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Tribuna
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Nuestra educación, mejor que la economía

El pasado 7 de septiembre el World Economic Forum publicó su Informe mundial de competitividad, que clasifica a las economías nacionales del planeta por su capacidad de competir, teniendo en cuenta diversos aspectos.

La estabilidad macroeconómica y política, la libertad de empresa medida en la facilidad de crear y cerrar empresas, el mercado financiero, las infraestructuras, el sistema de salud y, por supuesto, la educación son algunas de las variables que indican el nivel de competitividad de un país.

Tras años de malas noticias, el informe ha traído una buena noticia para nuestro país. España ha pasado del puesto 42 del ranking mundial al 36 en 2011 de entre los 142 países analizados, una mejora de seis puestos, aunque aún peor que la posición 32 de 2009 o la 29 de 2002.

Sin embargo, una de las conclusiones más llamativas del informe es la diferencia por factores. Mientras en clima macroeconómico y deuda pública la situación es mala, en otros campos España puntúa de forma excepcionalmente alta.

Como la calidad de las infraestructuras viarias españolas es la 9, por delante de las de EE UU y muchos países europeos, los puertos son los 13 mejores del mundo y los aeropuertos los 21. Clasificaciones todas por delante del puesto de competitividad media que le corresponde a nuestro país, que recordaré es el 36 en esta edición del WEF de 2012.

Nadie se sorprende de la calidad de las infraestructuras españolas, pero más de uno se sorprenderá del nivel de la educación española. Al igual que las infraestructuras, el informe del Foro Económico Mundial coloca a España en posiciones muy altas en el capítulo de educación. El nivel de acceso de educación secundaria en España es el tercero mayor del mundo, solo superado por Australia y Holanda, y en terciaria (universidad) ocupa el puesto 18, por delante de Italia, Canadá u otros. Estando todos de acuerdo que el futuro de la economía pasa por tener una mano de obra formada y competitiva, este es un dato esperanzador. Pero quizás el dato más llamativo sea el sexto puesto que ocupa España en la educación de posgrado y de gestión. Según el prestigioso foro, con sede en Davos, España, junto con Bélgica, Reino Unido, Suiza, Canadá, Francia, Catar, Singapur y Suecia, forma parte de los 10 países con mejores escuelas de management.

Un posicionamiento privilegiado que se ha logrado, principalmente, gracias al esfuerzo de escuelas y centros privados, y que ha creado profesionales de talla internacional capaces de tirar de nuestra siempre maltrecha competitividad. Una posición que explica también que nuestro país sea hoy en día receptor de miles de estudiantes extranjeros, europeos y latinoamericanos, que generan empleo y negocio gracias a la exportación de educación.

En momentos en los que las empresas miran con lupa sus inversiones, y que las Administraciones también necesitan ajustar gastos, debería tenerse muy en cuenta que la educación es uno de los factores competitivos que dan ventaja a España en este mundo globalizado, y bajar la guardia aquí sería pan para hoy y hambre para mañana. Lo dice el informe de competitividad del World Economic Forum.

Juan José Gálligo. Consejero delegado de Structuralia (Grupo Kaplan)

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