseguir financiación.
Juan Manuel Santos-Suárez. Presidente de Avalmadrid SGR