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Columna
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Otra banca de inversión en Dubái

El centro financiero del Golfo ha sido testigo de un éxodo de talento a medida que los grandes bancos de inversión volvían al modelo de negocio anterior al boom consistente en enviar a sus principales asesores de Londres o París solo cuando eran necesarios. Con la crisis económica global y la primavera árabe cobrándose un peaje sobre las comisiones, es un ajuste necesario, pero arriesgado.

Nomura es el último banco que ha revisado sus opciones para la unidad de M&A (fusiones y adquisiciones) de Oriente Próximo, según una persona familiarizada con la situación. Crédit Agricole ha decidido llevar sus operaciones regionales de M&A desde París. Mientras tanto, Deutsche Bank y Citi están trasladando a sus principales banqueros de mercados de capitales, Christopher Laing y Adam Key, a Londres. El movimiento permite a los banqueros mantenerse ocupados en otro lugar cuando suceden pocas cosas en la región.

Las comisiones en Oriente Próximo han sido ínfimas, totalizando 317 millones de dólares durante los primeros nueve meses de 2011, según Thomson Reuters. Eso es un descenso del 35% frente al mismo periodo de 2010 y menos de un cuarto del máximo de 2007. El Golfo continúa tratando de desarrollar centros financieros en Catar, Abu Dabi y Dubái, pero apenas genera suficiente actividad para mantener uno grande, y mucho menos tres.

La mayoría de los bancos que optan por quedarse están confiando en los banqueros sénior o un puñado de asesores polivalentes para perseguir a los clientes más poderosos de la región. Eso tiene sentido: las cuatro operaciones de M&A más grandes en la región este año fueron lideradas por entidades controladas por el Gobierno en Emiratos Árabes y Catar.

El modelo de banquero maleta puede llegar a funcionar: Goldman Sachs tiene éxito en Medio Oriente, a pesar de aparentemente tener pocos sénior sobre el terreno. A medida que los inversores gubernamentales se vuelven más sofisticados, la presión sobre los bancos para demostrar su compromiso mediante la localización de los principales empleados en la región también se ha aligerado. Pero para los bancos que carecen de fuertes relaciones para mantener con éxito el negocio en Oriente Medio, el cambio a banca maleta podría ser otra frase para el repliegue.

Por Una Galani

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