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Columna
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El BCE necesita afinar la puntería

El BCE comprará 40.000 millones de cédulas hipotecarias. La cantidad, anunciada el jueves, parece poco en comparación con las necesidades de financiación de los bancos, aunque esto no tiene por qué suponer una pérdida total de tiempo.

Esta es la segunda incursión del BCE en cédulas hipotecarias. En 2009, se suponía que un programa de 60.000 millones de euros reactivaría los 2,5 billones de este mercado. El programa se mostró útil al principio, pero a finales de año golpeaba la deuda soberana. Los bancos de los periféricos fueron incapaces de vender. Parece incluso menos probable que el nuevo programa tenga éxito. En comparación con el anterior, la cantidad es más pequeña y la necesidad mayor. Las entidades griegas, irlandesas y portuguesas han sido excluidas de los mercados de cédulas hipotecarias, ningún banco español ha vendido ninguna desde mayo, y los italianos desde agosto. Las entidades de toda Europa tienen 1,7 billones de euros de deuda para refinanciar en los próximos tres años y podrían ser obligados a vender dos billones de activos el año próximo si los mercados de financiación no mejoran, según Morgan Stanley.

Con todo, el BCE puede hacer que un poco de financiación recorra un largo camino evitando los errores de 2009. Entonces los bancos centrales nacionales apoyaban a sus propios bancos, por lo que gran parte del dinero fue a entidades con pocas necesidades. Ahora, el BCE debería comprar cédulas hipotecarias de bancos españoles e italianos, con actualmente rendimientos de 200 puntos básicos por encima de las alemanas. Los 40.000 millones del BCE podrían refinanciar todas las cédulas hipotecarias españolas e italianas el año próximo. Desde luego, incluso compras bien orientadas pueden no ser más que un paliativo. Los canales de financiación de los bancos afectados mientras la crisis de deuda soberana persista. Este programa no es un sustituto para una buena dosis de recapitalización de los bancos y de ajuste fiscal.

Por Neil Unmakc

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