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El objetivo es determinar las necesidades de capital del sector a día de hoy

El BCE encarga un informe a nivel europeo para evaluar a los bancos

Cuantificar correctamente la salud de la banca se ha convertido en una prioridad urgente para resolver la crisis que azota a Europa. El BCE ha encargado un estudio para determinar las necesidades de capital del sector en cada país. Un informe que se prepara al tiempo que el FMI y la UE trabajan en una segunda ronda de recapitalización para el sector financiero europeo.

El BCE encarga un informe a nivel europeo para evaluar a los bancos
El BCE encarga un informe a nivel europeo para evaluar a los bancosEFE

El BCE quiere tener su propia visión panorámica sobre la salud del sector financiero europeo. La autoridad monetaria, convertida en prestataria de última instancia y con el balance cargado de deuda soberana, ha encargado un estudio de carácter interno para determinar las necesidades de capital del sector financiero.

El trabajo se realizará a nivel europeo y lo coordinará Jürgen Stark, economista jefe en funciones del BCE hasta su relevo, con la colaboración de técnicos especializados de cada país de la Unión Europea. Las conclusiones, previstas para finales de año, ayudarán a establecer los nombres y apellidos de aquellas entidades con mayores necesidades de capital. Un veredicto importante para cuantificar la factura que supondrá preparar al sector ante posibles eventualidades como la suspensión de pagos de Grecia.

La crisis de deuda soberana ha puesto al sector bancario contra las cuerdas y el margen para actuar se agota. Los problemas de Dexia han supuesto una bofetada de realidad y ayer mismo el FMI confirmó que trabaja junto con la UE en un plan para recapitalizar al sistema financiero europeo y restaurar la confianza.

El FMI calcula entre 100.000 y 200.000 millones la necesidad de capital en Europa

El organismo calcula que el sector necesitará capital por entre 100.000 y 200.000 millones de euros, una cifra que a su juicio es pequeña si se compara con los recursos disponibles en el fondo de estabilidad europeo (EFSF en sus siglas en inglés). Este tiene una capacidad efectiva de 440.000 millones, que podría multiplicarse si se apalanca, y está a la espera de que Holanda y Eslovaquia lo ratifiquen la semana próxima. Asumirá entonces las funciones acordadas el pasado julio, entre las que se baraja su uso para recapitalizar la banca.

"Hay un consenso de que la recapitalización es urgente y se debería hacer en unas semanas", explicó Antonio Borges, director europeo del FMI. Eso sí, el organismo internacional no quiso aclarar si la liquidez que se inyectará al sector vendrá directamente del fondo de rescate o de otras vías. "Si el dinero llega de los Tesoros nacionales o en última instancia del EFSF es algo aún por decidir, probablemente país por país", reconoció Borges.

La crisis, en un punto crítico, ha llevado a Europa a admitir abiertamente que necesita recapitalizar a la banca. Incluso Alemania reconoció ayer la necesidad de ponerse manos a la obra y reclamó una decisión rápida. "Alemania está preparada para la recapitalización", comentó ayer la canciller Angela Merkel.

Y es que la lentitud de la UE para establecer los mecanismos de defensa para protegerse contra un rebrote de la crisis no ha hecho más que agravar la situación de la banca. En julio los acreedores de la deuda griega aceptaron una quita del 21% como parte del segundo plan de rescate aprobado para el país, una cifra que a día de hoy resulta ya obsoleta ante el deterioro económico del país. Los 109.000 millones acordados de ayuda también parecen insuficientes, al tiempo que las nuevas funciones del EFSF siguen suscitando interrogantes pues se desconocen detalles técnicos importantes sobre su capacidad para relevar al BCE en las compras de deuda.

La buena noticia es que el BCE seguirá actuando de cortafuegos. Primero con líneas de liquidez ilimitadas para asegurar las necesidades inmediatas del sector y segundo como estabilizador del mercado de deuda. Además, tiene margen para bajar tipos de interés.

La cifra

160.500 millones de euros es la cantidad de dinero que el BCE ha destinado a las compras de deuda soberana. En agosto como consecuencia del rebrote de la crisis comenzó a adquirir deuda española e italiana.

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